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Team Wanda, siempre: "La banco por ser una mujer ambiciosa, cuando todavía nos exigen que pidamos permiso"

Ambición, escándalos y resiliencia: el legado incómodo (y brillante) de la Bad Bitch.

por Jimena Báez

06 Agosto de 2025 13:46
Wanda Nara
Wanda Nara

No sé ustedes, pero yo ya elegí bando hace rato. En esta historia de escándalos mediáticos, posteos encriptados y capítulos casi dignos de una novela turca, hay una sola cosa clara: hay que ser Team Wanda. No porque el otro equipo esté particularmente organizado, ni porque esta grieta afecte nuestras vidas profundamente; sino porque bancar a Wanda Nara es bancar una forma de ser mujer que incomoda, pero enseña. Que molesta, pero rompe moldes.

Antes de los realities, del WandaGate, de las tapas de revista o de los "palitos" en redes, Wanda Nara ya se había inventado a sí misma. Fue una chica que, muy joven, empezó a moverse en el mundo del espectáculo con un objetivo claro: hacerse un lugar. Lo logró sin apellidos influyentes y, sobre todo, sin disfrazar su ambición. Mientras tantos se avergüenzan de desear fama y plata, ella lo hizo sin culpa. Y eso, en un país donde a las mujeres se les exige pedir permiso para brillar, es un acto revolucionario.

Bancar a Wanda Nara es apoyar una forma de ser mujer que incomoda, pero enseña
Bancar a Wanda Nara es apoyar una forma de ser mujer que incomoda, pero enseña

El problema de la mediática, quizás, es que nunca fue cómoda. Siempre fue dueña de su relato, incluso cuando se reían de ella. No fue la "novia de": fue ella quien eligió con quién estar y a quién dejar, mientras a su alrededor se popularizaron etiquetas como "el peluquero de", "la hermana de" o "el novio de". Ella era el centro, el núcleo, la marca.

Y sí, aunque empoderada, también supo acompañar. Supo correr su ambición para acompañar a sus parejas. Primero fue Maxi López, a quien siguió a Europa sin pensarlo dos veces. Pero, cuando decimos que "acompañó a su pareja al exterior", no hay que imaginar a una esposa silenciosa y complaciente. Nada más alejado.

En Europa crió a sus hijos, gestionó carreras futbolísticas, armó y desarmó hogares, y nunca perdió de vista que el show debía continuar. Primero fue madre de Valentino, Constantino y Benedicto. Y si bien combinar la crianza de tres varones y su carrera no era fácil, años más tarde no dudó en volver a agrandar la familia con la llegada de Francesca e Isabella, sus dos hijas fruto de su matrimonio con Icardi.

Wanda Nara en su casa de campo en Italia
Wanda Nara en su casa de campo en Italia

En sus historias de Instagram dejó en claro que, en otra vida, fue decoradora de interiores o arquitecta: construir casas es su otra gran pasión. Tan así que hoy cuenta con 36 propiedades a su nombre en distintas partes del mundo, todas decoradas por ella misma.

Mientras se encargaba de ser noticia a diario, también creaba y dirigía su propia empresa: Wanda Cosmetics, con productos de maquillaje, accesorios y hasta prendas de vestir. Se convirtió en una marca global, sin dejar de ser mamá presente. Porque mientras coordina la rutina escolar y acompaña a sus hijos a los entrenamientos, también idea las estrategias más excéntricas para mantener su nombre en boca de todos. Pasó de plotear la Lamborghini de Mauro Icardi de rosa a grafitearla con aerosol negro para promocionar una canción. Ella es madre, conductora, empresaria y, sobre todo, su propia jefa de marketing.

Porque eso es otra cosa que no se le puede negar: Wanda siempre sirvió al show. Lo entendió antes que nadie. Antes de que las redes sociales fueran herramientas de branding personal, ella ya moldeaba su personaje. Supo convertir cada escándalo en una oportunidad. Cada historia de amor, en una narrativa pública. Y no, eso no es manipular —como tantas veces se la acusa—, es entender las reglas del juego y jugarlo mejor que nadie.

