08 Marzo de 2017 07:20

Tal vez una de las tareas más difíciles de criar un hijo sea la de que crean en ellos, en sus decisiones, que sepan que cada equivocación puede convertirse en una nueva herramienta para futuros desafíos. ¿Cómo hacer para no darles todas las respuestas? ¿Cómo ayudarlos a que enfrenten sus problemas y elijan basados no sólo en lo que saben sino también en lo que intuyen?
El bambino.
El camino no es fácil, como padres hay que estar muy atentos, a nivel cognitivo no hay nada más desafiante que los inconvenientes y los errores, el esfuerzo que conlleva intentar resolverlos lleva a que aprendan a adaptarse, a cambiar. Con cada problema se ponen en funcionamiento todos los recursos que tienen los niños y logran una reorganización de los esquemas mentales que suelen usar.
Es así que, como padres, debemos tener claro que los problemas, las piedras en el camino, son necesarias para el crecimiento de nuestros hijos. Cuando los chicos se acostumbran a pensar por sí mismos, a cuestionar la realidad que se les presenta a diario, a enfrentar las situaciones a su forma, entonces empiezan a tener más confianza en sus capacidades, enfrentan la vida con menos miedos y son más felices. Son ellos los que deben encontrarle sentido a su vida, su propia escala de valores.
Abuelo, bambino y padre, los protagonstas.
En los años ´70 un grupo de psicólogos de la Universidad de Rochester, Estados Unidos, comenzaron a estudiar el tema de la motivación en los niños y fue Edward L. Deci quien postuló una teoría más que interesante a la que llamó Teoría de la Autodeterminación. En ella Deci advierte que para conseguir lo mejor de una persona, no es necesario darle una recompensa, sino brindarle un entorno adecuado que cumpla con tres premisas fundamentales:
#1 Que sienta que tiene cierta competencia para la tarea que tiene que resolver, para que no genere frustración o ansiedad desmedidas.
#2 Que tenga algún grado de autonomía, para que de ese modo pueda buscar nuevas soluciones y llevarlas a cabo, que sientan que tienen el control.
#3 Que estén en contacto con los demás, para que se sientan apoyados y sostenidos por su entorno.
¿Cómo resolverá el problema?
Con estas premisas y teniendo en cuenta cual sería la mejor manera de lograrlo con tus hijos, el corto La luna, de Pixar viene genial. Dirigido por Enrico Casarosa, se estrenó en junio de 2011 y cuenta la historia de un niño que va con su padre y su abuelo a trabajar por primera vez. Ante un problema, cada uno de los adultos propone una solución diferente, ¿qué hará el niño? De él debemos aprender.