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Reconocer, denunciar y acompañar

El caso de Franzoni: sextorsión, violencia digital y las deudas pendientes de la Justicia y la sociedad

BigBang dialogó con Giuliana Ugolini, psicóloga especializada en género y violencia de Grow-género y trabajo, para entender por qué lo que hizo Agustín Franzoni es un delito.

por Jimena Báez

18 Septiembre de 2025 13:25
Agustín Franzoni
Agustín Franzoni

En los últimos días, un comentario realizado por Agustín Franzoni durante un stream encendió las alarmas: aseguró que conserva videos íntimos de su ex pareja y hasta deslizó la posibilidad de venderlos en un futuro. Lo que en su entorno fue recibido con risas, en realidad constituye un delito: se trata de violencia digital y, más específicamente, de una práctica conocida como sextorsión.

Para comprender la gravedad de estas conductas y los marcos legales que existen en el país, BigBang dialogó con Giuliana Ugolini, psicóloga especializada en género y violencia: "La sextorsión es una de las formas por las cuales se puede ejercer la violencia digital, y consiste en amenazar a una persona con difundir imágenes, videos o información que sea de carácter íntimo o sexual", explicó.

BigBang dialogó con Giuliana Ugolini, psicóloga especializada en género y violencia
BigBang dialogó con Giuliana Ugolini, psicóloga especializada en género y violencia

La especialista advirtió que el material puede haberse obtenido con o sin consentimiento: "La extorsión tiene que ver con esta amenaza a cambio de dinero, más material sexual u otro tipo de favores. Y es lo que sucedió con Agustín Franzoni en el programa de streaming hacia Flor Jazmín Peña".

Mientras algunos aplauden a un varón que divulga o amenaza con divulgar material íntimo, del otro lado hay una persona vulnerada en su intimidad. En este caso, Flor Jazmín Peña debió interrumpir su agenda laboral para dar explicaciones a su entorno por algo que pertenece a la esfera privada de una pareja. En este contexto, la Justicia acompaña a las víctimas con la Ley Olimpia, sancionada en 2023, que incorporó la violencia digital a la Ley 26.485 de protección integral contra la violencia hacia las mujeres: "La Ley Olimpia incluye a la violencia digital como una modalidad dentro de la Ley 26.485, y la define como conductas, acciones u omisiones en contra de las mujeres basadas en su género, que pueden ser cometidas o agravadas por el uso de las TICs", detalló Ugolini.

El objetivo es reconocer que el daño no es solamente físico, sino también psicológico, económico, sexual o moral. Y lo más importante, agregó la psicóloga, es que puede producirse tanto en ámbitos privados como públicos.

El objetivo es reconocer que el daño no es solamente físico, sino también psicológico, económico, sexual o moral
El objetivo es reconocer que el daño no es solamente físico, sino también psicológico, económico, sexual o moral

Consultada sobre las secuelas que deja este tipo de prácticas, Ugolini fue contundente: "Todas las situaciones de violencia generan impactos en las personas... Lo que sucede con la violencia digital es que tiene tres características: la expansibilidad, la permanencia y la inmediatez. Con un solo clic está por todos lados. Y uno nunca sabe si ese material realmente se borró. Eso genera un miedo constante a que reaparezca".

La especialista aclaró además que no es lo mismo acoso en redes que violencia digital: "Es un paraguas súper amplio que incluye muchas prácticas, entre ellas el ciberacoso. El ciberacoso se caracteriza por ser reiterado y sistemático, pero la violencia digital puede incluir amenazas físicas, psicológicas, sexuales o económicas a través de medios digitales".

Uno de los puntos más polémicos del caso Franzoni fue su confesión de almacenar imágenes privadas de una ex pareja: "Ya el solo hecho de almacenar imágenes íntimas sin consentimiento está encuadrado en la violencia digital, porque es el uso de las tecnologías para controlar, dañar o chantajear. No hace falta que haya una difusión para que haya violencia: la amenaza en sí misma ya genera impactos", aseguró Ugolini. En este sentido, destacó que la Ley Olimpia reconoce ese daño y obliga al Estado y a las organizaciones a prevenir, sancionar y reparar a las denunciantes.

