14 Mayo de 2025 09:52

Después de meses de silencio, visitas clandestinas y una defensa pública que le valió -según contó- amenazas y reproches, Marianela Mirra habló sin filtros sobre su recientemente anunciada separación de José Alperovich, el ex gobernador de Tucumán condenado por abuso sexual. Aparentemente dolida, admitió que fue él quien decidió cortar la relación... por teléfono, tras una fuerte discusión y en medio de lo que parecía ser un proyecto de casamiento. "Me separé. Pasábamos del casamiento a que el tipo no le guste algo de mí y planteara que 'no confía'. Me dejó por teléfono", confesó en diálogo con LAM.
La historia, que hasta hace poco transcurría en las sombras, se hizo pública semanas atrás cuando Mirra publicó una foto abrazada a Alperovich en una camilla de hospital. La imagen, cargada de dolor y reproche, venía acompañada de un mensaje ambiguo que luego se convirtió en una carta de despedida. "Solo serví para los momentos de mierda", escribió la ex ganadora de Gran Hermano 2007. Aquel texto, entre líneas, ya revelaba un amor que se había convertido en desencanto.
Pero esta vez, frente a cámara, fue más lejos: denunció presiones familiares, maltrato emocional y un acompañamiento que, según sus palabras, no fue reconocido. "Yo ya no tengo más cuerpo ni cabeza para afrontar tanto. Mirá que la vida al lado de él, yo sabía que no iba a ser color de rosas porque yo tenía que cuidar a un enfermo. Me cansé del maltrato, de las amenazas constantes de la hija más chica. Yo pasé un infierno, la verdad. Siempre poniéndole fuerza y ganas", dijo.

Además, en diálogo con Pepe Ochoa, sumó: "Creo mucho en la gente, pero no. Ya esto no daba para más". Durante casi ocho meses, Mirra lo visitó en silencio en el penal donde Alperovich cumple condena. "Es muy fuerte. Fueron muchos años, pero incluso yo iba a firmar convenios y cosas que no me importaban con respecto a su plata. Yo con eso estaba okey, pero yo sí me quiero. Lamentablemente, cortamos por teléfono cuando volvía para Tucumán, hablamos tantas cosas, tanto que se me revolvía el estómago. Me dolió mucho el pecho. Sabía que era una tomada de pelo gigante lo que me estaban diciendo", siguió leyendo el panelista.
Las palabras más duras llegaron cuando hizo referencia al entorno del ex gobernador. "Los hijos lo manejan todo. Lo presionan. Yo creía que las decisiones eran de él, pero estaba equivocada. Fue una gran tomada de pelo. Bajé del avión y tomé un café con alguien primero y le dije que de todo este circo espantoso, la palabra que más me dolió fue la 'desconfianza'. Nunca supe a qué se lo atribuía. No hable más. Después de los años que llevas con él y los meses dejando a tu familia los domingos para estar en ese lugar, me di cuenta y aunque no soy de llevarme de nadie, la verdad es que para mí, frente a tantas cosas horribles, sé que ya no se podía más", dijo.
Y continuó: "Además, sé que cumplí. Él tiene que salir en estos días. Yo jamás lo dejé. Siempre estuve en la mierda con él, porque para los lujos y riquezas había otra gente. Fin del tema, me hizo un favor. La vida sigue. Muy triste sería no hacer cosas por mí, plantearme un buen escenario". La revelación generó un nuevo revuelo en redes sociales. No sólo por el trasfondo emocional, sino por lo que representa: una mujer mediática que eligió acompañar a un hombre condenado por abuso sexual, que enfrentó amenazas por hacerlo, y que hoy expone el desgaste de ese vínculo. "Sé que cumplí. Me duele, pero la vida sigue. Fin del tema", sentenció.

En su cuenta de Instagram, Mirra dejó abierta la puerta a un futuro testimonio más extenso: "Algún día sacaré un libro, de todas estas personas que se cruzaron en mi camino. Éxitos". El cierre suena más a advertencia que a epílogo. El vínculo entre Marianela Mirra y José Alperovich, que fue durante mucho tiempo un secreto a voces, se convirtió en un escándalo público. Entre el amor incondicional y el abandono, entre la defensa férrea y la desconfianza que todo lo desmoronó, la historia expuso los pliegues más oscuros del poder, la intimidad y la traición. Y mientras él aguarda definiciones judiciales, ella parece decidida a cerrar el capítulo... aunque no a olvidar.