27 Junio de 2025 12:48
El mundo de la música y el cine se vistió de luto al despedir a uno de sus más grandes talentos. Lalo Schifrin, el compositor argentino que marcó generaciones con su inconfundible estilo y sensibilidad, falleció a los 93 años en Los Ángeles, California, debido a complicaciones de una neumonía.
Nacido en Buenos Aires en 1932, Boris Claudio Schifrin creció rodeado de música. Su padre, Luis Schifrin, era violinista en el Teatro Colón, y esa semillita sembrada en lo más íntimo de su hogar, floreció en un talento innato que lo llevó a estudiar en el Conservatorio Nacional de Música y, más tarde, en el prestigioso Conservatorio de París.

Sin embargo, tal vez nunca imaginó que entre partituras y sueños, empezaría a forjarse el artista que conquistaría Hollywood y el mundo entero. Es que Lalo no solo era un pianista virtuoso y un director de orquesta excepcional: relataba historias a través de la música con la infinita capacidad de transmitir emociones profundas.
Su obra más conocida, la icónica banda sonora de Misión: Imposible, es prueba viviente de sus años de experiencia. Esa melodía vibrante y llena de tensión se convirtió en un símbolo universal del suspenso y la acción, y acompaña hasta hoy las aventuras cinematográficas de Ethan Hunt, interpretado por Tom Cruise.

Pero Schifrin no se limitó a una sola obra maestra. Su talento brilló en más de 100 bandas sonoras para películas y series de televisión. Desde los vertiginosos autos de Bullitt*hasta los duros dilemas morales de Harry el Sucio, pasando por la intensidad marcial de Operación Dragón, cada una de sus composiciones dejó una huella imborrable. También fue el genio detrás de la música de series como Mannix y Starsky y Hutch, que marcaron una época dorada en la televisión.
A lo largo de su carrera, Lalo fue reconocido con innumerables premios. Fue nominado seis veces al Oscar y recibió cuatro premios Grammy, además de múltiples nominaciones a los Globo de Oro y los Emmy. En 2018, la Academia de Hollywood le otorgó un Oscar honorífico por su trayectoria, convirtiéndolo en el tercer compositor en recibir este prestigioso reconocimiento.

Aquella noche, Clint Eastwood —uno de los actores y directores con quienes trabajó estrechamente— le dedicó palabras que quedarán grabadas en la memoria: "Lalo tiene un estilo musical único, una integridad inquebrantable y ha hecho contribuciones influyentes al arte de la composición". Pese a todos los premios y aplausos, quienes lo conocieron aseguran que Lalo siempre mantuvo los pies en la tierra. Era un hombre cálido, humilde y apasionado por su trabajo. En una ocasión, confesó que componer bandas sonoras había sido "una vida llena de alegría y creatividad".
Hoy queda su música como refugio y consuelo, queda el recuerdo de ese joven porteño que soñaba con conquistar escenarios más allá del Río de la Plata y terminó dejando su marca en Hollywood y en los corazones de millones. Queda la certeza de que el legado de Lalo Schifrin seguirá vivo cada vez que escuchemos esa impresionante banda sonora que se volvió un ícono mundial y que salió del mejor país del mundo.

