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Dalia Gutmann en BBN: “A veces me siento Lali, pero me miro y digo: '¡Señora, tiene 45!'”

La humorista y conductora está de gira con show Tengo cosas para hacer.

por Eli Salas

08 Julio de 2023 08:00
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Dalia Gutmann se confiesa adicta a las risas. Consciente del poder transformador del humor,  aunque no puede decidir “lo que le va a pasar al otro”, la humorista, conductora y locutora, precursora del stand up en Argentina, trabaja casi obsesivamente para lograrlo. “Es como un desafío interno que tengo: llegarle en alma, mente y cuerpo a cada espectador”, aclara en medio de una gira XL que la lleva con “Tengo cosas para hacer”, su nuevo -y delirante- espectáculo de humor dirigido por Mariela Asensio, por toda la Argentina. 

“Conocí Ushuaia, el sur lo viajé todo y la segunda mitad del año me queda, entre otros, Salta y Tucumán”, repasa sobre un itinerario a tope que este fin de semana -el sábado 8 de julio- la llevará al Teatro Seminari de Escobar. 

 

-¿Te gusta hacer gira o te agarran esos momentos de decir: en qué estaba pensando?

-Ahora mis hijos están un poco más grandes entonces hay cosas que hace dos años no hubiera podido y ahora puedo más. Además amo este país, el sur lo viajé todo y soy todo lo contrario a la gente que dice: “la salida está en Ezeiza”. A mí me interesa más conocer este país que cualquier otro. La gira es una locura, pero nada me gusta más que volver a mi casa y tener la rutina. Me acomoda mucho la neurosis. Yo parezco loca, pero soy muy estructurada. 

-En contraste con tu nuevo espectáculo, que es un poco caótico...

-Alguna vez alguien me diagnosticó como “caóticamente estructurada”. Yo tengo una manía de chiquita de ordenar todo, dejar todo en un cajón, pero después todo es un caos. El show es un delirio, pero si una persona lo ve, dice: “este es un delirio muy bien trabajado”. Mi show es de una enferma del detalle, pero me gusta que se pregunten si está o no armado.

 

-¿Vivís al servicio de las ideas que te bajan o te ponés en modo avión de vez en cuando?

-Vos sabes que el modo avión lo estoy buscando desesperadamente y no lo encuentro (Se ríe). Me gusta demasiado mi trabajo. Vivo la vida como una persona normal, pero todo el tiempo hay un pedacito de mi cabeza que está anotando ideas que me van apareciendo en el caos. Estoy en mitad de reunión de padres y quizás salgo, me grabo algo que acabo de escuchar y sigo. Hago yoga hace muchos años y mi profe un poco me lo autoriza. No lo recomiendo para nada, pero no puedo evitarlo. Y así me entretengo también.

-¿Te agradecen mucho los hombres por la data que se llevan de tus espectáculos?

-Yo tengo una teoría que es que son muy prejuiciosos con las humoristas mujeres. Una mina hace un show y siempre te van a preguntar: ¿los hombres podemos ir? Hay algo que todavía no termina de desajustarse. Pero vienen con prejuicio y se van contentos, con material de un universo que nunca vivieron en carne propia.

 

-En una nota con Eial Moldavsky, que en redes aborda temáticas como el amor, la pareja, la angustia, él contaba que la gente le pedía muchas respuestas, como si fuera palabra autorizada. 

-Ay, qué fuerte está. ¿No? Si tuviese 20 años menos, estaría re enamorada. Es inteligente, tiene contenido, es lindo... (Se ríe) A mí no me pasa eso que decís, porque nadie me tiene como alguien muy serio. 

-Te escuché decir que cada vez te sentís más aseñorada, pero sos muy joven. 

-Si bien me siento re joven y a veces veo cómo me visto y digo: creo que soy Lali Espósito, oversize, con colores... digo: ¡señora, tiene 45 años! Pero no me reprimo. No me hago cargo para nada a nivel vestimenta, soy muy fan de Kitty también. Pero sí que me canso, necesito descansar entre una cosa y otra. 

 

-¿Es verdad que tu hija es la más filosa con tus trabajos?

-En algún momento, cuando era más chica, yo le daba muchísima vergüenza. Ni hablar si me ponía a cantar y bailar.... Y con los años entendió que está bueno que tu mamá esté contenta. También somos muy parecidas entonces nos ayudamos mutuamente.

-Así como te llegó una propuesta de Esther Goris para hacer teatro de texto, debes recibir muchas más y de toda índole. ¿Hasta dónde abrís el abanico?

-Hay algo en la comedia que me queda mucho por explorar, pero también un mundo de actuación de cine y series del que me encantaría ser parte en algún momento. La conducción creo que me gusta mucho, no sé si soy buena o no, pero hay todo un mundo de la tele más del barro que no podría. Si hablamos en chiste de un chimento la paso bomba, pero si en serio ya me bajo.

 

-¿Tenes la misión de cambiarle el día a alguien o es una consecuencia de lo que hacés?

-Uno no puede decidir lo que le va a pasar al otro, pero sé que si alguien viene al teatro o me ve en la tele quiero transformarle el humor para bien.  Y volviendo a la gira, es algo que disfruto mucho. Aunque también tengo momentos de: necesito dormir dos noches seguidas en una misma cama. Pero también me leí un libro entero, cosa que en mi casa hubiese sido imposible.

-De hecho, este año te tomaste unas vacaciones de tu hijos y tu pareja.

-Sí, en realidad “Sebas” (Wainraich) se fue al Mundial y cuando volvió yo tenía un laburo entonces no podía irme esos días de vacaciones y fueron 10 días que sí, nos vienen bien a los padres. Y yo que soy re culposa, cero culpa en decirlo. Lo que más quería era estar sola en mi casa.

 

-¿Hay vuelta atrás después de eso?

-También se disfruta porque sabés que van a volver y el encanto pasa por ahí. No es por romantizar la maternidad, los amo y me hacen muy feliz, pero si hay que firmar 10 días por año para estar sola en tu casa, lo firmo. Pero después quiero que vuelvan... 

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