La diputada nacional y autoproclamada defensora de las libertades individuales, Lilia Lemoine, volvió a estar en el centro de la escena, aunque no precisamente por su labor legislativa. Esta vez, la también cosplayer protagonizó un episodio que dejó a más de uno preguntándose si su verdadera vocación no es el drama, sino el reality show.
Durante la tarde de este miércoles, mientras los jubilados se congregaban pacíficamente en las inmediaciones del Congreso para exigir una reforma previsional que garantice jubilaciones dignas, Lemoine decidió hacer una aparición estelar.
Enfundada en su celular, como si fuera un escudo de superhéroe, comenzó a grabar a los manifestantes en un gesto provocador. La respuesta no se hizo esperar: los adultos mayores, hartos de ser ignorados y ahora también filmados sin su consentimiento, la abuchearon y la invitaron a retirarse con la energía de quien lleva décadas enfrentando injusticias.
El desenlace fue digno de una escena de comedia: Lemoine tuvo que ser escoltada por un policía mientras los jubilados la despedían con gritos y gestos de desaprobación. Una retirada que, lejos de ser épica, terminó siendo más bien bochornosa.
Pero este no es el primer episodio en el que Lemoine se ve envuelta en polémicas callejeras. Hace unas semanas, la diputada libertaria ya había dado de qué hablar cuando sugirió métodos poco ortodoxos para lidiar con los militantes kirchneristas que se congregaban frente a la casa de Cristina Fernández de Kirchner.
En un intento por llamar la atención, Lemoine declaró que los vecinos afectados por las manifestaciones podrían "regar la vereda con manguera de agua fría" para dispersar a los manifestantes. Una sugerencia con clara incitación a la violencia.
Lejos de retractarse, Lemoine redobló la apuesta con comentarios que oscilaban entre lo absurdo y lo hilarante: "No quiero darles ideas", dijo en su momento, justo después de haber dado una idea bastante clara sobre cómo incomodar a los manifestantes arrojando agua hirviendo, una idea que expresó sin titubear en redes sociales.
En el episodio más reciente, su presencia frente a los jubilados no solo es innecesaria, sino también como una falta de respeto hacia un grupo que lleva años luchando por sus derechos que ahora se ven cada vez más cercenados por las políticas de ajuste libertario. Mientras los manifestantes exigían dignidad en sus pensiones que los ayudan a comer o a pagar medicamentos, Lilia Lemoine parecía más interesada en generar contenido para sus redes sociales que en escuchar las demandas de quienes estaban allí.