El invierno se instaló con fuerza en Argentina y no da tregua. En el arranque de julio, el frío extremo se convirtió en el gran protagonista del clima en buena parte del país, con temperaturas bajo cero generalizadas, fenómenos meteorológicos inusuales y un mapa de alertas que incluye a nueve provincias. La advertencia no solo abarca al sur del país, sino también a zonas del centro y del noroeste, obligando a la población a tomar precauciones para evitar problemas de salud.

Según el último informe del Servicio Meteorológico Nacional (SMN), las provincias de Buenos Aires, La Pampa, San Luis, Córdoba, Mendoza, Río Negro, Neuquén, Santa Cruz y parte del norte de Chubut permanecen bajo algún nivel de alerta por frío extremo. En varias de esas zonas, el aviso sube a nivel naranja o rojo, indicando un riesgo alto para la salud, sobre todo en grupos vulnerables como adultos mayores, niños pequeños y personas con enfermedades crónicas.
La única provincia que por ahora quedó fuera de las alertas fue Tierra del Fuego, en una paradoja climática poco frecuente. En contraste, localidades como Maquinchao (Río Negro) y Trelew (Chubut) registraron mínimas extremas de -18 °C y -10,7 °C respectivamente, según datos del SMN de este martes a las 6 de la mañana. En el Área Metropolitana de Buenos Aires, la ciudad capital amaneció con -0,1 °C, el valor más bajo de la semana, y una máxima que apenas alcanzará los 9 °C.
El frío extremo también deja postales que sorprenden. En Chubut, una de las provincias más afectadas, el fenómeno climático alcanzó niveles insólitos. En Río Pico, una localidad ubicada en el suroeste provincial, se congeló por completo la Cascada de Opazo, un salto de agua de más de 30 metros que quedó transformado en una estructura de hielo que parecía sacada de una película.
El fenómeno se registró durante la mañana del lunes 30 de junio, cuando los termómetros marcaron -17,2 °C. Las estalactitas formadas sobre la roca y el hilo de agua que apenas lograba correr entre el hielo generaron una imagen que se viralizó rápidamente en redes sociales y atrajo la atención de medios y curiosos. El lugar, que suele ser muy visitado en primavera por su caudal producto del deshielo, se convirtió en uno de los símbolos de esta ola polar.
Para los próximos días, el SMN anticipa que las bajas temperaturas continuarán, aunque se espera un leve ascenso térmico hacia el jueves y viernes. En la Ciudad de Buenos Aires, el miércoles se prevé una mínima de 0 °C y una máxima de 10 °C. El jueves, el termómetro oscilará entre los 4 y los 13 °C, mientras que el viernes podría alcanzar los 15 °C, en una jornada entre parcial y mayormente nublada. El fin de semana también continuará frío, con temperaturas entre los 6 y los 14 °C. Aunque se alejan momentáneamente las mínimas extremas, no se descartan nuevas alertas si persisten las condiciones actuales.
El sistema de alertas por temperaturas extremas del SMN tiene tres niveles:
- Amarillo: efecto leve a moderado en la salud; puede afectar especialmente a personas de riesgo.
- Naranja: efecto moderado a alto; potencialmente muy peligroso para la salud.
- Rojo: efecto alto a extremo, con alto riesgo de mortalidad en población vulnerable.
Ante este escenario, el Ministerio de Salud recomienda evitar la exposición prolongada al aire libre, abrigarse con varias capas de ropa liviana, mantener los ambientes calefaccionados de forma segura y evitar los cambios bruscos de temperatura. También se aconseja hidratarse bien, no automedicarse ante síntomas respiratorios y prestar especial atención a niños, mayores y personas con enfermedades preexistentes.
La ola polar que atraviesa el país desde fines de junio no solo marca un récord térmico en varias regiones, sino que obliga a modificar rutinas, postergar traslados y redoblar los cuidados. Las escuelas ajustan horarios, los hospitales refuerzan guardias y los gobiernos provinciales monitorean en tiempo real la situación climática.