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"Duele que los jóvenes apoyen destruir lo conquistado": el presente de los ex combatientes

16 ex combatientes de Malvinas visitaron las islas para "cerrar heridas" y rememorar sus días allí.

por Samantha Plaza Monroy

07 Octubre de 2023 08:00
Combatienres-malvinas3
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Las islas Malvinas son argentinas. Aunque Patricia Bullrich las quiera entregar, aunque el libertario Javier Milei las niegue, aunque el contexto político diga que “hay cosas más importantes” y aunque muchos negacionistas digan que “no hay que mirar el pasado”.

Las Malvinas son argentinas. Por aquellos 23.428 combatientes argentinos que entregaron su vida ante el ataque ofensivo del gobierno de Inglaterra que invadió las islas el 2 de abril de 1982. Las Malvinas son argentinas en memoria aquellos 74 días de batalla, en memoria de los 649 argentinos que perdieron la vida entre los cuales 170 tenían entre 18 y 19 años.

Las Malvinas son, fueron y serán argentinas también en reivindicación de quienes fueron a combatir y volvieron con historias de hambre, frío, desesperación y miedo. Y es por nuestros combatientes-héroes que reivindicamos todos los días el pedido de restitución de las islas a Inglaterra.

Los ex combatientes están repartidos por todo el territorio nacional manteniendo con fervor el recuerdo de esos días de guerra, educando a las generaciones que vienen y manteniendo el fulgor por el deseo de soberanía. Sin embargo, el fantasma del negacionismo y la derecha se ven acrecentados por la aparición de Milei y La Libertad Avanza: a este fantasma, que es bastante real es al que hay que combatir. 

Ramón Robles, ex soldado del Grupo de Artillería Aerotransportado y presidente de la Confederación de Combatientes de Malvinas de la República Argentina, viajó días atrás hasta las Islas Malvinas junto a otros 16 compañeros. Allí, caminaron el pasado, recordaron a compañeros que ya no están y rectificaron una vez más que las Malvinas son argentinas. Ramón, también viajó “para cerrar una herida”.

Desde el Centro de Veteranos de Guerra de las Malvinas de La Matanza, lugar que los ex combatientes convirtieron en un valuarte de la memoria y de la educación (al centro lo visitan diariamente cientos de alumnos de escuelas primarias y secundarias, se brindan clases de apoyo y es un espacio dedicado íntegramente a los social), BigBang accedió a su palabra, a su relato y a su reflexión sobre lo vivido en las islas en y también opinión sobre el papel de los jóvenes en el contexto político. ¿Cómo interpreta que los jóvenes hoy, sean los que más votan al espacio libertario?

-¿Por qué decidieron viajar hasta Malvinas?

-Esta es una idea que viene desde siempre en los ex combatientes. De hecho, hay varios Municipios que subvencionan los viajes de los compañeros, hay provincias que también subvencionan los compañeros, pero la mayoría lo único que se subvenciona es el viaje del veterano. En cambio, en La Matanza se subvencionó el viaje de los veteranos y los familiares; por primera vez viajaron familiares junto a veteranos de guerra. El intendente de La Matanza (Fernando Espinoza) decidió pagar 16 viajes, entre los cuales viajaron tres familiares.

Nosotros fuimos con la idea de cerrar una etapa. Yo ya estuve en el 2007; pero en el 2007 había ido con una idea política y un homenaje. En esta oportunidad, cuando salí sorteado en el viaje, decidí que fuera un cierre de un ciclo y que no tuviera otra necesidad de volver, al menos que flameen nuestra bandera.

Lo que me impactó cuando llegué fue ver la base militar, yo la vi en el 2007 y era una cosa. La vi ahora y realmente impacta lo grande que es, la cantidad de galpones que tiene -que no se sabe qué hay adentro- y que adentro de esa base, hay barrios divididos por sectores; barrios militares, o sea viven 3.000 soldados en una base militar.

Es la más grande que tiene un país solo, creo que la OTAN tiene base de 3.000 soldados. Acá, Inglaterra pone 3000 soldados solo para cuidar a 2.500 ingleses o Kelpers.

-¿Has podido efectivamente cerrar esa etapa?

Fui a la tumba de mi compañero que hoy está identificado, mi compañero Néstor Pizarro. Le pude rezar una plegaria, para mí -y para los que fuimos de nuestra unidad- es como que le pusimos la tapa al cajón, le tiramos tierra y cerramos la tumba, se terminó.

Era algo que había pendiente, porque cuando nosotros los que estuvimos al lado de Pizarro lo llevamos al cementerio, Pizarro estaba identificado. Pero cuando yo fui en el 2007, figuraba como “NN”... entonces era un odio, un veneno, una bronca, que yo tenía: cómo podía ser si cuando murió tenía nombre y apellido, en el 2007 no tenía nombre y apellido.

Evidentemente, los ingleses enterraron a nuestro compañero sin identificarlo a propósito, para luego hacerse los buenos de la película y para que después le quieran mandar la medalla de oro.

 -¿Los ex combatientes argentinos son bien recibidos en Malvinas? ¿Hablaron con los isleños?