Wanda Nara traspasó fronteras y se animó a crear su propia marca: Wanda Cosmetics
Wanda Nara traspasó fronteras y se animó a crear su propia marca: Wanda Cosmetics

Y entonces llegó el WandaGate. Esa bomba mediática en la que todo estalló: la traición, los mensajes, la otra. El país dividido. El rating por las nubes. Pero más allá del circo (que ella también manejó con astucia), Wanda hizo algo que muchas no se animan: se fue. Armó las valijas. Dio el portazo. Se eligió a sí misma. Claro que dolió. Claro que incomodó. Pero también marcó una frontera: no se juega con una mujer que ya se eligió a sí misma antes que a cualquiera.

Hasta en las crisis más profundas, Nara logra seguir en el centro. Y no por escándalo, sino por magnetismo. No olvidemos que el WandaGate se llamó así por ella, aunque hubo otras personas involucradas que, a su lado, pasaron casi desapercibidas.

¿Todavía hay dudas de por qué ser Team Wanda? Vamos a más. Mientras Icardi parecía dispuesto a hacer todo para destruirla, Wanda enfrentaba en silencio una leucemia mieloide crónica. El diagnóstico llegó en julio de 2023, y desde entonces sigue un tratamiento riguroso en FUNDALEU, con controles periódicos tanto en Argentina como en Turquía, donde residió un tiempo tras cerrar un millonario contrato para que Mauro jugara en el Galatasaray.

Además de servir al show como solo ella sabe, Wanda Nara está en todos los detalles de sus hijos
Además de servir al show como solo ella sabe, Wanda Nara está en todos los detalles de sus hijos

Mientras el cuerpo pedía reposo, ella se sacaba la bata, se ponía tacos, maquillaje, el pelo impecable... y salía a grabar. Porque también fue la conductora de MasterChef y Bake Off Famosos Argentina, donde no solo brilló, sino que hizo brillar a los demás. Porque si alguien entiende de momentos televisivos, es ella.

Y no solo en Argentina. En Italia fue co-conductora del programa deportivo Tiki Taka y panelista de Grande Fratello VIP 4, la versión italiana de Gran Hermano. Y como si todo esto fuera poco, en 2024 se convirtió en la primera argentina en conducir un proyecto importante de Netflix: Love is Blind: Argentina, la adaptación local de uno de los realities más exitosos del mundo.

Pero la influencer no deja sueños por cumplir. ¿Qué le dijeron cuando dijo que quería cantar? Que no servía. ¿Y qué hizo? Lanzó "Bad Bitch""O Bicho Vai Pegar", dos temas con frases que quedaron instaladas en el imaginario colectivo como "Con el permiso de la favela".

Wanda Nara tiene 38 años y una carrera que parece de 80: empresaria, madre, conductora, influencer, cantante, arquitecta de interiores, manager y protagonista. ¿Cómo no bancarla?

Ser Team Wanda es, en definitiva, pararse del lado de las mujeres que no piden perdón por ser ambiciosas. Es bancar a las que son madres presentes sin renunciar a sus carreras. A las que se reinventan una y otra vez. A las que negocian contratos, manejan empresas, crían hijos, enfrentan críticas y siguen. Porque si hay algo que Wanda nunca hizo fue quedarse quieta.

Wanda Nara condujo Love is Blind Argentina junto a Dario Barassi
Wanda Nara condujo Love is Blind Argentina junto a Dario Barassi

La banco porque creció en un mundo que exige que las mujeres sean perfectas, y ella se mantuvo imperfecta y poderosa. Porque mostró que se puede ser sexy y estratega, madre y empresaria, frágil y feroz. Porque se cansó del lugar de víctima y escribió su propia telenovela, con ella de protagonista y productora ejecutiva.

Así que sí: en este reality eterno llamado vida pública, yo elijo ser Team Wanda. Porque elegirla es, también, elegir una forma de ser mujer que no se disculpa por existir, que incomoda porque rompe el molde, y que sigue caminando aunque el barro llegue hasta las rodillas.

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