17 Octubre de 2016 14:24

Llegan los hijos y de a poco, las mujeres descubren los poderes que tenían guardados. Algunos siempre estuvieron ahí, y despertaron con el nacimiento de los chiquitos. Otros se van desarrollando con el correr de la vida y sus circunstancias.
Cuando las madres:
#1 Saben al instante qué necesita el bebé:
Con el tiempo esta intuición mágica se desarrolla más y más. Al principio cuesta, pero luego saben qué quiere el recién nacido a cada momento. Solo una verdadera heroína puede lograrlo, y eso son.
Las madres-heroínas saben qué quieren.
#2 Escuchan que sus hijos dicen "por favor" y "gracias":
Observan a sus pequeños en sociedad, y descubren que son personas amables y educadas. Se llenan de orgullo y sienten que son verdaderas supermamás dedicadas.
Ellos las hacen sentir unas reinas.
#3 Cuidan a sus hijos, pero ellas no se enferman:
Cuando los chicos tienen gripe, fiebre, tos, o cualquier tipo de dolor, lo único que las madres quieren en el mundo no es el fin de la guerra, ¡sino que sus peques se mejoren! Hay algún superpoder que hace que puedan quedarse acostadas al lado de una criatura con 39° de fiebre y no nos enfermen. Aun nadie sabe de dónde lo sacan.
¡Ellas, inmunes!
#4 Escuchan ruidos donde todos los demás creen que reina el silencio:
La maternidad llega con una condición: el silencio ya no es señal de tranquilidad, sino de peligro, ¡o de travesuras! Viene con el chip de Mujer Biónica, ese personaje que escuchaba a una distancia enorme lo que alrededor nadie más sentía. Captan ruidos extraños y sospechosos, como vasos que se rompen o timbres que suenan a lo lejos.
De repente, ¡son como ella!
#5 Hacen más de tres cosas a la vez y todas salen bien:
Cocinan con el bebé a upa y nada (ni nadie) se quema, y con el hombro libre atienden el teléfono. Mientras tanto, con el pie, cierran una puerta y dejan el pollo al horno, mientras tipean un presupuesto para un cliente del trabajo free lance que, por supuesto, siguen haciendo.
A las madres les crecen mil brazos.
#6 Logran que sus hijos coman verduras ¡y quieran repetir!
Con amor y un poco de astucia, consiguen que sus niños coman ese puré de brócoli, o una fruta fresca en vez de las galletitas dulces. Es un misterio, ¡pero lo logran! Los chicos terminan pidiendo alimentos naturales gracias a su persistencia. Y ellas se dejan llevar por una sensación de triunfo total.
Comen fruta y les gusta, ¡genial!
#7 Desarrollan la capacidad de ver decenas de veces la misma película y no se aburren:
Saben con lujo de detalles cómo se casan Shrek y Fiona, o qué dice Woody de Toy Story cuando tiran la cuerda de su bota. Y eso está muy bien, porque sus hijos esperan que lo sepan y que disfruten con ellos cada vez que sucede, ¡como si fuera algo nuevo!
Las madres saben los guiones completos de todos los films para niños.