03 Agosto de 2016 07:24
En 2013, el Gobierno de la Ciudad de México les preguntó a más de 300.000 jóvenes si eran felices. El 55% respondió que no y el 66% confesó haber estado deprimido alguna vez.
“La ansiedad es una respuesta autómata del cuerpo a una preocupación, un miedo por una situación que anticipamos”, comentó al diario español El País Daniela Soto, psicóloga mexicana que atiende a jóvenes de entre 12 y 29 años.
Cuando estamos ansiosos podemos manifestar síntomas físicos como el sudor, taquicardia, falta de aire y hasta erupciones cutáneas.
A través de una investigación, la psicóloga detectó siete frases que no debemos usar ante un joven ansioso.
¡Ojo con lo que decimos!
#1 "Sos demasiado joven para estar preocupado"
La mayoría de los jóvenes ansiosos se sienten incomprendidos por los adultos a su alrededor. Si estos tienden a minimizar el problema o el miedo, se sienten peor.
Así que las frases del estilo: “¿qué sabés de preocupaciones? O “ya vas a ver cuando seas grande” no suman.
Los trastornos de ansiedad pueden manifestarse desde muy temprana edad, según explica la Asociación Americana de Ansiedad y Depresión. A partir de los tres años un niño puede padecer altos niveles de ansiedad cuando está alejado de sus padres, o en ciertas situaciones sociales.
Lo importante de entender.
#2 "Olvidate y pensá en otra cosa"
Para Soto, otro error común de padres que notan síntomas de ansiedad en sus hijos -tanto físicas como emocionales- es aconsejarles que ignoren lo que sienten. “Es necesario que los chicos entiendan lo que les sucede para que aprendan a manejar la situación y encuentren las razones de su ansiedad”. Es muy útil pedirles que cuando sienten ansiedad, se tomen el tiempo de identificar qué les pasa, qué sienten y qué piensan en ese momento. Así pueden reducir la intensidad y también encontrar maneras de evitar las situaciones que les causan estrés o preocupaciones.
Cuidemos a los niños.
#3 "Parece que estás sacado"
Algunos de los síntomas de la ansiedad severa pueden ser: hiperventilación, mareos, náuseas y temblores. Si el joven en cuestión sufre estos efectos, es recomendable no darle una connotación negativa.
“Una de mis pacientes me contó que estaba preocupada porque sus padres creían que estaba poseída cuando presentaba uno de estos ataques”, cuenta Soto.
Además, la psicóloga asegura que “cuando los jóvenes saben que lo que les pasa tiene nombre y explicación, los ayuda a aprender a controlarlo".
¡Basta de palabras raras!
#4 Describir lo que les pasa al estilo "Dr. House"
Cuando hay que explicarle a un joven que padece de un trastorno de ansiedad, lo menos recomendable es utilizar términos médicos complicados, asegura Soto. “Podemos llegar a confundirlos y al no entender lo que les pasa pueden sentirse peor. Nuestra tarea es adecuar las explicaciones a la forma más clara y positiva posible".
Lo superan cuando pueden.
#5 "Superalo"
Los primeros pasos para controlar la ansiedad en los jóvenes es entender la causa del padecimiento. “Muchas veces es ocasionada por presiones de la escuela o problemas en la familia, violencia en su casa o con su pareja”, cuenta Soto.
El cerebro tiene una memoria impresionante y una situación puede desencadenar ansiedad por experiencias que sucedieron hace mucho tiempo. Por eso es importante detectar de dónde viene.
Ejemplo, ¿de qué?
#6 "Tenés que ser un ejemplo"
El reconocimiento de los demás y la pertenencia a un grupo son algunas de las prioridades emocionales de los adolescentes. “El nivel de ansiedad que esto pueda ocasionar depende mucho del estilo de la crianza y del contexto en el que viven”, cuenta la psicóloga, y recomienda no etiquetar ni forzar a los jóvenes a cumplir con ciertos comportamientos.
No es enojo.
#7 "No te enojes"
Una de las lecciones que Soto enseña sus pacientes es que expresar enojo y tristeza es algo bueno. “Muchos chicos enfrascan sus frustraciones y llega un punto en el que explotan y surge una crisis. Toda esa energía negativa siempre busca un escape y va encontrar la manera de salir".
La especialista agrega: “Nosotros les hacemos ver a los chicos que el enojo nos puede ayudar a reconocer aspectos de nuestra personalidad, y entender lo que no nos gustó o lo que no queremos en nuestras vidas. Cuando ellos aprenden a reconocer las causas de su enojo, son capaces de expresarlo mejor y de prevenir cosas que los lastiman. Cuando sabemos expresar nuestras emociones nos volvemos más asertivos. Desarrollar esta habilidad en los jóvenes es una de nuestras metas principales”.
Calma.