14 Mayo de 2025 10:48

Un nuevo episodio trágico golpeó esta mañana al tren Sarmiento. Pasadas las 8, un hombre de aproximadamente 50 años perdió la vida al arrojarse a las vías en pleno barrio de Floresta. La formación que lo embistió viajaba rumbo a Once, y el impacto fue tan inmediato como devastador: el cuerpo quedó atrapado bajo el segundo vagón y los equipos de emergencia no pudieron hacer nada para salvarlo. La escena, entre las calles Cuenca y Yerbal, fue tan caótica como conmocionante. En pocos minutos llegaron ambulancias del SAME, un equipo de triage y dotaciones de Bomberos, que trabajaron bajo una lluvia de sirenas y tensión.
Personal policial acordonó la zona mientras decenas de pasajeros quedaban varados en los andenes, sin certezas, entre la angustia y la desesperación. El ramal Once-Moreno quedó interrumpido entre las estaciones Moreno y Liniers durante varias horas, lo que provocó un caos en la movilidad del oeste del conurbano bonaerense. En redes sociales, usuarios reportaron formaciones repletas, estaciones colapsadas y demoras que se extendieron hasta media mañana. La aplicación oficial de Trenes Argentinos solo confirmó demoras y cancelaciones, sin mayores detalles del drama.
Mientras tanto, se multiplican las preguntas y el silencio oficial persiste. ¿Qué llevó a este hombre a tomar una decisión tan extrema? ¿Hubo testigos? ¿Cómo contenemos una situación que parece repetirse con dolorosa frecuencia en el Sarmiento? Esta no fue la única tragedia reciente sobre estas vías. Apenas el sábado pasado, un tren del mismo ramal embistió una camioneta utilitaria en el paso a nivel de la calle Corro, en Villa Luro. El resultado fue fatal: uno de los ocupantes murió en el acto y el otro fue trasladado en estado crítico al hospital Vélez Sarsfield. Según informaron desde la Policía, la barrera estaba baja y el sistema fonoluminoso funcionaba correctamente.

De esta manera, las autoridades apuntan a una imprudente y letal decisión del conductor. Dos muertes en menos de una semana. Dos escenas de horror en las mismas vías. Dos vidas perdidas que exponen, una vez más, la fragilidad de un sistema que combina infraestructura precaria, fallas de seguridad y dramas humanos que se suceden sin respiro. La línea Sarmiento, históricamente marcada por accidentes y episodios dolorosos, vuelve a estar bajo la lupa.