21 Julio de 2015 15:35

Si tu espíritu geek está inquieto y estás pensando en comprar algún producto tecnológico, pero querías hacerte una escapada de vacaciones aunque sea por un par de días, no hace falta que renuncies a ninguna de las dos cosas. Y no con una escapada cualquiera, sino una a Nueva York: tanta es la diferencia en los precios de electrónica entre nuestro país y los Estados Unidos, cortesía del precio del dólar, los impuestos y la distorsión de precios entre el competitivo (y masivo) mercado estadounidense y el local, más limitado y volátil.
Mirá estos números y andá renovando el pasaporte. Porque por más ridículo que parezca, la cuentas cierran. Especialmente para los amantes de los productos de la manzanita.
Basta como ejemplo mirar los precios de una MacBook Pro de 13" (chip Core i5 a 2,7 GHz con pantalla Retina y 128 GB de almacenamiento): $ 36.599 en la Argentina -en un local confiable- contra 1.299 dólares, o $ 16.028 (tomando como base el dólar llamado turista que incluye el 35% de recargo a las compras con tarjeta en el exterior, y que es recuperable a través del impuesto a las ganancias) si la comprás justo después de ir a caminar por el Central Park.
Ahora sólo es cuestión de hacer unas matemáticas: la diferencia entre los dos precios es de $ 20.000. Se gastan $ 10.025 en un pasaje de oferta (buscamos uno volando por TAM, pero hay otras alternativas de precios similares), y entre $ 500 y $ 1.000 por noche, dependiendo de tus pretensiones, algo razonable para un alojamiento barato, mucho más si el viajero se anima a la opción de alquilar departamentos directamente a dueños en sitios como Airbnb.
La coqueta portátil de Apple cuesta $ 36.000 en Argentina.
Además, para que todo sea legal, nos falta tener en cuenta los impuestos correspondientes a la importación del equipo en la Aduana: es el llamado excedente de la franquicia por viaje, que es el 50% del monto que supere los 300 dólares (si sale US$ 400, excede 100, se paga 50 al declararlo en la Aduana). En este caso, la MacBook cuesta 1.299 dólares, menos los 300 de franquicia, son 999 dólares y de eso, la mitad, es decir aproximadamente $ 4.570 pesos (no se aplica el recargo del 35% porque se pagá en la Argentina).
Y así, voilá: el viajero con ansias techies puede viajar, quedarse aproximadamente una semana en Nueva York, comprar el equipo y cancherear en la Aduana, y todo por el mismo precio que pagaría comprándolo a unas cuadras de su casa en la Argentina.
Y ya está allá, no se va a quedar con las ganas de tener el nuevo Galaxy S6 Edge de 64 GB, el último chiche de Samsung, pagando 786 dólares ($ 9.800, contando impuestos y envío, en lugar de los $ 18.999 que pagaría en estas Pampas (siempre hablando de equipos liberados, claro). Acá también los números dan para volar, quedarse un par de noches y pagar la aduana casi al mismo precio que si se lo comprara en cualquier casa de electrodomésticos local.
El último smartphone de Samsung, otro de los preferidos de los viajeros.
Y como yapa final, dejate tentar y volvé con un Motorola 360, el smartwatch recién llegado a nuestro país, que tiene un costo de $ 5.499, bastante más que los $ 1.838 (149 dólares) del país del Norte (y que no paga franquicia).
Así que ya sabés, la próxima vez que alguien te diga que se va a comprar algún equipo tecnológico, que no te extrañe si tarda un par de días volver a casa.