Se pudrió todo en la televisión. Y esta vez no fue en un programa de archivo ni en una pelea de panelistas al aire. El escándalo se cocinó a fuego lento, por redes sociales, y los protagonistas son dos pesos pesados del medio: Nicolás Magaldi, el conductor todoterreno que siempre cultivó un perfil conciliador, y Marina Calabró, la periodista que supo ganarse el apodo de "la filosa" por sus críticas sin filtro en radio y televisión. Todo comenzó cuando la hija de Juan Carlos Calabró se puso al frente de DDM (América TV), reemplazando a Mariana Fabbiani, y comenzó a hundir el barco en términos de audiencia. A partir de ahí, Magaldi no pudo contenerse.

Desde su cuenta en X (ex Twitter), disparó munición pesada: "Qué error Marina Calabró conduciendo. Es parte de tanta mala leche a colegas. Vuelven esas energías. Esto es parte del pozo que armó día a día. Pude verla en reemplazo y le queda mejor esconderse en un micrófono de radio". La frase retumbó fuerte, no solo por lo filoso del contenido, sino porque dejó en evidencia una vieja cuenta pendiente entre ambos, que se remonta a agosto de 2023. En aquel entonces, Magaldi debutaba como conductor de Intratables, y Marina -desde su columna en Lanata sin filtro (Radio Mitre)- lo había destrozado sin piedad. "No me gustó el trabajo de Magaldi", había dicho.
Y agregó: "Y rescato que es un excelente profesional... pero fue el peor trabajo que le vi en televisión". Y no fue lo único. Marina Calabró había comparado su performance con "una caricatura de Santiago del Moro", lo acusó de ser caótico en la conducción, y hasta ironizó que debería mirar repeticiones de El show del problema en lugar de Intratables. Ahora, parece que Nicolás no olvidó. Y esperó su momento para devolver la crítica con una cucharada del mismo jarabe.
Pero la historia no termina en el rencor. Porque el regreso de Calabró a la conducción no vino acompañado de buenos números. En estos días, DDM viene naufragando en el rating, perdiendo contra casi toda la grilla de El Nueve: Bendita, Telenueve, Con Carmen y hasta Bienvenidos a ganar le sacan ventaja. ¿La ironía? Durante años, Marina se especializó en analizar rating desde la radio, con lupa crítica y una cuota de sarcasmo. Medía, comparaba, juzgaba y sentenciaba sobre qué programas funcionaban y cuáles no. Ahora, le toca estar del otro lado del mostrador... y los números no la están acompañando a simple vista.