11 Junio de 2025 15:41

La tragedia golpeó con fuerza en Gorina, una tranquila localidad del norte platense, donde un niño de tan solo cuatro años, Gael Nehemias Silvestrelli, murió el martes por la noche en circunstancias que aún permanecen envueltas en un velo de misterio. La Justicia ya investiga el hecho bajo la carátula de "averiguación de causales de muerte", mientras la comunidad intenta asimilar el dolor de una pérdida que todavía no encuentra respuestas.
Todo ocurrió el martes alrededor de las 19.30, cuando Johana Noemí Azcona, madre del pequeño, llegó desesperada al Hospital San Roque de Gonnet. Cargaba en sus brazos a su hijo, quien, según relató, presentaba insuficiencia respiratoria y había perdido el conocimiento. Gael fue trasladado desde una vivienda ubicada en la calle 487, entre 138 y 139, donde vive la hermana de la mujer. Fue en ese domicilio donde, por causas aún inciertas, su salud se deterioró de forma abrupta.

Según informó el diario El Día, el personal médico del hospital lo recibió con urgencia y de inmediato inició maniobras de reanimación cardiopulmonar (RCP). Durante minutos se luchó contra el tiempo, pero el esfuerzo fue en vano: Gael fue declarado muerto poco después de su ingreso. La conmoción fue inmediata. No solo por la edad del niño, sino por las condiciones que rodeaban su vida. Según trascendió de fuentes policiales, el pequeño padecía una compleja condición congénita que lo obligaba a vivir con un botón gástrico y una bolsa de colostomía. A pesar de esa vulnerabilidad, nada hacía prever un desenlace tan repentino y devastador.
Ahora, los investigadores de la Policía Bonaerense y la fiscalía a cargo del caso intentan reconstruir las últimas horas del niño. Todo indica que los momentos previos a su fallecimiento se desarrollaron dentro de la casa de un familiar, donde se habría descompensado por motivos que aún no están claros. El cuerpo de Gael fue sometido a una autopsia y los resultados serán determinantes para entender si su muerte obedeció a una complicación médica vinculada a su condición previa o si hubo algún otro factor que desencadenó el trágico final. Por el momento, no se descarta ninguna hipótesis.
De hecho, aunque las autoridades evitaron hablar de posibles delitos hasta contar con datos concretos. En Gorina, la noticia se expandió como una ola de dolor. Vecinos, conocidos y allegados a la familia aún no encuentran palabras para dimensionar la pérdida. En redes sociales, comenzaron a circular mensajes de apoyo y condolencias. Algunos, entre la tristeza y la confusión, piden justicia. Otros, simplemente, lamentan una muerte que, a sus ojos, nunca debió ocurrir.