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Moda fúnebre: los velan haciendo sus actividades favoritas

Jugando póker o dominó; en moto o ambulancia; disfrazados; boxeando o simplemente parados contra una pared. En Puerto Rico prolifera una nueva y extraña moda: la de realizar velorios poco convencionales. Un repaso por los más estrambóticos.

27 Enero de 2016 13:34
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En Puerto Rico asoma una extraña tendencia, una peculiar forma de honrar a los muertos. Inspirados en series como “Walking Dead”o películas como “Fin de semana de locura”, los familiares y amigos de los muertos deciden embalsamarlos y rendirle pompas fúnebres. El último de estos velorios temáticos fue el de Henry Rosario Martínez, un apasionado jugador de póker que fue velado practicando su actividad favorita.

Los amigos le calzaron una gorrita y una campera de los Yankees de New York, el equipo de béisbol de la ciudad, y lo sentaron a jugar al juego de cartas. Como se puede ver en el video que inmortalizó el pase a la inmortalidad, Henry recibió dos ases. Y se mantuvo con cara de póker. Según informa el diario El Nuevo Día, es la primera vez que la casa velatoria Eterna Luz, donde se realizó el evento, realiza este tipo de funeral. “En otras partes del país se convirtió en algo normal”, declaró el dueño de la empresa, llamado José Meléndez. 

Dominó en el bar de mamá

Lo velaron jugando dominó en el bar de su mamá. 

Jomar Aguayo es otro de estos casos. Con 23 años, fue asesinado en un tiroteo, y fue velado en el bar de su mamá, en San Juan de Puerto Rico, sentado en una mesa jugando al dominó y con una cerveza. El servicio fúnebre lo hizo la funeraria Marín, y Tamarís, la dueña de la empresa, dijo: "No me parece de mal gusto, porque todas las personas tienen el derecho a ser veladas como quieran. Se puede considerar, incluso, una obra de arte".

Una moda que crece. 

Vestido con un equipo deportivo azul y gorra al tono, Aguayo fue sentado en una de las mesas. Los amigos y parientes tenían algunas opciones: compartían mesa con el muerto, se sentaban un rato a simular una partida de dominó o se ubicaban en mesas vecinas. 

El boxeador

Christopher “Perrito” Rivera era boxeador de récord mediocre. 

Christopher “Perrito” Rivera fue un boxeador portorriqueño con una carrera sin tantos éxitos: su récord es de 5 ganadas, 15 perdidas y un empate. Su última voluntad antes de morir fue ser velado en un ring. Y su familia cumplió ese deseo. Guantes azules, bata, botas y amplios lentes de sol, el púgil permaneció de pie durante 24 horas en un ring recreado especialmente para la ocasión. Detrás del cadáver, una bandera portorriqueña. 

El motociclista

David Morales Colón tenía 22 años, y estaba tan orgulloso de su moto, con la que trabajaba realizando repartos, que lo velaron sentado sobre ella. En 2010, el muchacho -apodado "El Matatán” y con pesados antecedentes policiales- fue asesinado a balazos en un presunto ajuste de cuentas. El velorio fue pagado por el tío del joven, quien también le compró su moto favorita, una máquina de 14 mil dólares, una Honda CBR 600. Fue uno de los primeros funerales de este estilo, y como tal duró casi 48 horas, en las que desfilaron amigos, parientes y curiosos.

El ambulanciero

 El hombre murió en un accidente cuando a uno de sus amigos se le disparó el arma. Para velarlo, eligieron vestirlo con un abrigo azul con el logo de su empresa, gafas de sol, gorra y una mano reposando sobre la ventanilla. El velatorio, que se llevó a cabo dentro de una ambulancia, se hizo en el estacionamiento de la empresa médica. Al lado del vehículo, una botas y fotos de santos y liturgia.

Linterna Verde

Un héroe: el hombre fue evla

Renato García Delgado era un hombre de 50 años, un fanático de los DC cómics y las historias de súper héroes. Por ese motivo, al morir la familia decidió realizar el velatorio en el living de su humilde casa. Resolvieron vestirlo como Linterna Verde, para homenajearlo en su gran hobby vital.

El Muerto Parao 

El pionero en todo este asunto se llamó Ángel Luis “Pedrito” Pantojas Medina, a quien asesinaron de 11 tiros y cuyo cuerpo abandonaron a la vera de un río en San Juan, Puerto Rico. A los 24 años, el hombre sabía que tarde o temprano lo atraparía la muerte, por lo tanto dejó bien clara su postura: quería que lo velen parado y lo entierre con sun mejor ropa. Fue bautizado “El falso

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