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"La cámara es una herramienta de justicia social": el fotoperiodismo como trabajo de riesgo en la Argentina de Milei

Rocío Bao, fotoperiodista independiente, contó cómo es ejercer su oficio y cómo cambió su camino desde la primera represión el 15 de diciembre de 2023 hasta la del miércoles pasado.

por Samantha Plaza Monroy

28 Mayo de 2025 12:40
Fotos de Rocío Bao
Fotos de Rocío Bao

¿Cuáles son las historias detrás de las fotos de las brutales represiones las marchas de jubilados de los miércoles en las inmediaciones del Congreso? Trabajadores de prensa, en su mayoría fotoperiodistas son agredidos constantemente por las Fuerzas Armadas que copan las calles desde aquel fatídico e inolvidable 15 de diciembre de 2023 cuando se dio vía libre al protocolo antipiquetes confeccionado por la sangrienta ministra de Seguridad Patricia Bullrich que llegó al poder cambiándose -una vez más- la camiseta y ahora reconvertida y evolucionada a la ultraderecha más cruenta liderada por el presidente Javier Milei y tradicionales funcionarios como Federico SturzzeneggerLuis Caputo, padres del endeudamiento con el Fondo Monetario Internacional. 

Desde aquel diciembre ardiente cuando Argentina cambió rotundamente su marco social y legal para las manifestaciones, Rocío Bao, trabajadora en un medio autogestivo (Infonews) y freelance también ocupó las calles para ejercer su profesión, que antes era sólo la de mostrar una escena a través del ojo de su cámara, pero que ahora también debe ocuparse de esquivar palazos, balas de goma y resguardar su mirada del gas lacrimógeno que arroja la Policía Federal.

Fotos de Rocío Bao
Fotos de Rocío Bao

Esta trabajadora no es la única que atraviesa el contexto de represión desmedida todos los miércoles. Cientos de jubilados ponen el cuerpo y les sucede lo mismo: pasando sus 70 y 80 años, son gaseados, golpeados y lastimados al igual que estudiantes, ciudadanos y hasta curas villeros que son violentados por manifestarse en contra de las políticas de ajuste del gobierno de La Libertad Avanza. 

Lo cierto es que, desde que se puso en boga el protocolo para reprimir sin piedad a los ciudadanos, cada miércoles se vuelve más violento. Sin embargo, la jornada del 12 de marzo marcó un punto de inflexión: el cabo Héctor Jesús Guerrero disparó un proyectil de gas lacrimógeno que impactó en el cráneo de Pablo Grillo, un fotoperiodista que -como Rocío Bao y tantos otros- cubría la manifestación... hasta el día de hoy, Grillo lucha por su vida.

Fotos de Rocío Bao
Fotos de Rocío Bao

En diálogo con BigBang, Rocío contó que cuando se preparaba para las coberturas periodísticas se aseguraba de contar con lo básico: cargar la batería de la cámara, chequear los lentes y que tenga el espacio de memoria suficiente para el registro; sin embargo, desde este año, las cosas cambiaron drásticamente: "Algo que añadí a mi preparación del día previo son unas gafas de protección y la máscara para protegerme de los gases lacrimógenos y también un casco de bicicleta que es algo que que sumé después de lo que le pasó a Pablo Grillo". 

Como trabajadora independiente, Rocío cuenta que tuvo que solventar todo el equipo de cuidados con dinero propio, situación que se repite y se ve en las marchas de los miércoles: trabajadores de prensa que usan máscaras caseras, cascos que originalmente son para bicis o para motos y elementos que encuentran en la cotidianeidad para afrontar la violencia policial. Si bien -algunos- medios hegemónicos brindan material de protección para sus trabajadores, la mayoría de ellos deben arreglárselas con lo que tienen a mano. 

Fotos de Rocío Bao
Fotos de Rocío Bao

"No quiero naturalizar el hecho de tenerlos", reflexiona Rocía respecto al casco y la máscara que ahora debe usar y sigue: "La realidad es que tanto manifestantes como fotógrafos deberíamos poder protestar y trabajar en paz en el marco de una manifestación... pero eso no está pasando, por el contrario, se están profundizando los niveles de de violencia estatal a través de las fuerzas de seguridad".

Las fotos de Rocío son la muestra clara de la realidad que viven los argentinos que se manifiesta en el Congreso: "Los miércoles son de resistencia a las políticas de brutalidad de este gobierno. Es donde más se ve la bestialidad de la violencia del gobierno libertario; de alguna manera hemos naturalizado que lo impensado que es que se reprima a una persona de 70 años. Cualquier tipo de represión es repudiable, pero uno espera que haya ciertas consideraciones y, sin embargo, no las hay".

Fotos de Rocío Bao
Fotos de Rocío Bao

Las calles -más que ocupadas por manifestantes- están plagadas de uniformes. Están la Policía Federal, la Policía de Seguridad Aeroportuaria, también Gendarmería como fuerza de choque y hasta la Prefectura Naval reprimiendo jubilados, estudiantes y trabajadores. Sobre esto, Rocío explica: "Imponen una imagen para generar miedo (la violencia) fue incrementándose con la impunidad que les garantiza el Gobierno Nacional", dice y agrega: "Vienen dejando a cientos de personas heridas, hospitalizadas, detenidas al azar, personas que protestan pacíficamente, que hacen el trabajo de registrar desde las cámaras. Todo eso se fue intensificando y pareciera que cada semana va subiendo la apuesta". 

