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Abogados en peligro: amenazas, traiciones y crímenes mafiosos

Hace una semana volvieron a matar a un abogado. La víctima fue torturada y quemada. Apareció en La Plata. Cuando ser penalista es un oficio de riesgo. Las amenazas a Burlando, el ataque a Stinfale y los dos abogados asesinados por venganza.

28 Noviembre de 2015 05:53
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“Cuando matan a un abogado, casi siempre se trata de un crimen mafioso”, dice un veterano investigador de la Policía Federal. Su análisis está basado en su experiencia y en casos testigo. El último asesinato pareciera confirmarlo: Miguel Angel Gómez, de 66 años, apareció semicalcinado en un auto, en La Plata. Lo mataron a puñaladas y había sido torturado. De ese asesinato, ocurrido hace poco más de una semana, no se sabe nada.

Los peritos, en la escena del crimen. Foto: Diario Hoy de La Plata.

No están a salvo. Son poderosos, parecen inmunes a cualquier peligro y hasta los hombres más temibles confían en ellos. El de abogado puede ser un oficio de riesgo. ¿Por qué algunos de ellos son asesinados? Las causas pueden ser varias: desde negocios sucios y deudas hasta defensas que terminaron mal. Todo eso lleva a una venganza.

Gómez tenía 66 años. 

El día que Burlando estuvo en peligro 

Pero no siempre es así: el extraño ataque fallido contra Fernando Burlando, protagonizado por un joven que el 29 de octubre lo buscó en el Hotel Faena con una navaja, dejó al descubierto lo que para los abogados penalistas es un gaje del oficio: la posibilidad de ser amenazados o sufrir venganzas de clientes que no quedaron conformes con sus defensas.

Burlando minimizó el intento de ataque.

“No fue nada. Era un muchacho que decía ser mi hijo y que me había visto en el Bailando. Le faltan varios jugadores”, dijo Burlando para desdramatizar lo que al principio se informó como un supuesto plan para matarlo. El fallido agresor fue detenido. Lo cierto es que no es la primera vez que un abogado vive un episodio similar.

 

Defensas que matan

Hubo casos que llegaron al crimen, como el del abogado Marcos Alonso, asesinado en 2010 presuntamente por dos clientes. Alonso, de 42 años, apareció con siete balazos en el cuerpo, adentro de su auto. Estaba atado, amordazado y los asesinos le habían puesto un billete de un dólar en la boca.

Se cree que Alonso cobró por una defensa que le costó al vida. Foto: El Popular.

Por el crimen fueron condenados a perpetua dos peligrosos convictos: Roberto Eliseo Castilla Rocha y Juan Ramón Ibáñez.

Castilla e Ibáñez, los condenados por matar al abogado en Olavarría. Foto: El Popular.

En julio hubo otro caso similar: el abogado de la familia de Christian Schaerer, el joven secuestrado en 2003, fue asesinado a balazos en un café de Corrientes. El asesino terminó suicidándose. Ernesto "Tito" González, la víctima, fue asesinada de cinco balazos. Un video registró el crimen. 

Estos casos de la realidad no tienen nada que envidiarle a la trama de la película Cabo de Miedo, de Martin Scorsese, en la que un ex convicto, Max Cady (Rober de Niro), sale de la cárcel y lo único que le importa es vengarse de su abogado.  "Abogado, ¡abogado!o ¿estás ahií? Sal ratita que quiero verte la colita", dice el ex preso mientras lo busca para matarlo. En muchos casos, el preso toma venganza porque pagó mucho dinero por una defensa que no fue efectiva.

 

El ataque al “abogado del diablo”

En noviembre de 2014, desde un auto balearon la casa del famoso abogado Víctor Stinfale, en Ramos Mejía.

Stinfale ya había sido víctima de otro ataque en un restaurante.

El ataque sigue envuelto en el misterio. Ser abogado es más riesgo de lo que se pensaba.

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