23 Octubre de 2015 19:54

Se sabe que el futuro no siempre es como lo imaginamos. Así lo demostró el contraste entre las fechas puestas en el DeLorean de Marty McFly con su llegada a nuestros días, que es el futuro de entonces. No, los autos no vuelan.
Sin embargo, distinto es el caso de las impresoras 3D, que logran sorprendernos antes de lo que esperábamos. Hoy, muchas de las cosas que este tipo de impresión prometía para un futuro bastante lejano, ya son una realidad, gracias a la explosión en los últimos años de aplicaciones para esta técnica de fabricación de objetos en tres dimensiones que va sumando capas y capas de material, y que permite un control muy fino del producto.
Y sus aplicaciones no dejan de causar una gran impresión: ya conocemos la posibilidad de crear huesos a la medida exacta, ropa con el talle preciso en el momento en que la pedimos, joyas con engarces que un artesano no podría crear o engranajes a una décima parte de su precio original, pero hay mucho más.
La impresora ideal para el Ratón Pérez
Ni el pequeño roedor repartidor de dinero ni su versión Hada en el país del norte lo hubieran imaginado, pero ya existe una impresora 3D capaz de imprimir dientes.
Un grupo de investigadores holandeses utilizó una impresora para crear un diente postizo.
Ya existían impresoras como la Objet260 Dental Selection que imprime dientes y encías como herramienta para que los dentistas puedan modelar una boca y mostrarle a sus pacientes cómo será el tratamiento.
En este caso, la gran novedad radica en el material utilizado para realizar la prótesis dental. En vez de la clásica porcelana, los científicos de la Universidad de Groningen utilizaron como material un plástico especial que elimina los estreptococos responsables de la placa dental y la caries, y no tiene contraindicaciones para los humanos.
¿Qué nos separa de esta maravilla en nuestra boca? El equipo de investigadores aún debe probar su uso a largo plazo y el efecto de la pasta de dientes en las piezas plásticas.
Impresiones en el barro
Es la impresora 3D más grande del mundo. Su nombre es Big Delta, mide seis metros de ancho por 12 de alto, fue creada por el Proyecto de Ahorro Avanzado Mundial (WASP, según sus siglas en inglés) Es de origen italiano y es capaz de construir casas completas utilizando arcilla, con un costo de producción muy bajo y en tiempo record.
No es la única en su especie, pero sus fines son los más loables. La meta de los italianos es trabajar para resolver el problema de la vivienda en varios lugares del Tercer Mundo, como por ejemplo África.
Big Delta construye estructuras capa por capa, usando como materia prima una mezcla de arcilla, conformada por materiales naturales y sostenibles, como paja, barro, fibras de plantas y tierra. El producto final es una casa revestida por vigas de alrededor de tres metros de longitud.
El modelo de las viviendas producidas fue inspirado por casas tradicionales pero también por una pequeña raza de avispas que construye sus nidos de barro.
Su factor ecológico es innegable, ya que la arcilla (a diferencia del cemento) no produce ninguna emisión de dióxido de carbono.
Todo depende del cristal con que se mire
Otro escollo superado en la impresión 3D: imprimir objetos en vidrio transparente.
GLASS from Mediated Matter Group on Vimeo.
Un equipo de investigadores del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT) presentó recientemente el primer dispositivo capaz de crear objetos de vidrio transparente. Es clave porque hasta ahora sólo se podía imprimir con plástico, pero el vidrio tiene otras propiedades.
La particularidad es que utilizan el vidrio en estado líquido, para lo cual deben llevarlo a una temperatura superior a los 1.000 grados. La impresora tiene además un dosificador especial compuesto por zircón, alúmina y sílice, que le brinda la precisión necesaria para obtener transparencia y formas del objeto realizado.
De otro planeta
Ya hartos de ver la etiqueta Made in China, los miembros de la NASA decidieron hacer las cosas un poco más extremas y llevaron una impresora 3D para fabricar cosas en un lugar mucho menos poblado que el país asiático.
Una misión de la compañía espacial SpaceX que llevaba suministros para los astronautas, agregó una objeto a la lista: la primera impresora 3D fabricada para el espacio.
El fabricante es Made in Space, Inc., una compañía de estadounidense. Su principal desafío era lograr un modelo que fuera capaz de realizar las impresiones 3D con condiciones muy distintas a las de la Tierra: para empezar la gravedad cero, y que evitara que los astronautas debieran esperar el envío de un cohete si se rompía una pieza de algún equipo..
Dos meses después de llegar a la Estación Espacial Internacional (ISS), la impresora tuvo su primera misión y la realizó con éxito. Los astronautas lograron imprimir una placa (http://www.nasa.gov/content/open-for-business-3-d-printer-creates-first-object-in-space-on-international-space-station) que sirve como parte para la misma impresora, y donde se leen los logotipos de “Made in Space” y la “NASA”.
Aunque falta bastante para que los astronautas puedan imprimir piezas complicadas directamente en el espacio, es un gran paso que podría permitir exploraciones a distancias mucho más lejanas, en las que sería imposible enviar suministros que tardarían meses o años en llegar.
Chocolate por la noticia
Había fuentes y torres de chocolate. Ahora hay todo lo que alguien pueda imaginar. Porque la impresión 3D llegó al mundo del cacao. La empresa líder en impresión en 3D, 3D Systems, que ya cuenta con impresoras de azúcar y de dulces de colores, y The Hershey Company se unieron para crear CocoJet, una máquina que derrite chocolate y lo imprime en pequeñas filas para formar figuras.
La única diferencia con el chocolate tradicional es que el que utiliza la impresora requiere un tratamiento especial para lograr un enfriamiento rápido.
CocoJet puede imprimir piezas elaboradas en menos de 15 minutos en chocolate negro, con leche o blanco.