23 Diciembre de 2025 08:26
Mientras el Senado se prepara para debatir este viernes el Presupuesto 2026, el presidente optó por cerrar el año político con un asado en la Quinta de Olivos junto a ministros, legisladores y asesores clave. El encuentro, presentado por fuentes oficiales como una reunión "distendida" y de balance, se desarrolló en paralelo a negociaciones decisivas con aliados y gobernadores para garantizar la sanción de la primera ley de Presupuesto de la gestión libertaria.
La postal difundida desde Olivos mostró un clima de camaradería y optimismo, con agradecimientos y elogios internos tras un segundo año de gobierno marcado por fuertes tensiones sociales, recortes presupuestarios y conflictos legislativos. Sin embargo, el gesto que concentró mayor atención fue el obsequio que el mandatario entregó a cada integrante de su gabinete: un ejemplar de Defendiendo lo indefendible, del economista estadounidense Walter Block.
Publicado originalmente en 1976, el libro es una de las obras más polémicas del ideario libertario. Allí, Block propone justificar desde la lógica del mercado actividades socialmente rechazadas -como la prostitución, la usura o el tráfico de drogas- bajo el principio de que toda transacción voluntaria, sin agresión directa a terceros, debería quedar fuera de la prohibición estatal. El texto, elogiado por referentes de la Escuela Austríaca como Friedrich von Hayek, lleva al extremo la defensa de la propiedad privada y la no intervención del Estado.
La elección del libro no fue un detalle menor. En el oficialismo fue leída como una señal doctrinaria hacia adentro del gabinete: profundizar el rumbo ideológico aun cuando resulte impopular. Hacia afuera, el mensaje resonó con otro tono. Mientras en Olivos se compartían empanadas, asado y tiramisú, en el Congreso se terminaban de limar los votos para un Presupuesto que llegó al Senado sin capítulos clave, como la derogación de las leyes de financiamiento universitario y de emergencia en discapacidad, rechazadas incluso por aliados circunstanciales.

La agenda política de la semana refuerza ese contraste. El jefe de Gabinete, Manuel Adorni, encabezó reuniones para definir la estrategia legislativa sin la presencia del Presidente, aunque con participación de figuras centrales como la secretaria general de la Presidencia, Karina Milei, y el ministro de Economía, Luis Caputo. La Libertad Avanza llega al debate con números ajustados: cerca de 100 diputados y 25 senadores entre propios y aliados, insuficientes sin el respaldo de gobernadores "dialoguistas". En ese contexto, el asado en Olivos funcionó como una puesta en escena de unidad interna en un momento de fragilidad externa.

Participaron ministros como Federico Sturzenegger, Sandra Pettovello, Mariano Cúneo Libarona y Mario Lugones, además de referentes legislativos como Martín Menem y la senadora Patricia Bullrich. También estuvo el asesor presidencial Santiago Caputo, uno de los arquitectos de la estrategia política del oficialismo. Desde el Gobierno insistieron en que la reunión buscó "repasar la gestión" y fijar prioridades para 2026: reformas laborales, endurecimiento penal y cambios tributarios. Pero la escena dejó al descubierto una tensión difícil de disimular. Mientras se celebra la cohesión del equipo y se reparte bibliografía que cuestiona la legitimidad de regulaciones básicas del Estado, el Ejecutivo depende de acuerdos ajenos para aprobar un Presupuesto atravesado por el ajuste y el recorte en áreas sensibles.

