Alarma del Banco Mundial por la baja de exportaciones agro en el país: el duro comunicado
Es el único país líder en el sector que redujo su participación en los mercados internacionales.
09 Junio de 2024 16:34
campo1200
El Banco Mundial (BM) emitió una alerta por la caída de las exportaciones agroalimentarias de Argentina, destacando un dato alarmante para la economía: es el único país líder en este sector cuyas exportaciones disminuyeron. En la última década, estas exportaciones cayeron un 1,3% anual, y la participación en los mercados internacionales descendió un 0,5%.
En su estudio titulado "Hacia un sector agroalimentario más competitivo, inclusivo y resiliente", el BM señaló que el sector agroalimentario argentino estuvo estancado durante los últimos 10 años, mientras que sus competidores continuaron creciendo. La advertencia del organismo financiero se enfoca en las políticas "distorsivas" que afectan la competitividad de Argentina en el mercado global.
"Hay políticas generales y específicas que son distorsivas y generan cambios de situación. A nivel impositivo, se destaca la carga tributaria sobre las exportaciones, los impuestos a los ingresos brutos y las trabas para exportar e importar, que generan distorsiones en el sector y desincentivan la inversión y los rendimientos. Aunque el sector sigue generando, las desventajas competitivas le van poniendo trabas", se señaló en el informe.
El informe también repasó distintos factores que afectan negativamente a la economía, incluyendo la influencia de los desastres climáticos. El Banco Mundial advierte: "Si no se implementan medidas de adaptación, los daños causados por las inundaciones podrían reducir el PIB en un 0,5% anual para 2060, y las sequías persistentes podrían provocar una disminución del PIB de un 4% anual para 2050".
A pesar de estos desafíos, los voceros del Banco Mundial creen que Argentina tiene la posibilidad de salir del estancamiento y potenciar sus exportaciones. Para lograrlo, se recomiendó fomentar la "competitividad agroalimentaria y los rendimientos económicos", la "inclusión socioeconómica" y la "resiliencia y sostenibilidad ambientales".
Javier Milei y Victoria Villarruel en el tanque TAM2C.
La reciente afirmación elogiosa hacia el secuestro, tortura y desaparición de personas durante la última dictadura cívico-militar que hizo el presidente de La Libertad Avanza (LLA) en Punta Indio, Pablo Cabrera, fue la gota que rebalsó el vaso en términos de una postura pro genocidio que desde ese espacio político siempre tuvieron, aunque también negaron en público para evitar el escarmiento legal y político correspondiente por este tipo de actitudes antidemocráticas.
"En 1963 se comercializa el primer Ford Falcon en la Argentina, de producción nacional. Vehículo emblemático, si es que tenemos los argentinos", expresó el militar retirado en el stream de la 103.7 local. Aunque lo más alarmante llegaría después: "Tuve la fortuna de que mi papá tuvo toda la vida Ford Falcon y todavía existía un Ford Falcon en mi familia. El verde aceituna que venía de fábrica. Y abrías el baúl y todavía olía a justicia", soltó.
Cabe recordar que estos modelos de vehículos en ese color pasaron a la posteridad por ser los que utilizaban los grupos de tarea que secuestraron y torturaron a los militantes políticos disidentes que se enfrentaron a la dictadura genocida que endeudó al país de forma monstruosa y que dio rienda suelta a un modelo económico que motorizó el proceso de desindustrialización que impulsaron históricamente todos los sectores extranjerizantes del país.
En otro contexto político más democrático, la afirmación hecha por el ex integrante de la Armada sería un escándalo. Aunque en el marco del gobierno actual y sus constantes guiños a los autores de los crímenes de lesa humanidad más aberrantes que conoció el país, casi que pasó desapercibida excepto para los espacios de derechos humanos y conscientes de la lucha política por memoria, verdad y justicia.
Villarruel ya había encabezado un acto parecido pero en la Legislatura porteña.
La fijación con los Falcon verdes por parte de los espacios libertarios no es de ahora. Por más que en este momento prime la disidencia política entre el presidente Javier Milei y su vice Victoria Villarruel, en su momento ella fue escogida por el lazo directo con los responsables de la represión ilegal que se lanzó durante aquellos años tan difíciles para el país.
La popularidad de Villarruel nació por ser una defensora acérrima del accionar de los genocidas, aunque se amparada detrás de otro discurso: el de la defensa de los crímenes que realizaron las organizaciones guerrilleras durante el enfrentamiento que hubo con los militares por la restitución del sistema democrático que impedían.
Los militantes y candidatos de La Libertad Avanza de San Isidro, desde un Falcon verde, borraron una pintada en reclamo por los desaparecidos.
Con este relato se hizo conocida la mujer que hoy muchos peronistas más tradicionales buscan instalar como una nacionalista. Son postulaciones que llegan de boca de muchos de los que defendieron el accionar de la Triple A que comenzó la represión ilegal y que mató a socialistas revolucionarios y peronistas de izquierda entre 1973 y 1975.
