En el vasto y caótico lienzo de la realidad argenta, donde las certezas parecen desmoronarse como castillos de arena ante la marea de discursos de odio, hay quienes encuentran en el arte una trinchera, un refugio y, sobre todo, un puente hacia lo colectivo. Javiera Luna Fantin, compositora y alma creativa de BIFE, junto a Ivo Colonna y un renovado grupo de músiques, vuelve a los escenarios con un nuevo disco: No Pudimos. Este título, lejos de ser una rendición, es una afirmación poética sobre los límites humanos y la fuerza que emerge precisamente en el reconocimiento de esos límites.
Después de un receso obligado por la pandemia y una experiencia cercana a la muerte que marcó profundamente a Javiera, la banda argentina multigénero resurge con un sonido maduro y una mirada más aguda sobre el mundo. En palabras de Javiera, este regreso se juega a dos puntas entre la continuidad y la transformación: "Estoy entusiasmada porque siento que pudimos tomarnos el tiempo para hacer un disco como queríamos, con un re buen sonido. Formamos banda, con más musiques esta vez. Hay cierta maduración, producto del tiempo en todo sentido".

El tiempo, ese implacable testigo de las vidas, marcó su huella en las letras y en los acordes de BIFE y así vino al mundo No Pudimos, este álbum que funciona como un mapa emocional que transita por géneros como el funk, la zamba, la chacarera y el tango, y que se atreve a enfrentar preguntas fundamentales sobre el amor, la muerte y la crueldad. "La verdad que mucho no entendemos", reflexiona Javiera trayendo a la charla con BigBang una referencia a la primera canción del disco y contundente expresa: "Pero la crueldad no". Esa certeza, tan simple y tan profunda, se convierte en el núcleo del disco.
El 14 de noviembre marcará el retorno oficial de BIFE a los escenarios, una presentación que promete ser explosiva y orgánica: "Va a ser una fiesta", asegura Javiera. "Con Ivo ahí en el frente, toda la experiencia de estos más de 10 años. Vamos a tener músiques invitades, juego de luces, realmente un sonido compacto". Pero detrás del espectáculo hay un proceso creativo que se gestó en la profundidad del hogar y en el esfuerzo colectivo: "Primero tocamos el disco en vivo, lo armamos, lo preparamos. Después hicimos preproducción en mi home studio. Fue un trabajo de muchas personas, de mucho tiempo, de mucho esfuerzo".
La historia de BIFE es también la historia de un colectivo que se encontró en sus canciones. Desde sus inicios en 2013 con el álbum Con Amor, Javiera e Ivo se convirtieron en voces de un movimiento que evolucionó y se organizó políticamente: "No sabíamos lo que era el transfeminismo ni el poliamor. No sabíamos lo que era el lenguaje inclusivo", recuerda Javiera. Pero esas intuiciones iniciales se transformaron en certezas colectivas con su segundo disco Toda, un manifiesto transfeminista que abrazaba las luchas y las identidades no heteros, ni cis, ni patriarcales.
Sin embargo, el camino estuvo lleno de tensiones y dudas. La pandemia fue un punto de quiebre: "Yo tuve COVID y neumonía, estuve muy cerquita de la muerte... Fue muy horrible para nosotros", confiesa Javiera. Ese periodo oscuro llevó a la banda a cuestionar su propósito y su sostenibilidad como proyecto independiente: "Hacíamos todo Ivo y yo. Todo. Absolutamente todo. Y eso genera mucho desgaste".

Pero como toda crisis, está también trajo consigo una oportunidad para redefinir prioridades y reconstruir desde nuevas bases. En No Pudimos, esa reconstrucción se siente tanto en la música como en las letras. Las canciones nacen desde lo colectivo y hacia lo colectivo: "Yo compongo desde una subjetividad que es lo que somos él y yo", explica Javiera. "Escribir desde un nosotros hacia un nosotros más amplio". Esa apertura es quizás lo que hace que las canciones de BIFE encuentren refugio en tantas almas.
En un mundo marcado por la violencia y la desesperanza, BIFE no pierde de vista el poder transformador del arte. La política atraviesa cada acorde y cada verso, no como consignas vacías sino como una reflexión profunda sobre la humanidad compartida: "Estamos atestiguando un genocidio en Gaza", señala Javiera con dolor y completa: "Con todo el desarrollo tecnológico cultural, no pudimos avanzar un milímetro para evitar estas hecatombes". Ante esta realidad abrumadora, la música se convierte en una forma de resistencia: "Yo sé hacer canciones, es lo que hago. Y uno puede decir: 'Bueno, pero con esa canción no vas a cambiar nada'. Y bueno, pero es lo que yo tengo para decir".
En No Pudimos hay esperanza, sí, pero también hay una aceptación honesta de limitaciones como individuos y como sociedad. Es un disco que invita a mirar hacia adentro para encontrar certezas y desde allí construir algo nuevo, algo más humano. Porque al final del día, como dice Javiera: "Si cada uno desde su lugar puede fortalecer sus certezas y organizarse desde ahí lo mejor posible, puede ser una manera de construir una sociedad donde esas certezas puedan ganar terreno".
BIFE es el testimonio vivo de aquellos que luchan por no perder el rastro de humanidad que tantas veces se quiere arrebatar con discursos de odio contra las minorías, es una fuerza arrolladora que mueve todo aquel cuerpo que se deje someter a la lírica filosa y filosófica. BIFE es el tierno recuerdo de aquelles que soñaron, marcharon, bailaron-menearon y por un país más justo e igualitario. BIFE es y seguirá siendo un faro para todos, todas y todes les que pretenden no dar ni un paso atrás en la lucha colectiva por un mundo construido en base a la justicia social.