22 Mayo de 2015 14:16
Dado lo que pasó en éstas últimas horas con el adolescente en Saavedra y su terrible decisión, me animé a hablarles de bullying pero en primera persona....¿fui víctima? NO!!! Soy docente!!! Y les quiero contar cómo detrás de los discursos de compromiso y trabajo con nuestros alumnos, se esconde un descuido fatal...no sabría si catalogarlo como un descuido causado por la des-información o por la ineptitud de algunos integrantes del Sistema Educativo.
Brevemente: charlando con un alumno (calculen alrededor de 17 o 18 años) me comenta que hace algunos años ha sufrido bullying por parte de sus compañeros. Lo dijo con plena seriedad. Porque... ¿ustedes saben que los chicos usan la palabra "bullying" como un chiste, no? Bueno, esta vez no fue el caso. Y me comentó que este año comenzó a sentirse agredido nuevamente, que no le hablan, lo ignoran, y cuando lo hacen es para cargarlo o insultarlo. Entonces, ni bien pude, hablé con las autoridades correspondientes. Me escucharon, por supuesto! Luego hablé con la tutora del curso y me dijo: "si, no te enganchés mucho, no le des bola porque es un pibe muy demandante...pero...desde lo afectivo te lo digo, asi que vos no le des importancia".
Ahora yo pienso (y los invito a que piensen y reflexionen conmigo), ¿qué tenemos que tomar SERIAMENTE como causa de bullying?; ¿no estamos desprotegiendo a nuestros chicos?; ¿por qué hay una tendencia a relativizar todo? Porque en los colegios, muchos docentes encontramos casos o pautas que nos sirven como alertas, pero cuando informamos a los que están a cargo quedan en la nada misma.
El bullying está latente, siempre, no importa la condición del colegio (privado, público, religioso, laico, etc.) porque la agresión y la violencia son moneda corriente en nuestra sociedad. Pero también lo es la hipocresía y el discurso políticamente correcto en donde es más llamativo horrorizarse por lo que pasó que involucrarse para que las cosas no pasen.
Les cuento ésto para que estén atentos a los chicos y también para que sepan que hay docentes que estamos alertas también...muchas instituciones también lo están y hay directivos comprometidos, pero pareciera que hay lugares donde es más fácil no darle pelota a un chico "demandante afectivamente" que escucharlo, hablar con él y sus compañeros, y enseñarles. Porque, todos sabemos, la escuela no enseña disciplinas: enseña valores y acompaña a los alumnos en su crecimiento (desde jardín hasta la adolescencia). Y aunque hoy por hoy las cosas estén completamente desvirtuadas, confío en que muchos de ustedes que leen, piensan lo mismo que yo.
Y si sos pibe y también estás leyendo ésto, me gustaría que pienses en que lo que para vos es un chiste, capaz el otro se lo toma muy a pecho. Si ves que alguno de tus compañeros se siente mal o muy afectado, o que otros se pasan con los chistes, hablalo. Si avisás, si contás, si te involucrás, las cosas cambian!
Un abrazo a todos!!!!