
Nadie se salva solo. La frase de cabecera de El Eternauta representa un símbolo en épocas donde el desgobierno de la ultraderecha parece dejar halos de individualismo, un fanatismo por la poca empatía y el mirar para otro lado. El cómic de Héctor Germán Oesterheld (torturado y desaparecido en la última dictadura cívico militar) que se volvió a popularizar en la interpretación del gigante de Netflix, puso sobre la mesa la inteligencia, la pasión y la manera de realizar cine nacional de calidad interpretado y llevado a cabo íntegramente por argentinos y argentinas.
Si bien el casting consta de figuras de renombre como el de Ricardo Darín, Carla Peterson, Ariel Startali y César Troncoso, desde lejos se vio la verdadera intención de la producción: incluir personajes de la argentinidad moderna que no tiene como principales a los mismos actores porteños de siempre; todo lo contrario: buscaron actrices venezolanas y encontraron a la gran Orianna Cárdenas, buscaron a una cordobesa y se encontraron con la espectacular Victoria Bruno.
En diálogo con BigBang, Victoria contó la historia de cómo su vida se volvió una metamorfosis desde que empezó a actuar -casi por la anécdota- en la icónica serie El Eternauta y cómo se convirtió en la "villana" de la primera parte de la historia. La actriz cordobesa, que llegó a la ciudad de la furia cargada de sueños y con la idea fija de desarrollarse como diseñadora de indumentaria en 2016, llegó al casting de la serie de manera lúdica y desde ese momento, los caminos no pararon de abrirse.
Distendida, divertida, enérgica y muy decidida, Victoria deambula por su hogar con la alegría de contestar cientos de miles de preguntas que le llegan en su celular por minuto: medios de comunicación de todos los puntos del país quieren hablar con el personaje más "odiado" de El Eternauta. Interpretó a una joven embarazada que, mediante un vil engaño, entra a una farmacia a punta de pistola con su novio y no sólo le grita "¡pelotudo!" en la cara a Darín (que interpreta a Juan Salvo) sino que también le pega una de las cachetadas mejores puestas de la ficción argentina a la consagradísima Peterson.
Victoria contó con lujo de detalles la participación en la serie, cómo fue trabajar con el gran equipo técnico y actoral que dejó en la cima al cine argentino y contestó la pregunta del millón: la cachetada a Peterson ¿fue real? a continuación, la entrevista y los secretos nunca contados sobre El Eternauta... todo esto sin perder ni un ápice de su tonada cordobesa ¡Traigan los pochoclos!
¿Cómo has pasado de ser diseñadora de indumentaria a actriz del Eternauta?
Me sentía como enjaulada, no me gustaba. De repente mi amiga me pasa el casting, al toque mando fotos y al toque invitan a hacer el autocasting y lo hago. A los dos meses, en Semana Santa me responden para ir al casting presencial; esto en abril del 2023. Ahí hago el casting presencial con María Laura y Mariana Berch, ahí sentí que me saqué como un una mochila, un tapado y dije, 'me siento libre, me siento livianita, quiero hacer esto'. Me encantó, me voló la cabeza.
Al otro día me avisan que quedo, a las semanas me entero que era de Netflix y semanas más tarde que estaba Darín y Carla Peterson. En julio fue la primera escena, que fue la de la farmacia y era el primer día en mi vida que actuaba y que estaba en un set.
¿Cuando vos hiciste el casting dijiste que no no habías actuado, te dieron algunas herramientas? ¿Cómo te manejaste ahí?
No, simplemente yo dije, 'vengo a pasarla bien y voy por la anécdota', era eso y una vez que estuve ahí, una de las chicas me preguntó '¿A qué te dedicabas? ¿Y cuál es tu experiencia?'. Yo contesté 'No, no, no tengo experiencia' y no lo podían creer, se revolucionaban y se preguntaban cómo puede ser. Y bueno, al otro día llamaron diciéndome que había quedado.
¿Tuviste algún error durante el rodaje en esa poca experiencia?
En julio, cuando fue la primera vez que grabamos, yo nunca había tenido la experiencia de estar en un set. En los set empiezan 'audio grabando', 'cámara grabando' y cuando ya está el clima, el silencio, cuando el director considere recién dicen 'acción. Yo escuché 'cámara grabando' y empecé la escena...
Yo me mando y claro, no era una escena normal, era El Eternauta con todo el piso con nieve, que hacías un movimiento y se te caía la nieve, te ponían con colador nieve en la ropa, marcaban las pisadas... Es un error y cagaste el laburo de muchos, o sea, tienen que volver los de arte a arreglar todo. Eran más de 100 personas en un set, era una locura.
