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Cómo ser mujer y no odiar a otras mujeres

La definición de misoginia en el diccionario de la Real Academia Española es concreta: “aversión u odio a las mujeres”, por el sólo hecho de serlo. Pero, ¿quién (o quiénes) las odian? Cuando son hombres, es fácil: machistas, cavernícolas, mameros (la única mujer es su madre, el resto, todas zorras). ¿De dónde viene el odio entre congéneres?

18 Mayo de 2016 11:18
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Seguramente alguna vez sentiste -o sentís- algo no muy agradable hacia alguna mujer. Porque te parece que es más ingeniosa, o más inteligente, o más linda, porque mejor culo, novios más lindos que vos, o lo que sea. Muchas veces ellos se atribuye al hecho de que somos unas brujas, incluso entre nosotras.

Sin sexismo, sin falsas creencias de superioridad.

La sociedad empuja hacia esta incongruente aseveración de que las mujeres se sacan las mechas todo el tiempo. El patriarcado sienta sus bases en aquello de “divide y reinarás”. Promulga sus horribles modos sexistas para que nos creamos el cuento de que somos manipuladoras, tontas, sin capacidad para liderar (manejar, pilotear aviones o lo que sea), débiles y muy emocionales para tomar decisiones importantes. Que le dimos la manzana a Adán e iniciamos la debacle mundial. Que lo femenino es lo absurdo, lo menos valioso, y lo masculino es lo neutro (acaso en realidad lo único neutro es el jabón de glicerina neutro). De esta manera, sólo las que se compran ese paquete desde la cuna sufren de misoginia interiorizada. 

mujeres peleando

¿Tenías que ponerte el mismo vestido que yo en la fiesta?

Debemos separar misoginia entre mujeres y rivalidad. Para el caso, ¿un hombre competitivo sufriría de homofobia o algo así? Odiar te agrega arrugas y te roba sonrisas. ¿Quién te hace creer que tenemos que pelear entre nosotras? ¡Los hombres! Es que pierden de vista que una mujer que llega lejos sabe de qué es capaz otra mujer, tal vez de allí el desarrollo de sentimientos encontrados.

Tratemos de pensar en lo que nos une.

Al margen de todo esto, si te está haciendo ruido lo que sentís cuando la ves a la ex de tu actual bailando feliz en medio de la fiesta, acá van algunas pistas para alinearte.

Primero, revisá cómo te educaron. Qué valores te transmitieron sobre ser valiosa. Nada de ello está tan arraigado como para que no puedas remontarlo o verlo en tu terapia. Tal vez esas mujeres que estuviste odiando sólo por serlo sean geniales, o hasta posibles amigas.

El power femenino. Mejor, juntas.

Dejá de compararte. Cada persona hace su camino, su experiencia vital. Si te gusta lo que le sucede a la otra, observá y aprendé. Y si tenés éxito y sentís que alguien lo admira, compartilo. Esa generosidad siempre vuelve.  

Preguntate qué hace que estés detestando a otras mujeres todo el tiempo. ¿Qué te moviliza? Observá, otra vez, la personalidad en cuestión y encontrarás algo que seguramente sacude tus cuerdas. Ojo, que muchas veces es una autoestima endeble lo que ciega tu percepción de vos misma, y nada más que eso. 

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