Big Bang! News
Más

El encuentro de Cavallo y Milei: del 1 a 1 que arruinó a la industria, al Corralito que se quedó con todo

Un repaso de las medidas económicas del ex ministro de Economía e ídolo del libertario.

por Matias Ayrala

17 Octubre de 2022 14:09
1666026617147
1666026617147

Hasta finales de los 60 y principios de los 70, Argentina supo ser el país de América Latina con una industria nacional fuerte y un movimiento de ascenso social, que había comenzado en 1946 de la mano de Juan Domingo Perón y no se detuvo pese a los continuos golpes de Estado del Poder Militar. Pero la mano económica cambió con la última dictadura militar (1976-1983), que condicionaría para siempre el futuro de la nación. Y en ese sentido, hubo un hombre que ocuparía lugares claves durante tres décadas para que eso sucediera: Domingo Cavallo.

 

Hace pocas horas, en la pantalla de TN, el ex ministro de Economía de Carlos Saúl Menem y el libertario Javier Milei se regalaron mutuos elogios. “Milei es una persona que tiene muy buenas intenciones y ha logrado algo que a mi me asombró: que con ideas de la libertad pueda conseguir que la juventud se entusiasmara y entrar a militar en política”, afirmó Cavallo. Y sumó: “Gracias a Javier, ahora me mandan por WhatsApp y las redes muchos mensajes que antes no recibía”.

 

Por su parte, Milei lanzó sobre el creador del 1 a 1 de los 90: “Él es el mejor ministro de Economía de la historia argentina”. Y el diputado libertario siguió: “Me produce felicidad que día a día se va reivindicando esa tarea enorme que hizo con Menem”. Y Cavallo le respondió: “El bimonetarismo es lo lógico para salir de una situación como la actual, para terminar con la inflación. El bimonetarismo es volver al sistema de la Convertibilidad”.

El insólito cruce televisivo fue una oda a la falta de memoria de Argentina. Para eso hay que realizar un simple repaso sobre la carrera en el Estado de Cavallo. En 1982, sobre el último año y medio de la dictadura militar, el economista fue nombrado como presidente del Banco Central de la República Argentina (BCRA); en 1991 fue nombrado ministro de Economía por Menem; y en 2001, Fernando de la Rúa lo ungió nuevamente como titular de Economía. Un breve repaso de la historia demuestra la forma en que arruinó a Argentina con todas sus medidas.

 

En 1982, desde el BCRA, Cavallo tomó una medida que le daría un golpe de knock out a la economía nacional por décadas. En dupla con los grandes grupos económicos, Cavallo legalizó la transferencia de la deuda del sector privado con bancos internacionales al Estado. De esa manera, la deuda externa de Argentina se multiplicó. Con la vuelta de la democracia, Cavallo se alejó del Estado. Pero no por mucho tiempo.

Cuando la presidencia de Raúl Alfonsín tambaleaba por la hiperinflación, Cavallo le dio la estocada final. En 1988, reunido con los grupos financieros internacionales, les pidió que rompieran lazos y negociaciones con el Gobierno Nacional. ¿La promesa? Si Carlos Menem era elegido presidente, la relación del nuevo gobierno sería de total confianza. El FMI y el Banco Mundial rompieron vínculos. La economía voló por los aires. Alfonsín adelantó las elecciones. En julio de ese año, el caudillo riojano le ganó la interna justicialista a Antonio Cafiero. El 14 de mayo de 1989, Menem sería elegido presidente.

 

En 1991, el entonces presidente nombró a su tercer ministro de economía y por supuesto, era Cavallo. La primera medida fue la privatización de todos los entes del Estado. De esa manera, el ministro de economía benefició a los mismos grupos económicos a los que les había absorbido la deuda en 1982. En tanto, también creó una ley que marcaría un antes y un después en la historia argentina: la convertibilidad. Un peso era igual a un dólar, la moneda nacional quedaba atada al valor de la de Estados Unidos.

