02 Enero de 2016 05:10

Una joven llamada Jésica Uuscamayta Curí, de 26 años, murió ahogada durante una fiesta clandestina llevada a cabo durante la madrugada de Año Nuevo en una quinta llamada “San Cayetano” de la localidad de Melchor Romero, ubicada en la calle 520, entre 159 y 160, en la localidad de La Plata.
La pileta donde falleció la mujer de 28 años.
Según trascendió, la víctima era epiléptica y fue a bailar a una casa quinta y, por circunstancias que aún se desconocen, terminó ahogada en la pileta. La Justicia investiga los hechos y sospecha del municipio local ya que esa casa tenía la prohibición de realizar esta fiesta. Hay cuatro imputados por el delito de "homicidio culposo": el organizador de la fiesta clandestina; al dueño de la quinta y a dos personas más.
Así se difundía la fiesta por las redes sociales.
El evento, que estaba bajo el lema “Vení y rompé todo, el límite lo ponés vos” se había estado promocionando por las redes sociales durante la semana previa al Año Nuevo. La entrada costaba 200 pesos. “Nos enteramos de esta fiesta por el 'boca a boca', pero la difundieron por internet durante una semana”, contó Cristian, el hermano de la víctima al diario El Día. Aunque distintos testigos dijeron que la pileta era el “vip”, porque para llegar hasta ahí había que pagar 100 pesos más, el muchacho recordó que había mucha gente en el agua.
La entrada prometía “La noche más larga”, pero todo terminó en tragedia
Una testigo relató al sitio minutouno.com que los asistentes siguieron bailando mientras la chica yacía en el suelo. Uno de los organizadores intentó hacerle RCP (Respiración Cardio Pulmonar), pero era imposible reanimarla. En su relato, asegura que uno de los organizadores de la fiesta se río cuando vio la escena y se fue riendo en su auto descapotable con la música electrónica en un volumen alto.
Juan Uscamayta, el papá de la víctima, no entiende qué pasó. Fuente: El Día.
La causa por la que están investigando el rol del municipio es porque esta celebración en particular “no había sido autorizada”. El diario El Día también confirmó que voceros comunales enviaron al propietario del lugar, los días 30 y 31 de diciembre pasado, sendas notificaciones que fueron desoídas”.También señaló que “a las 4 de la madrugada, los inspectores constataron que el evento se realizaba igual, por lo que procedieron a la clausura del lugar, aunque dos horas después regresaron y la fiesta continuaba, a pesar de la faja de clausura”.
Sin habilitación y con expresa prohibición de realizarse, sin controles, con sustancias de todo tipo: las fiestas clandestinas con una máquina de recaudar dinero ilegal.