por Jimena Báez
04 Septiembre de 2025 14:08
El llanto de un recién nacido no trae manuales, pero sí despierta una pregunta que atraviesa generaciones: ¿cómo alimentar, cuidar y sostener a un bebé sin descuidar a la madre? La lactancia, lejos de ser un simple acto biológico, se convierte en un territorio lleno de expectativas, presiones, mitos y silencios. Hablar de ella es hablar también de la soledad de muchas mujeres, de la falta de políticas que acompañen y de una sociedad que suele opinar más de lo que apoya.

En este contexto, BigBang dialogó con la puericultora Lety Grub, con más de 25 años acompañando familias, que insiste en que hablar de lactancia con honestidad es una forma de cuidar a las madres y a los bebés: "Muchas veces se romantiza el inicio de la lactancia como un momento naturalmente fácil, ya que es biológico. Se muestran imágenes de mamás y bebés conectados en paz, pero no siempre se habla de que al principio puede ser un gran desafío que requiere de tiempo y respeto en un proceso de adaptación para ambos. El inicio de la lactancia implica aprendizaje, cambios físicos y emocionales, y muchas veces inseguridades creadas por el entorno", explicó.
El peso de los mitos
La lactancia puede convertirse en una experiencia frustrante no porque la madre "no pueda", sino porque el sistema y el entorno muchas veces no acompañan: "Porque el hecho de que amamantar sea natural, biológico, no significa que no necesite guía, información actualizada de todos los profesionales de la salud... También se requiere el apoyo y acompañamiento físico y emocional, de la mamá y del bebé. Lleva un período de aprendizaje, se construye en función a los deseos de la díada, y sobre todo: se transita acompañada por el entorno, por la familia, por la sociedad sin juzgar", señaló la profesional.

Esa falta de acompañamiento genera un terreno fértil para la culpa: "Aparece muy seguido en las consultas, tanto en quienes tuvieron que interrumpir la lactancia por motivos médicos, laborales o emocionales, como en quienes decidieron no continuar. Vivimos en una cultura que idealiza la lactancia como única opción 'correcta', pero a la vez no brinda las condiciones reales para sostenerla: licencias cortas, poca red de apoyo, falta de acceso a asesoramiento, presiones laborales y sociales", reflexionó.
El sistema de salud también tiene cuentas pendientes. Muchas madres sienten que las indicaciones no son claras o incluso contradictorias: "Todavía vemos que muchas familias sienten presión o poca contención desde el sistema de salud. Esto no siempre nace de una mala intención, sino de una falta de tiempo, recursos y actualización específica en lactancia dentro de la práctica médica. En muchos casos, las recomendaciones no están alineadas con la evidencia más reciente, lo que genera mensajes contradictorios y aumenta la ansiedad de las familias", adviertió Grub.

Para ella, la clave está en un enfoque interdisciplinario: "La lactancia no se sostiene sólo con buena voluntad: necesita un acompañamiento informado, empático y actualizado. Por eso es fundamental el trabajo de todo el equipo que acompaña materpaternidades, formados en evidencia actual, y con un enfoque que no presione, sino que sostenga la decisión de cada díada".
Por otro lado, la puericultora insiste en la prevención: "Lo ideal es no esperar a que una situación se convierta en una urgencia para consultar. Por eso hacemos tanto hincapié en tener consultas prenatales con su puericultora y contar con ella desde el nacimiento y durante toda la lactancia para acompañar"

Sin embargo, reconoce que hay situaciones que requieren ayuda urgente: "Dolor intenso o grietas sangrantes en los pezones, signos de mastitis o absceso como dolor, enrojecimiento, fiebre, malestar general. También cuando el bebé tiene succión ineficaz o un incremento deficitario de peso".
Aunque muchas veces se piensa la lactancia como un acto entre madre y bebé, lo cierto es que el entorno define la experiencia: "El entorno familiar y social tiene un peso enorme. Una madre sostenida por una red que respeta sus tiempos, valida sus emociones y colabora en las tareas de cuidado tiene más posibilidades de disfrutar y sostener la lactancia. En cambio, cuando el entorno está cargado de presiones, opiniones contradictorias o mitos, la madre puede sentir que 'no puede', aunque técnicamente la lactancia vaya bien", explicó la puericultora.
Redes sociales: entre apoyo y presión
En el siglo XXI, las redes sociales se convirtieron en otro actor clave en la experiencia de lactar: "Las redes sociales tienen un impacto enorme. Por un lado, pueden ser una fuente valiosa de información y contención. Pero al mismo tiempo, pueden instalar ideales poco realistas, donde la lactancia se muestra como una experiencia siempre perfecta. Muy lejano a la realidad. Entonces puede generar presión y sentimientos de culpa cuando la experiencia propia no coincide con lo que se ve en pantalla", observó la especialista.

La visibilización, sin embargo, también tiene un costado positivo: "Ver bebés alimentándose en diferentes contextos contribuye a naturalizar algo que durante mucho tiempo estuvo invisibilizado. El riesgo es que las madres sientan que si su lactancia no se ve como en redes no lo lograron. Por eso creo que es clave mostrar la lactancia completa, sus luces y sombras, sus retos y sus logros", sostuvo Grub.
Un tema no menor cuando se habla de plataformas digitales es la censura de imágenes de lactancia. Para Grub, "la censura a fotos de mujeres amamantando expone que todavía existe una mirada social parcial y sexualizada sobre el cuerpo femenino. Mientras el pecho se acepta en contextos comerciales o estéticos, cuando aparece en su función biológica y nutritiva todavía genera incomodidad. Esto habla de una sociedad que aún no termina de ver la lactancia como un acto natural que debe ser visibilizado, que merece normalización y respeto".

En su reflexión final, la puericultora es categórica: "Amamantar debe ser un derecho real y accesible para todos, respaldado por licencias adecuadas, acompañamiento profesional en todas las etapas y entornos libres de juicios. Solo así dejará de ser una carga para la madre y se convertirá en una posibilidad en función a sus deseos, acompañada y respetada por toda la sociedad".
Y concluyó con un llamado urgente: "Necesitamos construir un sistema sostenible de apoyo a la lactancia humana, con un enfoque que involucre a toda la sociedad. Crear una cadena cálida de apoyo a la lactancia humana. Solo así podremos dejar de medir la maternidad en litros de leche, y empezar a valorarla en amor, respeto y acompañamiento".