El negocio millonario que destapó el sorteo de Milei: el valor de tus datos y cómo los usan todos los políticos

 

Mientras los grupos económicos multiplicaban sus ganancias, la industria nacional desaparecía lentamente. Ese desarrollo económico fortalecido desde mediados de la década del 40, se hacía añicos frente a las importaciones beneficiadas por el 1 a 1. Desde esos años, la fuga de capitales comenzó una moda que no se detuvo hasta la actualidad, con picos increíbles durante la presidencia de Mauricio Macri. Las cuentas dan este resultado: por cada dólar de deuda pública, hay otro dólar fugado por capitales privados.

 

Por supuesto, los primeros resultados de la convertibilidad tuvieron éxitos para bajar la inflación. Si en 1989 era de 3.079% y en 1990 de 2.300%, desde abril de 1991, cuando entró en vigencia, y hasta 1999, la inflación se mantuvo en el 2,1%. Durante años, Argentina fue el país con menos inflación del planeta. Una simple ilusión óptica. Para entonces, el Estado ya no contaba con sus empresas insignia como YPF, Aerolíneas Argentinas?, los ferrocarriles, Obras Sanitarias, Gas del Estado, Entel, Segba, el Correo Argentino y la Caja Nacional de Ahorro y Seguro.

Lo que Cavallo no mostraba era la ruptura social y la desaparición de la clase media. El desempleo se multiplicó. En 1988, la desocupación en Argentina era de 7,7%. Cuando Menem terminó su segunda presidencia, en 1999, era el doble: 14,3%. Para entonces la pobreza era de 27%. La deuda externa se había multiplicado por tres y la industria nacional era nula. Los espejitos de colores se habían destruido. Y en 2001 todo quedaría en evidencia. Cavallo había destruido la estructura económica e industrial de Argentina.

 

La crisis económica que se desató durante la presidencia de Fernando de la Rúa en 2000, sirvió para que Cavallo volviera a Economía. Por entonces, Ricardo López Murphy había fracasado rotundamente y Patricia Bullrich se había encargado de bajar las jubilaciones. El país era un arsenal a punto de estallar. Y Cavallo forzó tanto la convertibilidad que prendió la mecha.

Milei, el hombre de Mauricio Macri: el análisis de Durán Barba y quién financia la derechización de la política

 

El dueño del 1 a 1 también fue el creador del más grande colapso económico: la crisis de 2001. En diciembre, hizo subir la deuda a 40 mil millones de dólares, confiscó los ahorros de los aportes a las AFJP y los cambió por bonos depreciados. Tal como sucedería décadas después, esos bonos fueron trasladados a la fuga de capitales. Por esos días, mientras los grandes grupos económicos se la llevaban toda, Cavallo puso en vigencia el “corralito”, es decir, impidió que los argentinos y las argentinas pudieran retirar el dinero depositados en las cuentas bancarias.

 

¿Cuál fue la excusa? Cavallo lo dijo en cadena nacional: "Mucha gente asustada estaba retirando no $ 250, ni $300 o $ 1000, sino $ 50000, $ 100.000 o un millón de pesos en fajos de los bancos y los ponía en la caja de seguridad”. Y completó: "Ese dinero, que estaba saliendo del sistema bancario, iba a impedir que usted dentro de unos días pudiera sacar los $ 250 que suele sacar".

 

El corralito entró en vigencia el lunes 3 de diciembre de 2001. Para entonces ya se habían ido del sistema 18 mil millones de dólares de los grandes grupos privados. Para el argentino de a pie solo le quedaba la siguiente medida: Si una persona sacaba $200 una semana, podía sacar $300 a la siguiente. El límite era de 1000 pesos mensuales. Los ahorros en dólares ya no estaban en los bancos. El estallido social no tardó en llegar.

 

 

Mientras De La Rúa renunciaba y se subía al helicóptero aquel 20 de diciembre, Cavallo ya había dejado el gobierno hacía 48 horas. Para entonces, el 57% de la población argentina había caído debajo de la línea de la pobreza; los pocos que tenían un trabajo en blanco no podían retirar sus sueldos y mucho menos los ahorros de su vida. Los juicios contra los bancos duraron años. Nadie cobró jamás lo que les correspondía; la deuda se disparó a 140 mil millones de dólares durante sus tres períodos en el Estado. Durante ese lapso, Cavallo había hecho su trabajo: benefició a los empresarios y arruinó la vida de millones de trabajadores. Hoy Milei lo celebra. Su misión es la misma.

 

 

10