11 Enero de 2016 15:00

Dos semanas de persecución novelesca. Quince días de novela 24 horas. Tiroteos, sangre, rehenes. Parece una película, pero por desgracia no lo fue. Desde el mismo momento de la fuga de Martín y Cristian Lanatta y de Víctor Schillaci, presos en el penal de General Alvear por el Triple Crimen de Gral. Rodríguez, la opinión pública y los medios se rindieron ante el caso.
Lanatta fue trasladado con custodia.
Y tanto se rindieron que en Mercado Libre salió a la venta el muñeco de Martín Lanatta. Ideado de acuerdo a la foto que se difundió de su detención (camisa verde, rapado y con múltiples heridas en el rostro), el juguete de este personaje se puso a la venta en las redes con un costo de $ 1.700. El vendedor publicó dos fotos para promocionar el artículo. Una en la misma pose en que lo fotografiaron; la segunda con una camioneta volcada. Igual que en la vida real.
Lanatta volcado. Para promocionarlo lo ubicaron con bolso y camioneta dada vuelta.
Como en la foto que se difundió.
Lo que quedó establecido desde el comienzo del caso es que Martín Lanatta era “el cerebro” de la operación. El perfil que quedó fijado en la sociedad es que era la voz de mando del trío. Su hermano acompañaba sus decisiones y Schillaci aportaba los contactos territoriales. Instructor de tiro, Lanatta adelgazó más de 25 kilos en la cárcel. Hay quien sugiere que lo hizo como parte de su huidizo plan.
Así apresaron a Martín Lanatta.
Martín Lanatta fue el primero en caer. Apareció en Cayastá, provincia de Santa Fe. Una camioneta blanca ploteada con el logo de Gendamería y múltiples heridas demarcaron su detención. Luego, el papelón. El anuncio de que estaban apresados su hermano y su cómplice, que recién cayeron 48 horas después. Pero no importa. La fuga ya es leyenda. Y Lanatta tiene su propio muñeco.