La cámara como herramienta de justicia social 

Rocío sale con cámara, máscara y casco en mano. Horas antes se organiza con compañeros y compañeras para saber dónde están y con quiénes para no sentirse sola y no dejar a nadie sin protección. Llega a la plaza y desde ese momento está a la expectativa de lo que sucede; sus fotos que van desde un oficial babeando a gendarmes disparando a 90 grados con una media sonrisa clavada -cuando la regulación es a 45° para que no impacte en la cara o en zonas sensibles- pero en sus imágenes también aparecen señoras rezando, jóvenes comiendo, escenas que describen a la perfección un oxímoron.

Fotos de Rocío Bao
Fotos de Rocío Bao

Consultada sobre cómo es el momento del registro de las imágenes, ella cuenta: "No es lo mismo cuando los gendarmes están pegándole con palos a las personas que cuando la Prefectura está tirando gas pimienta o cuando están disparando", relata y sigue: "Intento resguardarme, pero en el momento tengo como una necesidad imperiosa de registrar esa violencia que que está siendo ejecutada. Me sale acercarme, dentro de todo, insisto, tratando de cuidarme". 

Sobre esta actividad tan necesaria y casi de riesgo de vida, la fotógrafa comenta: "La cámara es una herramienta de justicia social fundamental y necesaria que a la larga termina instalando y generando niveles de concientización sobre las distintas formas de violencia. En este caso, violencia estatal". Pero lo que parece una tarea apasionante, es bastante arriesgada: "Trato de registrar lo máximo posible con la herramienta que tengo en mi mano esquivando los palos y los gases porque las fuerzas de seguridad tienen una bajada de línea explícita sobre quienes ejercemos el fotoperiodismo: ven que estás tomando una fotografía y te apuntan con el gas pimienta en la cara, te disparan, te empujan, te zamarrean".

Fotos de Rocío Bao
Fotos de Rocío Bao

Rocío describe a la perfección la tarea de los fotoperiodistas: "Somos el testigo popular, ese testimonio imposible de negar de lo que hacen ellos en contra de jubilados, de criaturas". Y después del momento del registro público, todos los que hacen este trabajo, tienen una segunda parte del trabajo: la edición de las imágenes que hacen en el ámbito privado desde las casas o bien en las redacciones. 

"Me pongo a editar las fotos, a seleccionarlas y me sorprendo de haber sacado algunas porque... me olvido de que las había sacado", dice Roció y la reflexión sobre por qué le sucede esto es escalofriante: "Tiene que ver con un con impacto emocional del momento y de la adrenalina que se maneja eh en el momento de registrar". 

"La gente no odia lo suficiente a los periodistas"

El gobierno libertario que tiene a Milei como máximo referente ataca a la prensa desde que, por ejemplo, no dejaron ingresar a trabajadores a Casa Rosada para registrar la apertura de Sesiones Ordinarias de 2024, pero los ataques también vinieron con forma de desfinanciación y quita de la pauta pública -que ahora solo se reparte entre medios oficialistas- y, como última medida de desprestigio se lleva al plano discursivo: palabras como "ensobrados" o la frase cabecera del Jefe de Estado "La gente no odia lo suficiente a los periodistas", se traducen en ataques directos en las calles a laburantes de prensa.

Fotos de Rocío Bao
Fotos de Rocío Bao

Consultada sobre esto, Rocío planteó preguntas retóricas que llaman a la profunda reflexión: "¿Qué sería odiar lo suficiente a los periodistas y cuál es el límite del odio?; ¿Qué implica ese odio? Porque la realidad es que hoy en día el gobierno tiene una bajada de línea explícita hacia la fuerza de seguridad para que repriman a trabajadores de prensa", dice y continúa: "¿Cuál es el límite? Si en el mismo día en que una persona random le dio un palazo en la cabeza al periodista Roberto Navarro -explícitamente opositor del gobierno- en ese momento le dice, 'No odiamos lo suficiente' en lugar de frenar los ataques o hacer un una especie de repudio... Entonces, ¿qué sería odiar lo suficiente a los periodistas?". 

Además reflexiona: "¿Cuáles son los periodistas a los que hay que odiar? ¿Aquellos que somos opositores a sus políticas de ajuste, de vaciamiento estatal, de las políticas que están llevando a que haya más hambre, a que la salud esté en crisis, a que todos los sectores de la sociedad la estén pasando mal? Esa frase resume todo lo que ya sucede y que Javier Milei promueve. Eso deja en evidencia la importancia de la tarea periodística y fotoperiodística que el gobierno no quiere que mostremos. Eso me recuerda el valor que tiene el trabajo que hacemos al escribir y al registrar con nuestras cámaras lo que sucede", termina Rocío Bao que, al momento de finalizada esta nota periodística, se prepara para cubrir una nueva manifestación y represión en las inmediaciones de la Plaza de los Dos Congresos. 

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