Terror en una clínica de Neuquén: un enfermero confesó que violó a una paciente mayor y fue condenado

La escena transcurrió en silencio, con la gravedad que impone el peso de una confesión atroz. En una clínica de rehabilitación de la ciudad de Neuquén, un enfermero violó a una paciente mayor que se encontraba bajo su cuidado, en un ataque que conmociona por la brutalidad y la indefensión de la víctima. Este martes, el autor del crimen, identificado como A.E.A.B., fue declarado penalmente responsable por abuso sexual con acceso carnal agravado por la guarda. 

La pena será determinada en los próximos días, cuando se celebre una audiencia de cesura. El horror tuvo lugar el 2 de noviembre de 2024, en la intimidad de una habitación de internación, entre las 8:20 y las 8:45 de la mañana. En ese breve pero desgarrador lapso de tiempo, el enfermero aprovechó su rol de cuidador, la confianza depositada en su función, y el estado de convalecencia de la mujer -una paciente indefensa- para cometer el abuso. 

No fue un impulso, fue una violación planificada en el silencio de una rutina médica. Durante el juicio abreviado, la fiscal del caso, Carolina Mauri, presentó un expediente con pruebas contundentes: el testimonio de la víctima, pericias médicas, y registros audiovisuales que confirmaron la mecánica del ataque. Frente a la contundencia de los elementos en su contra, el imputado reconoció los hechos y aceptó su culpabilidad. 

La abogada defensora, Analía García, acompañó la solicitud de condena en los términos acordados. "Abuso sexual con acceso carnal agravado por la guarda, en carácter de autor": esa fue la calificación elegida por la Fiscalía y convalidada por el juez de garantías Gustavo Ravizzoli, quien dictó la condena y prorrogó por cuatro meses la prisión preventiva que el agresor ya cumple. El magistrado consideró que existe riesgo de fuga, y avaló que el acusado permanezca detenido hasta el juicio de cesura.

El caso se enmarca en una de las figuras más graves del Código Penal. La escala de pena parte de un mínimo de 8 años de prisión, aunque la expectativa de la parte acusadora es mayor, considerando la edad de la víctima y la posición de poder que ostentaba el agresor. El sistema de salud, muchas veces escenario de gestos nobles y profesionales comprometidos, fue aquí el lugar de una pesadilla. En donde debía haber cuidado, hubo violencia. En donde debía haber resguardo, hubo abuso. La Justicia, ahora, deberá definir cuántos años pasará tras las rejas el hombre que transformó su rol de enfermero en el de victimario.