En ese momento, tenía a Darín del otro lado que me decía, 'No, no, no' pero yo seguía con pasamontañas, con gafas de nieve, con capucha, con un casco de moto, no escuchaba nada y encima lo poco que escuché fue grabando, me mandé y fue un gran error.
Después de este primer fallido ¿cómo fue interpretar la escena con Darín?
Un genio, porque de hecho él cuando yo ya estoy muy cerquita del vidrio me dice, 'No estamos grabando'. Entonces, la pasamos de nuevo y cuando estamos ya pasándola de nuevo le digo, 'Discúlpenme, pero es que es la primera vez en mi vida que actúo'. Darín me preguntó si era mi debut y cuando le dije que sí, me contestó 'se te tiene que ver la carita'. O sea, un amor.
Después me nada, me coacheaba, me decía,'Fijate acá cuando tenés la contracción que acá te está entrando un haz de luz, entonces si te inclinás te favorece porque te ilumina', siempre obviamente con la intervención también del director.
Nadie nunca se animó tanto: pegarle una cachetada a Carla Peterson... ¿Fue de verdad, fue real?
Estábamos en el motorhome que estaba dividido en dos, estaba su camarín y el mío. Y aparece ella con el mate y me dice 'vos sos la yegua que me va a pegar la cachetada' mientras se reía. Después lo practicamos y al final salió la escena.
Contame más secretos de cómo se vivía el día a día en el rodaje de El Eternauta
Te tratan super bien, tenés todos los detallitos, que las varillitas del perfumito, que los caramelitos, que la botellita de agua... vos entrás a tu camarín y tenés toda la ropita, el relojito, todo lo que usás en escena.
Los chicos tanto de peinado como de maquillaje son unos genios. Hasta las manos paspadas te pintaban. Además yo interpretaba una madre apocalíptica, imaginate. Entonces me ponían ojeras, me hacían marcas en la cara...
¿Y la panza?
Era un un body con una panza de una silicona que parecía real. Tiene hasta pupo la panza.
¿Cómo fue interpretar ese personaje que de a momentos era de villana?
Dicen que uno como actor siempre tiene que defender al personaje. Yo en la primera escena decía 'acá es sálvese si quien pueda, tengo un hijo que tengo que cuidar', ni siquiera a mi marido, medio que yo y mi hijo. Incluso no bastaba con robar el auto, sino saquear la farmacia y llevarse lo que puedas. Era trabajar un poco con esa adrenalina.
En la primera escena yo no había estudiado actuación nunca. Después me empecé a formar con la técnica de Sanford Meisner con Veruca Silverman y ahí empecé a jugar con la interpretación, con el sentir, con cómo traer la desesperación a una escena.
Al final de tu segunda escena que es una escena muy íntima en la que estás vos, Gustavo Cerati y un cigarrillo. ¿Cómo fue interpretar eso?
Ahí ya sí tenía el entrenamiento actoral que ya lo había empezado full y empecé a trabajar un poco el de decir, 'Bueno, estoy estoy a salvo', ¡pero también tenía que trabajar la pulsión porque me iban a matar! Entonces se trabaja mucho con la angustia y la desesperación.
Para esa escena, yo no uso la memoria emotiva, sino que vas generando una biblioteca mental de vivencias que van a ir cambiando, pero usando la imaginación. De eso se trata la técnica Sanford Meisner.
¿Qué tendrías para decirle a una persona que recién empieza y que se quiere introducir en el mundo de la actuación?
Por un lado que es fundamental para mí el trabajar una técnica. Pero también es involucrarte sintiéndolo, entonces le diría que se formen desde la técnica y que se animen a sentir y si estás con un compañero mucho mejor poder trabajar con el otro. No hay nada más rico en escena que poder trabajar con el otro.
Aunque todavía no le caiga la ficha, Victoria Bruno formó parte de una de las series más importantes de la Argentina que reivindica la obra de Héctor Germán Oesterheld que fue detenido y desaparecido en la última dictadura. Sin dudas, es una antes y un después para el cine argentino que además tomó la decisión política de elegir cuidadosamente retratar la argentinidad que se sale de "lo porteño". Sobre esto, la actriz reflexionó: "Para mí es un orgullo muy grande como cordobesa estar en una serie de este nivel porque a Córdoba siempre se lo relaciona con el humor pero también podemos ser buenos para otras cosas".