Uno de los puntos más polémicos del caso Franzoni fue su confesión de almacenar imágenes privadas de una ex pareja, Flor Jazmín Peña
Uno de los puntos más polémicos del caso Franzoni fue su confesión de almacenar imágenes privadas de una ex pareja, Flor Jazmín Peña

La psicóloga remarcó que si bien la Ley Olimpia reconoce la violencia digital, aún existen vacíos en el Código Penal: "No tiene un artículo específico sobre sextorsión. Se termina encuadrando en extorsión, amenazas o coacción. Falta una unión entre la Ley Olimpia y el Código Penal".

En ese camino, la Justicia trabaja sobre proyectos como la Ley Belén: es una iniciativa legal que busca penalizar la difusión y obtención no consentida de material íntimo y desnudez, tipificando la violencia digital como un delito en el Código Penal Argentino. El proyecto lleva el nombre de Belén San Román, víctima de extorsión y posterior suicidio tras la viralización de sus fotos íntimas, y propone crear un marco para sancionar a quienes realicen estas acciones.

Respecto a la responsabilidad de redes como Instagram o TikTok, Ugolini explicó: "Tienen responsabilidad solo en caso de que haya una sentencia judicial. Si no, no tienen obligación de bajar contenidos. Pero si existe una sentencia y no actúan, sí pueden tener responsabilidad civil".

La Justicia trabaja sobre proyectos como la Ley Belén: iniciativa legal que busca penalizar la difusión y obtención no consentida de material íntimo
La Justicia trabaja sobre proyectos como la Ley Belén: iniciativa legal que busca penalizar la difusión y obtención no consentida de material íntimo

Así como la Justicia y las plataformas tienen deudas pendientes en el abordaje de la violencia digital, la sociedad también arrastra estructuras machistas difíciles de romper. El caso Franzoni expuso otro problema: la naturalización. "Creo que está muy naturalizada. Una de las primeras preguntas que aparecen es: '¿Por qué lo mandaste? ¿Por qué te filmaste?'. Eso culpa a la víctima en vez de al agresor y desalienta la denuncia", sostuvo la psicóloga.

Un ejemplo reciente lo expuso Flor Jazmín Peña: obligada a hablar públicamente de algo privado por la exposición de su ex pareja, debió enfrentar también los comentarios de Estefi Berardi, quien en pleno prime time de la televisión consideró que su reacción era "exagerada". La bailarina, en cambio, confesó que piensa tomar acciones legales para resguardarse; una muestra más de una cultura machista que sigue poniendo el foco en la víctima en lugar de juzgar al victimario.

Para transformar la cultura digital, Ugolini planteó: "Hace falta mucha sensibilización, hablar de consentimiento, fomentar la responsabilidad digital y que las organizaciones incluyan estos temas en sus protocolos. El espacio digital es parte de nuestro día a día y es necesario trabajarlo desde lo educativo y lo laboral".

¿Qué hacer si sos víctima de sextorsión?

"Pueden hacer la denuncia, porque la Ley Olimpia protege. Es importante no ceder a la extorsión, porque está demostrado que agrava la situación. Se puede llamar al 144, acudir a una comisaría, o buscar organizaciones especializadas como AGENtIC. También es clave guardar evidencias, como capturas de mensajes", recomendó la psicóloga.

"Es importante no ceder a la extorsión, porque está demostrado que agrava la situación", se puede llamar al 144 o acudir a una comisaría
"Es importante no ceder a la extorsión, porque está demostrado que agrava la situación", se puede llamar al 144 o acudir a una comisaría

Finalmente, dejó un mensaje claro para las víctimas: "Es lógico sentir miedo, pero la culpa no es de uno. La mirada debe estar puesta en el agresor, no en la persona que confió. Hoy tenemos la Ley Olimpia, se puede denunciar y también buscar acompañamiento terapéutico para transitar los impactos".

La violencia digital es una forma contemporánea de control y daño que encuentra en la tecnología un canal de amplificación. Casos como el de Agustín Franzoni no son anécdotas livianas: son la muestra de que aún falta mucho para comprender la gravedad de la sextorsión y la urgencia de actuar. Reconocer, denunciar y acompañar son pasos fundamentales, pero el desafío más profundo es cultural: dejar de responsabilizar a las víctimas y empezar a señalar con claridad a quienes ejercen la violencia.

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