10 Diciembre de 2015 05:28
El día llegó, el bastón está, Cristina Fernández de Kirchner ya terminó su mandato y Mauricio Macri asume el cargo que le fue asignado tras haber ganado en ballotage la presidencia. Cada uno en su lugar, sin ceder pero sin detener la transición.
Ayer con una manifestación popular se despidió a la era kirchnerista. Abundaban las muestras de agradecimiento y apoyo pero también otros se animaron a festejar su salida del poder. Ese contraste está en sintonía con la grieta que incluso se mediatiza en un día como hoy. En cada medio se expone el traspaso y fin del justicialismo a una nueva fórmula que promete e insiste con la idea de “cambio”.
Clarín optó por la foto de Mauricio Macri.
En el diario Clarín, la imagen de Cristina no apareció en la tapa y hasta el título la deja en offside. “Macri asume: convoca al diálogo y la unidad”, afirman y se lo ve al presidente en el balcón de su casa saludando.
En La Nación se buscó nivelar un poco las aguas, por lo menos el último día en el que Cristina está en el mando. Sumaron dos fotos, uno de cada uno, como para no quedar mal. En cambio, en Ámbito Financiero y en El Cronista se refirieron a Macri y sumaron su foto. Se dedicaron a hablar del mundo productiva, la economía y el futuro, sin ahondar demasiado en lo que hoy sucederá.
De un lado y del otro: la grita mediática.
En Página 12 la foto de tapa colmó la mayor parte del espacio acompañado del título “El abrazo”, sobre la imagen que resume la movilización de ayer, organizada para coronar el último discurso presidencial “K”.
En Tiempo Argentino contrarrestaron el título central con la foto. “Mauricio Macri asume hoy la presidencia de la Nación” dice arriba y debajo se ve la foto de la multitud presente ayer.
Las tapas también marcaron la grieta.
En Crónica, en cambio, mantuvieron la polémica entre Macri y Kirchner para armar una fotografía con imágenes de archivo y sin que falte el fatídico bastón.
En el resto de los diarios la tendencia siguió y el título que resume con algo de humor y mucho tino es “A very Argentine transition”, es decir, una transición muy argentina, como si fuera el remate de un tango.
