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9 hábitos de las personas influyentes

El poder, dicho así, tiene mala prensa. Pero bien usado y adquirido, es positivo y propio de personas exitosas. En esta nota, los hábitos de las personas con poder.

10 Octubre de 2016 07:02
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El filósofo Nicolás Maquiavelo sostenía que es idiota quien sostiene sus promesas o respeta sus principios, si romperlos lo beneficia más. Por otro lado, el psicólogo estadounidense Robert Greene afirma que "la clave del poder es la capacidad para juzgar quién es más capaz de beneficiar sus intereses en cualquier situación". De acuerdo a estos dos pensamientos, alguien poderoso sería alguien no muy confiable. Afortunadamente, ambos pensadores tienen algo en común: están equivocados.

Un estudio reciente de la Universidad de California en Berkeley demuestra que cuando se trata de poder, los buenos corren con ventaja. Son distinguibles fácilmente quienes tienen poder y son de esta clase, y quienes lo ostentan y no es muy recomendable tenerlos cerca.

Los investigadores descubrieron que las personas más influyentes son las más generosas y extrovertidas. También que a los más maquiavélicos -manipuladores para conseguir poder- se los identifica y aisla rápidamente. El poder no es intrínsecamente malo, y tampoco lo es el hecho de perseguirlo. Sin poder, no se puede lograr nada, ni bueno ni malo. Incluso aquellos que sólo quieren hacer del mundo un lugar mejor necesitan del poder personal y sus consecuencias para conseguir sus objetivos. Lo que causa problemas, en todo caso, es el abuso del poder y las acciones deshonestas para acceder a él.

Cuando se trata del pdoer, los buenos corren con ventaja.

El uso sabio y racional del poder es patrimonio de personas que lo consiguen sólo porque ejercen mucha influencia en sí mismos. Los demás sólo vemos lo de afuera, los vemos renovarse, mostrar sus ideas e impulsar logros. Y es que tienen una lista de hábitos que ejercitan, que se pueden aprender e imitar. Tomá nota: 

#1 No esperan a tener un título para liderar: 

No hay que confundir poder con autoridad. Un título puede dar autoridad, pero no poder. Además, no es necesario tener ningún título para ser influyente. Se puede influir en el entorno laboral o en la comunidad, sin ningún cargo específico.

Los líderes naturales sobresalen.

#2. Cuestionan todo, pero para bien: 

 

Son personas que nunca están satisfechas con lo establecido. Siempre inquieren: "¿y si hacemos tal cosa...?" o "¿por qué no?". No tienen miedo a desafiar lo que todos parecen aceptar y no es que debaten sólo por ser perturbadores; lo hacen para mejorar.

#3. Piensan por sí mismas: 

 

No se dejan llevar por la opinión pública o las modas. Forman sus opiniones con fundamento. No tienen problema en cambiar de opinión si la realidad lo justifica con hechos, pero no se dejan llevar por otros.

Los demás tienden a seguirlos.

#4. Se centran en lo importante:

 

No se dejan distraer por trivialidades. Y logran que las personas alrededor capten lo mismo. Sólo opinan cuando vale la pena y nunca aburren con chismes o charlas superfluas.

#5. Dominan los conflictos: 

 

Saben cómo enfocar los problemas directamente y de forma constructiva. No reaccionan a la defensiva o emocionalmente, sino haciendo aportes. El ejercicio de la humildad los ayuda para distinguir que no lo saben todo y que tal vez la opinión que llega de afuera puede estar mostrándoles algo de lo que no se habían dado cuenta, y que los va enriquecer.  Aceptan cambiar de opinión porque les importa más un buen resultado que tener la razón.   

Se centran en lo importante, en el objetivo común. 

#6. Son conscientes de su fuerza y de su debilidad:

Las personas seducidas por el poder acaban abusando y les cuesta ser conscientes de sus propias debilidades, ver cómo son de verdad. En cambio, quienes se centran en su poder correctamente, explotan sus mejores atributos para alcanzar buenos resultados. Eso implica objetividad con la visión de uno mismo.

#7. Saben relacionarse con sus contactos:

 

Hay quienes ni se molestan en tratar con personas que no les resulten útiles para algún fin. Es una actitud que se percibe desde lejos, y que resulta bastante desagradable. Las personas influyentes valoran a todos los que forman su red de contactos. Comparten sus consejos y procedimientos y crean lazos entre personas que ellos consideran que deberían conocerse.

Generar lazos es propio de las personas influyentes.

8. Piden ayuda cuando la necesitan: 

Solicitar ayuda no es síntoma de debilidad; es un signo de fortaleza, porque el ego no está por encima del objetivo. Autoestima importante y humildad son las condiciones para poder pedirla. No hay nada más errado que intentar seguir el mismo camino equivocado, por sentir pudor a pedir una mano. Eso, indudablemente, quita poder.

#9. No procrastinan: 

 

Posponer decisiones o crecimiento hasta que llegue la oportunidad idónea no conduce a nada. Las personas con poder sano saben que su desarrollo es como un entrenamiento. La única manera de fortalecer la musculatura es utilizándola. No poner excusas y actuar. La única manera de adquirir poder es tomando las riendas. 

Poderosa, pero conoce sus limitaciones.

En resumen, lo llames poder o influencia, está bien aspirar a él y querer conseguirlo. Sólo hay que trabajar por ello con conciencia y utilizarlo con integridad.

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