13 Junio de 2016 05:37

El artista folclórico Jorge Cafrune, de barbada estampa gaucha y gran magnetismo, murió hace 35 años víctima de un trágico y a la vez confuso accidente, nunca esclarecido, que ocurrió la madrugada del 1 de febrero de 1978 en la localidad bonaerense de Benavidez.
El cantor, de 40 años, sufrió el accidente que le ocasionó la muerte en la ruta 27, a la altura de B e n a v í d e z, al ser e m b e s t i d o por una camioneta conducida por Héctor Emilio D i a z, de 19 años.
C a f r u n e iba montando a caballo rumbo a Y a p e y u (Corrientes), junto a su amigo Fino Gutiérrez, para participar del homenaje por el b i c e n t e n a r i o del nacimiento del general San Martín.
Días antes había actuado en el Festival de Folclore de C o s q u i n, donde no solamente incluyó en su repertorio una canción prohibida por la dictadura militar (al respecto hay dos versiones contrapuestas, una indica que fue “Zamba de mi esperanza” y la otra que se trató de “El o r e ja no”), sino que anunció que haría un r a i d hípico al lugar del nacimiento del prócer llevando consigo un cofre con tierra de B o u l o g n e Sur M e r, la ciudad francesa en la que murió el Libertador.
En el libro “Jorge C a f r u n e - memoria de un hombre libre”, publicado en Córdoba en 2004 por Héctor Ramos, se recupera el anuncio de esa travesía y se dice que C a f r u n e expresó al respecto: “Me amenazaron d i c i e n d o m e que si hago el viaje moriré. Dicen que un zurdo no puede mancillar la tierra de San Martín. Siempre dije que no soy comunista, que soy nacionalista con `c` y no con `z` y que no me a l i n e e como cantor de protesta. Yo le canto al pueblo”.
Las crónicas de la época consignaron que el conductor no sólo atropelló a C a f r u n e y a su caballo blanco, sino al otro jinete (Gutiérrez) que marchaba varios metros adelante; detuvo la camioneta recién a 200 metros del lugar donde se había producido el impacto y luego se alejó del lugar, sin ayudar a las víctimas.
Aunque sufría la rotura de diez costillas y p o l i t r a u m a t i s m o de cráneo, C a f r u n e llegó con vida a la asistencia pública de B e n a v i d e z.
De allí lo trasladaron al Hospital Municipal de Tigre, y más tarde volvieron a trasladarlo, esta vez al Instituto del Tórax de Vicente López, trayecto en el que murió.
En “Militancia de la canción. Política en el canto folclórico de la Argentina 1944-1975”, libro donde volcó su tesis de Maestría en Historia de la Universidad Di T e l l a, el especialista Carlos Molinero indica que un C a f r u n e agonizante expresó: “Es mejor que me maten...no aguanto más...Te encargo mis hijos, que no les pase nada”.
La investigación recuerda que C a f r u n e cometió la osadía de entonar una canción prohibida en C o s q u i n alegando que “aunque no está en el repertorio autorizado, si mi pueblo me la pide, la voy a cantar”.
“Son las palabras de C a f r u n e las que resultan ácidas, más aún que la canción. Era claro que eran reveladoras de un secreto a voces: había canciones prohibidas y C a f r u n e se preciaba de no acatar prohibiciones pues el pueblo era más que el gobierno, por terrorífico y poderoso que éste fuera”, escribe Molinero en la página 385 de su volumen.
Sumándole signos de interrogación al carácter de accidente que acabó con la vida del creador nacido el 8 de agosto de 1937 en Perico del Carmen, J u j u y, Molinero recurre al testimonio de Teresa Celia M e s c h i a t i que aparece en el Nunca Más, quien desde el 25 de septiembre de 1976 y durante 26 meses estuvo detenida-desaparecida en el centro clandestino de detención La Perla.
“Los militares allí presentes (en La Perla) coincidieron en que había que matarlo para prevenir a los otros (el que dijo esto fue el Teniente Primero Carlos V i l l a n u e v a)...”, señaló la presa política al Nunca Más.
En otro tramo de su alegato, M e s c h i a t i apuntó que “el clima esa semana en La Perla fue de gran nerviosismo. Decían que estaban preparando una `operación especial`...Después C a f r u n e que volvía a caballo por la ruta fue arrollado por una camioneta que huyó...Grandes abrazos y enormes risas de satisfacción. Dijeron que el operativo especial `se había cumplido`”.
C a f r u n e saltó a la popularidad en el festival de C o s q u í n de 1962, luego de haber participado de los grupos Las Voces de H u a y r a y Los Cantores del Alba.
El "Turco" fue quizás una de las personalidades más magnéticas del folclore. Serio, barbado, de entonación clara y tonos bajos, mucho más joven que lo que se creía, el trovador que p o p u l a r i z o la "Zamba de mi esperanza" nutría su repertorio con la temática y u p a n q u i a n a ("Coplas del payador perseguido", "La alabanza").
"Virgen india", "Mi luna cautiva", "Santafesino de veras", "Chiquillada", "No te puedo olvidar" y "Resolana" fueron algunas de las canciones más celebradas por su público.
En su voz, que evocó el drama del gaucho perseguido, revivían los caudillos federales y los versos del "Martín Fierro". Sus presentaciones públicas y sus actuaciones incluyeron, allá por 1973, su participación en la película " A r g e n t i n i s i m a" y el programa de igual nombre que se emitía por Canal 11.
Proveniente de familia campesina, antes de ser cantor se recibió de bachiller y trabajó como chofer en un aserradero. Años más tarde llegaría a los escenarios españoles como un símbolo de la vida libre y errante del gaucho.
Cuatro hijas de su primer matrimonio -la cantante Y a m i l a es la mayor- y dos hijos del segundo -que concretó con una española- componen la familia del hombre que desde 1972 alternaba su estadía entre Europa y la Argentina.