Con los isleños no hablamos, porque los isleños no estaban en ningún lado. Si te veían caminando en la calle te saludaban o si te cruzaban caminando, te decían 'buen día' y punto.

En el único lugar que tuvimos un intercambio, fue el último día cuando se hizo un asado de despedida a toda la delegación y la encargada de la de la finca donde fuimos, era la hermana de un veterano de guerra que nosotros habíamos matado en Malvinas, era la hermana de un combatiente inglés y ella con todo el respeto del mundo, dijo que fue una guerra, que su hermano estaba para eso y no hubo ningún altercado.

Nosotros la tratamos con todo el respeto del mundo es la familiar de un caído sea inglés, o sea, argentino.

-¿Es verdad que hablar de la guerra está prohibido en Malvinas?

-No se pueden usar banderas argentinas, no se puede usar nada alusivo a nuestro país, no se puede usar nada alusivo a la guerra. En el pueblo está totalmente prohibido y te lo dicen cuando entrás; te dan una cartilla con cuáles son las condiciones que tenemos.

De hecho, la multa por usar algo alusivo arranca de 50 libras en adelante. Eso demuestra que todavía nos tienen miedo, porque nosotros tuvimos una guerra con Inglaterra y acá vemos miles de chicos con banderas de Inglaterra. Acá no prohibimos el idioma inglés, lo siguen usando en los colegios, allá están prohibido.

Es tanto el terror que tienen, viven atemorizados con que algún día las recuperemos, que tratan de tapar el sol con las manos.

-Siendo un joven que entregó su vida y su alma para defender el territorio nacional, ¿Cómo ves que la mayoría de los votantes de Milei sean jóvenes?

-No pienso en Javier Milei, me duele la juventud. Cuando yo tenía 20 años, queríamos hacer la revolución Socialista o la revolución Peronista o la revolución Montonera o la Revolución... Pero para mejorarle la calidad de vida a la sociedad. Hoy veo con dolor que la revolución sea destruir lo conquistado: Milei plantea destruir la educación pública, destruir los hospitales, las Fuerzas Armadas, destruir el Banco Nación y plantea entregar las islas.

Entonces el que el que piensa en Milei como Presidente, tendría que pensar todo lo que va a perder llega a ser presidente y los únicos culpables vamos a hacer los argentinos. Porque no es como Menem que dijo una cosa e hizo otra, este hombre te está diciendo lo que va a hacer y si vos votás y aceptás que lo haga no tenés derecho a réplica.

-¿Qué les dirías a esos chicos que votaron a Milei y que ahora tienen la posibilidad de revertir su voto en las elecciones presidenciales?

-Lo que le diría si yo tuviera la edad que tienen los chicos, es que pensemos que para llegar a este lugar hubo mucha gente que se sacrificó. Hubo obreros que salieron a luchar por las ocho horas laborales, hubo obreros que salieron a luchar por los derechos de los trabajadores, por las vacaciones, hubo mucha gente que trabajó y luchó por los hospitales públicos, la educación pública y lo principal es el sentido del país.

Tenemos que mejorar un montón de cosas, hay muchas cosas para cambiar. Pero  Milei, es el Hitler de esta década: cuando llegó al poder, llegó por el voto de la juventud y llevó a Alemania a dos guerras, eso nunca hay que olvidarse.

-¿Por qué pensás que es importante no dejar de hablar de la soberanía argentina?

La soberanía la tenemos que sostener en las Malvinas y en nuestro continente. Necesitamos tener soberanía, soberanía petrolera, soberanía educacional, poder tener nuestros propios recursos. Hasta que nosotros no logremos ser un país totalmente soberano y una potencia a nivel de educación,  a nivel armamento una armada, como corresponde un ejército como corresponde. No vamos a recuperar absolutamente nada: lo principal para poder recuperar la soberanía Malvinas. Es la educación de nuestros jóvenes, lo principal.

-¿Qué podés decir que te dejó este último viaje a Malvinas?

-Me dejó un dolor muy grande, una pena terrible. Primero por el Estado que está en nuestro cementerio donde están nuestros héroes, por la falta de una política exterior en la cual se llega un acuerdo y que nuestro país pueda ir una vez al mes, llevar los elementos que hagan falta reparar el Monumento. Y el segundo, es ver cómo cuando al imperialismo le interesa algo, pone todo el esfuerzo en mantener: hoy vos vas a Malvinas y ves el país que han construido en el medio de la nada: tienen viviendas por todos lados hay mucho asfalto por todos lados y viven 2.500 personas, más mil inmigrantes 3.500 personas.

Evidentemente para poder vivir ahí la plata viene de Inglaterra y mucha de la plata que de Inglaterra va a Malvinas la sacan de acá los empresarios que fugan dólares y fugan divisas y que acá nunca se los sanciona.

-¿Un último mensaje?

-Mensaje para los compañeros para los veteranos de guerra: lo mejor que le puede pasar a los que tengan la necesidad es ir y cerrar una etapa. Hay muchos compañeros que no se animan a ir, y yo creo que si van en grupos es un sostén entre todos. Solo no se puede, hay que ir con un grupo, con un colectivo donde todos se apoyan el uno al otro. De esa manera, vamos a poder cerrarla.

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