24 Junio de 2025 12:00

Uno de los capítulos más tensos del divorcio entre Mauro Icardi y Wanda Nara encontró finalmente un cierre judicial: el delantero del Galatasaray fue condenado a pagar una cuota alimentaria mensual de 30 mil dólares por sus hijas menores, Francesca e Isabella. El fallo también establece que deberá abonar honorarios legales por 13 millones de pesos a la abogada Ana Rosenfeld, representante de Wanda en la causa.
La resolución fue revelada por la periodista Cora Debarbieri en el programa A la tarde (América TV): "Había iniciado este juicio Ana Rosenfeld y finalmente se ganó. Es un juicio de alimentos para que Mauro Icardi se ponga al día con la cuota con respecto a sus hijas". Según se indicó, el monto responde al nivel de vida que las niñas mantenían mientras convivían con su padre en Europa. El fallo también contempla que Mauro deberá ceder el 5% de sus ingresos anuales, que incluyen su contrato de 10 millones de euros con el club turco, premios por rendimiento y derechos de imagen, lo que transforma la cuota alimentaria en una cifra de alto impacto económico.
Pero más allá del plano judicial y financiero, el drama familiar entre Wanda e Icardi también dejó huella en el terreno más sensible: el emocional. Hace apenas cuatro meses, Isabella Icardi, la hija menor de la pareja, escribió una carta a su madre que conmovió a miles de seguidores y dejó al descubierto el nivel de tensión que se vive en el entorno íntimo de la familia.
"Yo sé lo que está pasando con papá, pero ya va a pasar y yo te amo mucho y lo tenés que saber. Te amo", escribió Isabella, en una hoja manuscrita que Wanda compartió en sus redes. Aunque cubrió con un emoji la palabra "papá", el mensaje fue claro.
La niña, de apenas ocho años, logró condensar en pocas frases el dolor infantil frente a un conflicto de adultos que se extiende desde hace meses. El gesto de Isabella fue interpretado por muchos como una señal de madurez emocional inesperada para su edad, y también como una llamada de atención: detrás de las demandas millonarias, los contratos y las peleas mediáticas, hay niñas que sienten, que sufren y que intentan hacer de la ternura su forma de resistencia.
Pese a la resolución judicial favorable para Wanda, la tensión entre la expareja parece lejos de disiparse. Las denuncias cruzadas, las medidas judiciales y la creciente exposición pública de los detalles íntimos del vínculo continúan marcando la agenda mediática. Y en el medio, Isabella y Francesca siguen siendo testigos involuntarias de un conflicto que no les pertenece. En ese contexto, el fallo por la cuota alimentaria podría significar un punto de inflexión en el enfrentamiento legal entre Icardi y Nara. Pero también refuerza una conclusión inevitable: los vínculos rotos dejan heridas difíciles de suturar, incluso cuando se cierran con cifras millonarias.