Otro de los eventos recientes que expone esta realidad silenciada de reivindicación del genocidio fue el mural que taparon a fines de enero en San Isidro los jóvenes libertarios Mateo Servan, Ian Molina y Agustín Castiglione, encabezados por el candidato local Pipo Paolucci, todos integrantes de la juventud de LLA local, quienes borraron un mural que celebraba la llegada del nieto 138.
Agustín Castiglione de La Libertad Avanza de San Isidro y su Ford Falcon verde desde donde salieron a tapar pintadas por los desaparecidos.
"Acá La Libertad Avanza San Isidro vinimos con el equipo a tapar la cagada que hicieron los zurdos", enunciaban en el video que subieron a sus redes sociales. "Trajimos la pintura, la juventud que miramos para adelante y no las mentiras del pasado", aseguraron, para luego tapar el extenso mural del Jockey Club con únicamente una larga bandera argentina. Lo más llamativo fue cómo se acercaron al lugar, a bordo de un Ford Falcon verde que es de Castiglione.
Lo cierto es que eso duró unos pocos días, porque las organizaciones de derechos humanos locales se juntaron para taparlo otra vez con las consignas de "son 30 mil" y "la memoria no se borra". Después de eso, los libertarios no volvieron a atacar el mural -al menos hasta el momento-, presionados por la enorme movilización que se acercó a repudiar lo que hicieron.
Quién es cada uno de los represores y diputados libertarios que aparecen en la foto del encuentro del 11 de julio en el Penal de Ezeiza.
Más atrás en el tiempo, existió el escándalo que derivó en la salida de LLA de la diputada nacional Lourdes Arrieta, famosa por sus reivindicaciones a la dictadura genocida. La legisladora que se popularizó por ser la primera en tener un patito en la cabeza en el Congreso Nacional, fue una de las que se acercó al Penal de Ezeiza en la visita a genocidas detenidos, entre los que se encontraba el icónico Alfredo Astiz, el que era valiente en la mesa de torturas y después un cobarde ante el desembarco inglés en las Islas Georgias.
A principios de julio, la investigación judicial sobre los legisladores que se acercaron y los oficiales del Servicio Penitenciario Federal (SPF) que habilitaron la acción fue archivada por el juez federal Luis Armella. Un año antes habían visitado al grupo de Astiz, Raúl Guglielminetti, Antonio Pernías, Adolfo Donda y Alberto González, los legisladores Arrieta, Beltrán Benedit, Alida Ferreyra, Guillermo Montenegro, Rocío Bonacci y María Fernanda Araujo.
El grupo de diputados de La Libertad Avanza visitó a genocidas en el penal de Ezeiza.
La estadía junto a los genocidas fue aprobada por el presidente de la Cámara de Diputados de la Nación, Martín Menem. Aunque nada de eso llamó la atención de la Justicia, que avaló que diputados electos democráticamente se fueran a codearse con los que impulsaron el último golpe de Estado que sufrió el país.
Más acá en el tiempo, el perfil golpista de los libertarios volvió a quedar en evidencia cuando LLA recibió un revés la última semana en el Senado de la Nación. Tras la derrota parlamentaria, un grupo de tuiteros e influencers libertarios salieron a pedir que salgan "los tanques a la calle", que "se incendie el Congreso con los legisladores adentro" y demás. Luego, con la denuncia que le hizo un grupo de diputados peronistas, retrocedieron en chancletas y pidieron la escupidera.
Javier Milei y el Gordo Dan
Al menos así lo hizo Daniel Parisini, más conocido como el Gordo Dan, durante la última emisión de La Misa, su programa en Carajo. "Hay tuits que son una amenaza a la democracia y hay otros que no. Una cosa es que salgan los tanques de agua a la calle y otra cosa son los tanques no de agua", relativizó allí. Días atrás había pedido que salgan los tanques a la calle, pero en su afán de ser la figura pública más cobarde del país se desdijo.
No sólo eso, aprovechó para diferenciarse de otro de sus colegas: Franco Iván Jeremías Antunes Puchol, mejor conocido como Fran Fijap, ya un especialista en 100 metros llanos de las veces que tuvo que irse corriendo de movilizaciones opositoras a las que fue a provocar. "Lo que sí voy a decir: de los tuits de Fran Fijap no me hago cargo. Hay que saber tuitear. Eso es lo que voy a decir. Hay gente que sabe y gente que no sabe", afirmó Dan.
Las casualidades no existen y las referencias recientes son sólo el botón de muestra de una tradición represiva y defensora de quienes perpetraron los delitos de lesa humanidad que asolaron la Argentina entre 1976 y 1983. La historia la escriben los que ganan, pero aunque se esmeren en borrar la que se escribió durante aquellos años, el pueblo argentino jamás se olvidará del terror que reinó en la Argentina durante aquellos años que tanto defienden.