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Ramiro Marra, el sorteo electoral y el espejismo del "antigasto": rompió la veda para anunciar que regalará u$s10.000

El candidato a legislador porteño por la Ucedé se inspiró en los sorteos de Javier Milei.

16 Mayo de 2025 13:04
Ramiro Marra
Ramiro Marra

En la recta final hacia las elecciones legislativas en la Ciudad de Buenos Aires, Ramiro Marra volvió a recurrir a una vieja fórmula libertaria: el show por sobre la política. Con una puesta en escena tan calculada como polémica, el ex legislador de La Libertad Avanza -ahora candidato por la UCedé- anunció que sorteará 10 mil dólares que, asegura, le pasaron de presupuesto para organizar un "modesto" búnker electoral. 

La decisión, lejos de representar un gesto de austeridad, expone una peligrosa banalización del proceso democrático. "Menos festejo y más devolución", escribió Marra en su cuenta de X, acompañando el mensaje con un formulario de Google en el que se solicitan datos personales sensibles como DNI, dirección, teléfono y correo electrónico. Todo esto, en plena veda electoral, cuando la legislación prohíbe expresamente cualquier acto de proselitismo o difusión de contenidos vinculados a candidaturas.

La maniobra, inspirada en los sorteos que realizaba Javier Milei durante su etapa como diputado, resulta tan oportunista como cuestionable. En lugar de construir una propuesta política seria, Marra transforma la campaña en un juego de azar, en el que el compromiso ciudadano se intercambia por una chance de ganar plata. El voto, entonces, ya no es un acto de responsabilidad cívica, sino una oportunidad de participar en una rifa auspiciada por un candidato que intenta mantenerse en el radar mediático tras haber sido eyectado de su espacio original. Porque esa es otra cara del asunto: Marra ya no representa a La Libertad Avanza

Fue apartado del espacio por orden directa de Karina Milei, la hermana del presidente, y debió recurrir al sello de la UCedé para evitar quedarse fuera del juego electoral. Sin el respaldo de una estructura política sólida ni el músculo militante de sus años libertarios, ahora apuesta todo a la réplica sin filtros de una estética mileísta cada vez más desgastada. En su video, Marra afirma que el gasto de un búnker de 10 mil dólares es "innecesario" y que la política debe prescindir de ese tipo de shows. Pero, paradójicamente, lo reemplaza con otro show aún más llamativo, en el que reemplaza la política por marketing de influencers. 

Lo hace, además, sin aclarar dónde esperará los resultados, sin transparencia sobre la legalidad del sorteo ni sobre la entrega del supuesto premio. Lo único claro es su desprecio por las formas institucionales y su obsesión por simular cercanía con "la gente" mientras recoge datos personales en plena veda. En lugar de explicar cómo legislaría para mejorar la vida de los porteños, Marra ofrece un premio en dólares. En lugar de abrir un espacio para dialogar sobre su gestión pasada, reparte formularios para que un algoritmo seleccione a un ganador. La "batalla cultural" que pregona no se libra en las ideas, sino en los clicks.

Ramiro Marra.
Ramiro Marra.

Marra no organiza un búnker, pero monta una tómbola. No rinde cuentas, pero promete un sorteo. No discute propuestas, pero viraliza slogans. Lo hace mientras ignora la veda, vacía de contenido la política y reduce el voto a un acto transaccional disfrazado de rebeldía. Así, lo que parece un gesto de humildad financiera es, en realidad, un gesto de arrogancia política: el desprecio por las reglas del juego democrático, el show constante como sustituto del debate, y la falsa austeridad como recurso electoral. Un circo con dólares en mano y urnas de fondo en plena veda electoral y a días de las elecciones en CABA. 

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