03 Julio de 2025 13:22

Si bien en la cumbre del Mercosur celebrada este jueves en Buenos Aires reunió a los líderes políticos más importantes de Latinoamérica, este año estuvo marcada por el tenso cruce entre los presidentes de Argentina y Brasil, Javier Milei y Luiz Inácio Lula da Silva que no disimularon el disgusto que les daba verse tras los fuertes insultos del libertario al representante del Partido de los Trabajadores.
Discursiva y políticamente, las alocuciones de ambos líderes tampoco disimularon las profundas diferencias sobre el rumbo que debe tomar el bloque regional. Se escuchó a Milei con un tono inesperadamente conciliador aunque en sus palabras dejó entrever el autoritarismo: "Hay que dejar de pensar al Mercosur como un escudo que nos aleje sino como una lanza que nos conecte con el mundo (...) Hay que dejar las diferencias accesorias que nos dividan", dijo primeramente.

Luego, ya más fiel a su estilo subió la apuesta: "Si los socios del bloque insistieran en el mismo camino que no dio resultado, entonces tendremos que insistir en flexibilizar las condiciones de sociedad que nos unen. Emprenderemos el camino de la libertad, y lo haremos acompañados o solos, porque - como ya he dicho - Argentina no puede esperar".
El discurso de Milei también incluyó un fuerte reclamo por la liberación de los presos en Venezuela con palos para el presidente Nicolás Maduro, haciendo hincapié en el caso de Nahuel Gallo, el gendarme argentino detenido en el país caribeño y acusado de ser un espía. Esto no fue más que una mojada de oreja para los líderes que sí sostienen relaciones políticas con Maduro, incluído el propio Da Silva.

El contrapunto no tardó en llegar: Lula defendió vehementemente el Arancel Común Externo (ACE), al tildarlo como "el mecanismo para blindar a la región de las guerras comerciales". En su discurso, el líder del Partido de los Trabajadores insistió en que Mercosur debe ser un refugio frente a las turbulencias globales: "Resguardar espacios de autonomía en un mundo polarizado y fortalecer el comercio entre nosotros es fundamental para nuestra soberanía", afirmó contundente.
Lula también propuso la utilización de monedas locales en las transacciones comerciales dentro del bloque, una idea previamente planteada por su ministro de Hacienda, Fernando Haddad. Este punto es bastante álgido porque promueve que las monedas del Mercosur sean más importantes que la moneda del país de Donald Trump; la geopolítica de Milei, no coincide para nada en este punto.

Lula recibió la presidencia pro témpore del Mercosur y dejó claro un punto: prometió cerrar el acuerdo con la Unión Europea antes de fin de año y expandir la participación del Mercosur en las cadenas globales. "Nos acercaremos a acuerdos con Japón, Corea, China y Vietnam", aseguró mientras que Milei sostenía un gesto de molestia evidente.
Aunque los discursos estuvieron cargados de tensión y diferencias ideológicas, el encuentro entre ambos líderes fue menos frío que el registrado en la reciente cumbre del G20 en Río de Janeiro. Sin embargo, durante la tradicional foto grupal, se los vio a Milei haciendo un chiste que Lula respondió con un gesto adusto, seco.

Lo más duro de la reunión del Mercosur ya sucedió y las reuniones bilaterales continúan. Este fue tal vez el punto más fuerte del evento político porque Lula da Silva no se reunirá con Javier Milei, sino muy por el contrario, visitará a Cristina Fernández de Kirchner en su departamento de San José 1111, donde cumple prisión domiciliaria tras la confirmación de su condena por la causa Vialidad.