28 Junio de 2018 17:11
El asesinato del pequeño Gabriel Cruz a manos de su madrastra Ana Julia Quezada conmocionó a España meses atrás y ahora vuelve a shockear al país de la mano de las declaraciones de la homicida.
Quezada confesó el asesinato.
Así, de acuerdo a documentos del proceso judicial revelados por el diario La Vanguardia, la mujer declaró que el crimen se detonó luego de que le pidió al niño que dejara de jugar con un hacha que había encontrado en el jardín.
Según Quezada, Gabriel le dijo que se callara y la insultó diciéndole "negra fea" y pidiéndole que se "fuera a Santo Domingo", país del cual es oriunda.
La asesina agregó que forcejeó con el niño intentando quitarle el hacha y en el proceso le tapó la boca para que se callara, apretándole también la nariz y asfixiándolo.
"No quería hacerle daño"
Quezada aseguró que no quería "hacerle daño a Gabriel ni a nadie" y que se "no sabía qué hacer". Momentos después, decidió sepultarlo en un lugar próximo a la piscina de la casa y descartar su ropa en un contenedor de la ciudad de Retamar, en Almería.
Ángel Cruz y Patricia Ramírez, los padres de Gabriel.
Según Ana Julia, la camiseta del niño que encontró Ángel Cruz, su padre, fue dejada por ella a propósito para que el hombre creyera que su hijo estaba vivo, "para darle esperanza y no hacerle daño".
Quezada convivía con Cruz desde septiembre de 2017 en una vivienda del poblado de Vícare, en Almería, que Gabriel solía visitar cada dos semanas.
