12 Mayo de 2025 14:19

Un día antes de que se anunciara el nuevo contrato multimillonario por los pañales del PAMI, un 20% más caro que el anterior y en una licitación exprés y a único oferente, el vocero presidencial Manuel Adorni había vendido el anuncio en sus redes sociales como un ahorro y el fin del robo a "los abuelos". Aunque en los hechos, los 450 millones de dólares que fueron para una empresa que ni siquiera es del sector de la salud, y que además hasta tendrán un excepcional pagó por adelantado, exponen que el famoso "fin del curro" no es más que un negocio que cambió de manos.
En la última conferencia de prensa, Adorni negó que las licitaciones estén direccionadas y aseguró que "si hay algo más que decir, se dirá en la Justicia". El ruido es claro y se empieza a desmoronar el relato anticorrupción, al igual que con el fracaso de Ficha Limpia. En este caso, el acuerdo expuso un montón de irregularidades, que son las que motivaron a que el candidato a legislador porteño por La Libertad Avanza (LLA) tuviera que dar explicaciones.
La licitación se hizo para el periodo de Semana Santa y desde que se anunció que se abrió el sobre, pasaron sólo seis días. Algo nunca visto antes. De las cuatro empresas oferentes, tres se bajaron porque no estaban en condiciones de poder presentar una oferta en tan poco tiempo. La única que ganó se llevó un negocio de 450 millones de dólares para brindarles los pañales de 200 mil afiliados en tres años, lo que significa el tercer contrato en importancia del PAMI, detrás de los medicamentos y las internaciones.
La compañía ni siquiera es del sector de la salud, como sí lo eran las otras tres que además hicieron todos los reclamos para tener más tiempo para poder presentar la oferta, de acuerdo a lo que registró Ámbito. Eso ni siquiera fue lo que más llamó la atención, ya que por otro lado se logró que se pague un 3% del contrato por adelantado, algo jamás visto en el Estado al punto de que el mejor panorama para los proveedores es ver algo de dinero 60 días después de haber comenzado el trabajo.
En este nuevo "fin del curro" del gobierno libertario, se cambiaron los mecanismos de un día para el otro. El que estaba vigente incluía a los fabricantes, que se encargaban de distribuir los productos a las droguerías, mientras que estas lo derivaban a las farmacias y recién después llegaban a las y los beneficiarios. Ahora se revirtió la dinámica para ir directo a los usuarios, aunque con una calidad mucho más baja de acuerdo a las denuncias de los empresarios del sector.