15 Agosto de 2016 10:04
Cuando se las ve correr en la cancha a las jugadoras del Seleccionado Argentino de Hockey, Las Leonas, sus piernas y glúteos son la envidia de todas las mujeres, haciendo de sus apariciones en los partidos un homenaje a la belleza y a la sensualidad, además de descollar en el deporte.
Ellas corren por la cancha con esas piernas en las que nada pero nada se mueve y los glúteos están firmes como rocas bajo esas polleritas que les quedan increíbles. Es cuando, mientras seguimos los pormenores de Río 2016, evaluamos la posibilidad de comenzar a entrenar, dicho deporte... a ver si es posible siquiera acercarse a esos estados. ¿Qué beneficios tiene el hockey femenino para el cuerpo?
Lucha Aymar sentó precedente con su lomazo.
Es un deporte de los llamados "explosivos" en cuanto a la quema de calorías. Son 80 minutos de trabajo muy intenso, sobre todo cardiovascular, de fuerza, velocidad y resistencia. Mejora en rendimiento deportivo en general, a la vez que se construye la fuerza muscular, sobre todo en los músculos de la base y las piernas, de ahí esos muslos sin un gramo de grasa y los glúteos que resisten cualquier minifalda. Además se mejora el equilibrio, la coordinación y la agilidad, ya que son necesarias unas reacciones muy rápidas durante el juego.
Leona Delfina Merino: si el hockey te deja así, ya nos anotamos.
El entrenamiento en sí, consta de intervalos de alta intensidad debido al arranque y parada constantes. Promueve además la pérdida de peso debido a las explosiones cortas de energía, lo que ayuda a quemar calorías y aumentar el metabolismo. Sin olvidar el gran trabajo que se realiza a nivel de velocidad, resistencia y respiración.
Martina Cavallero, otra leona muy sexy.
Y un beneficio secundario, es la comunicación entre las participantes, porque conlleva una comunicación verbal y no verbal a través de los ojos y los gestos entre las jugadoras. El ritmo muy rápido contribuye a una mejora en sus habilidades comunicativas fuera y dentro del campo. ¡Para tenerlo en cuenta!
Rivales holandesas: Ellen Hoogs y Eva de Goede. ¡Wow!