por Alejo Paredes
26 Junio de 2025 11:46
Hay obras que hacen reír, y hay otras que se convierten en celebraciones colectivas de la risa. La función que sale mal pertenece a esta segunda estirpe. La noche del martes, en una sala del Multiteatro colmada de prensa, celebridades y público ávido de buen humor, se realizó la función de prensa de esta comedia internacional que ya fue vista por más de dos millones de espectadores en el mundo. Y el veredicto fue unánime: esta función "sale mal", pero lo hace de la mejor manera posible.

El guion propone una idea sencilla pero ingeniosa: un grupo de actores aficionados, integrantes de la ficticia Sociedad de Teatro de Cornley, intenta representar una obra policial clásica. El problema es que nada funciona. Literalmente. Desde los primeros minutos, lo que sucede en escena es un espectáculo en sí mismo: cuadros que se caen, estanterías que se desploman, actores que olvidan los textos o entran en el momento equivocado (muchas veces), y una escenografía que parece armada por el peor enemigo del elenco. Todo está pensado para fallar... y todo falla con una maestría coreográfica impecable.

La versión argentina cuenta con una dirección certera de Manuel González Gil y un elenco que desborda talento, timing y entrega. Diego Reinhold retoma un personaje que ya había interpretado en la versión local de 2015 (Como el culo) y vuelve a brillar con una mezcla de comicidad física, timing verbal y carisma. "Es el material perfecto, la comedia perfecta, tiene muchísimas sorpresas. Es un concierto de equivocaciones escritas de manera magistral", dijo el actor, y su entusiasmo se refleja en escena. Junto a él, el gran Héctor Díaz demuestra que exagerar también puede ser un arte si se hace con precisión.
Fredy Villareal, en uno de sus mejores trabajos teatrales recientes, explota su versatilidad: cambia voces, rompe la cuarta pared, improvisa, juega y brilla como en los mejores años del humor televisivo argentino. Dan Breitman, además de su talento actoral, deslumbra con momentos coreográficos que el público ovaciona. Completan el elenco con gracia y efectividad Victoria Almeida, Gonzalo Suárez, Maida Andreanacci y Federico Ottone. Justamente Ottone y Andreanacci merecen un párrafo aparte: desde antes del inicio formal, cuando ya están sobre el escenario simulando ser productores que "terminan de preparar" la obra, marcan el tono del show.

Sus intervenciones cubriendo baches, simulando improvisar o aprendiendo los diálogos en el momento, son joyas del humor físico y absurdo. La puesta no inventa nada, y no lo necesita. Se apoya en ese humor blanco, físico, desbordado pero inofensivo, que recuerda a los sketches más entrañables de VideoMatch, sin caer en los vicios de épocas pasadas. Es humor para toda la familia, construido con una inteligencia que evita caer en lo vulgar y potencia lo gestual, lo inesperado y el caos como una forma de arte. En la función de prensa no faltaron los aplausos, las carcajadas constantes ni las caras conocidas: Mica Viciconte, Fabián Cubero, Soledad Silveyra, Luis Brandoni, Elena Roger, Miguel Ángel Solá, Julián Weich, Eduardo Blanco, Verónica Llinás, entre muchos otros, dijeron presente y salieron del teatro con una sonrisa.

Con producción de Juan Manuel Caballe, Tomás Rottemberg y Faroni Producciones, La función que sale mal se presenta de miércoles a domingos en el Multiteatro. Es una cita obligada para quienes buscan olvidarse de todo por dos horas y entregarse a la risa más genuina. Como señaló The New York Times, es "el equivalente teatral de un desastre de múltiples autos en cámara lenta". Y The Huffington Post fue aún más contundente: "la obra más graciosa jamás vista". La versión argentina lo confirma con creces. Porque La función que sale mal no solo hace reír: reivindica el error como motor del humor, el talento como garantía del juego y el teatro como espacio para el goce colectivo. Y en tiempos complejos, eso es muchísimo.