03 Diciembre de 2015 15:01

Mucho se dijo y se dice sobre la relación entre los teléfonos móviles y la salud. Todos nos cruzamos alguna vez con alguien que asegura que dormir con el teléfono en el mismo cuarto le provoca fuertes dolores de cabeza si lo hace. Otros no lo llevan en el bolsillo por nada del mundo. ¿Cuánto hay de leyenda urbana, mito, realidad o exageración en este tema?
El hermano de Saul
Quien haya visto la serie Better Call Saul, entenderá. En ella, un personaje vive encerrado y alejado de todos los artefactos electrónicos porque asegura ser sensible a las radiaciones que emiten. Simpático para un personaje de una serie. Pero gente así no solo vive en la ficción.
El hermano del abogado de la serie dice que sufre de alergia a los artefactos electrónicos.
Sucedió en Francia hace algunos meses: una mujer recibió una pensión tras declararse alérgica al Wi Fi. Rodeada de dispositivos electrónicos, Marine Richard, tal el nombre de la francesa, se desplomó frente a su abogada, que declaró que su clienta "perdió el conocimiento. Tuvo un síncope por los campos electromagnéticos". Richard tiene 40 años, es autora teatral y poeta, y vive en una cabaña en Ariège, lejos de la civilización y las corrientes eléctricas de teléfonos, redes Wi-fi y antenas diversas.
Aí fue fotografiada Marine Richard, la mujer alérgica al Wi Fi. Foto: Daily Mail.
La condición tiene el nombre de electrohipersensibilidad (EHS) y si bien la Organización Mundial de la Salud reconoce los síntomas, asegura que no hay una confirmación científica de ellos.
Tras varios estudios, la OMS concluyó que la EHS "está caracterizada por una variedad de síntomas no específicos que difieren de individuo a individuo. Los síntomas son ciertamente reales y pueden variar ampliamente en su severidad. Cualquiera sea su causa, la EHS puede ser un problema de incapacidad para la persona afectada. La EHS no tiene criterios de diagnósticos claros y no existe una base científica para vincular los síntomas de EHS con la exposición a los campos electromagnéticos. Además, la EHS no es un diagnóstico médico, ni es claro que represente un único problema médico."
Besos de bacterias
El tema está de moda. Los teléfonos celulares tienen más bacterias que un inodoro, gritan los títulos. Y es que un estudio reveló que las pantallas de los teléfonos celulares pueden contener hasta 600 bacterias, esto es 30 veces más que las que se encuentran en la tapa de un inodoro.
El estudio fue realizado por la Universidad de Barcelona y mostró que las pantallas de los teléfonos móviles y de las tabletas alojan bacterias similares a las que hay en una esponja para lavar los platos.
Los teclados también son un hábitat ideal y albergan bacterias contaminantes de la comida, como escherichia coli, coliformes o estafilococos.
En las pantallas no solo se encuentran las bacterias que dejamos con nuestros dedos y que provienen del mundo exterior, de todo lo que tocamos. También se encuentran las bacterias propias y personales, que son aquellas que viven en nuestro cuerpo.
Las bacterias conviven en los teclados de la computadora.
Científicos de la Universidad de Oregon encontraron fragmentos del llamado microbioma humano, compuesto por los trillones de microorganismos que viven dentro del cuerpo, en las pantallas de los móviles. De hecho, el 82% de las bacterias que normalmente se encuentran en nuestros cuerpos, también vive en las pantallas.
Lo ideal es lavarse las manos lo más seguido posible y limpiar las pantallas con paños especiales para dispositivos tecno.
Más que weareable, washeable
Ni lerdos, ni perezosos, luego de conocer los estudios sobre las bacterias en las pantallas de los celulares, los japoneses respondieron con un celular lavable. Kyocera anunció que pondrá a la venta la próxima semana el primer smartphone del mundo que puede lavarse con agua y jabón.
Mojar el celular dejará de ser un inconveniente para muchos.
El modelo tiene otra curiosidad: su nombre es Digno Rafre. Este modelo impermeable puede ponerse bajo una canilla abierta, o sumergirse en agua totalmente sin necesidad de luego salir corriendo a sumergirlo en arroz. Además, la pantalla táctil puede usarse mojada. Sin duda, un teléfono ideal para madres de niños pequeños.
Palabra de expertos
Tal como asegura la Organización Mundial de la Salud, en los últimos 20 años se realizó una gran cantidad de estudios sobre los teléfonos móviles y los riesgos para la salud. La buena noticia es que hasta ahora, no se ha confirmado que el uso del celular tenga efectos perjudiciales para la salud, tanto en el corto como en el largo plazo.
Entre otras cosas, los estudios realizados o avalados por la OMS coinciden en que la exposición a largo plazo a campos de radiofrecuencias no aumenta el riesgo de cáncer.
Hasta ahora ningún estudio pudo confirmar que los celulares dañen la salud.
El mayor estudio realizado hasta la fecha es INTERPHONE (http://interphone.iarc.fr/) , coordinado por el Centro Internacional de Investigaciones sobre el Cáncer (CIIC). El análisis de los datos sobre 13 países participantes no reveló un aumento del riesgo de glioma ni meningioma con el uso del teléfono móvil durante más de 10 años. Basándose en buena parte en estos datos, el CIIC ha incluido los campos electromagnéticos de radiofrecuencia en el grupo 2B (posiblemente carcinógenos para los seres humanos), grupo que comparten con el café y el talco, entre otros.
Debido a la relativamente corta historia del uso intensivo del celular, se siguen realizando estudios, sobre todo en jóvenes y adolescentes que comienzan el contacto desde temprana edad.
Habrá que esperar, pero no tanto, ya que para 2016, la OMS tiene planificado realizar una evaluación formal de los riesgos a partir de todos los resultados de salud estudiados en relación con campos de radiofrecuencias
Es mi héroe
Pero no debemos olvidar que el celular también ha salvado numerosas vidas. Incluyendo la de Sylvestre, el joven francés que estaba en las afueras del Stade de France el día de los atentados en París.
Un celular salvó la vida de este hombre en los atentados de París.
Cerca de las explosiones, el iPhone de este hombre, que en el momento del estallido estaba a la altura de su sien, recibió el impacto de una esquirla, actuando de escudo y probablemente salvando su vida.