19 Agosto de 2025 14:43
En un hecho que indigna y deja al descubierto las fisuras éticas y morales del partido judicial argentino, el juez Alberto Osvaldo Recondo falló en contra del pedido de la familia de Ian Moche, un niño de 11 años con autismo, para que el presidente Javier Milei eliminara un tweet que desencadenó una ola de agresiones hacia el menor.
La madre de Ian, Marlene Spesso, expresó su dolor y frustración en una entrevista con la AM750, donde dejó en claro lo que significa este fallo para su hijo: "Ian dijo que si salía a favor, creía en la justicia; si no, sería una injusta justicia", relató, con palabras que reflejan la decepción de una familia que solo pedía algo tan simple como que se borrara un retweet.

El tweet en cuestión no solo expuso a Ian, sino que abrió la puerta para que seguidores de La Libertad Avanza lo atacaran sin piedad. Entre los insultos más aberrantes está el del diputado Agustín Romo, quien retuiteó: "La tenés adentro autista boludo y tu vieja también".
Marlene fue contundente al expresar su preocupación: "Lo peor que tiene su presidente no es su violencia, sino su séquito. Eso me preocupa mucho". Es que no es solo Milei quien se niega a borrar un mensaje ofensivo: es todo un aparato político y social que valida y perpetúa la agresión. Es el eco del odio que se multiplica en cada retweet, cada comentario hiriente, cada silencio cómplice.

El juez Recondo, por su parte, argumentó en su resolución que el tweet no constituye un ataque a la honra ni a la reputación del menor: "No encuentro que en el caso corresponda razonablemente conceptuar lo publicado como un ataque a la honra y reputación del menor, ni que se haya afectado el principio del interés superior del mismo", dice el fallo.
Además, el magistrado justificó su decisión bajo el paraguas de la libertad de expresión: "Acceder al pedido del niño limitaría la libertad de expresión del presidente". Borrar un retweet no es un acto heroico ni una concesión extraordinaria. Es un gesto mínimo de humanidad, algo que debería ser automático cuando se habla de los derechos de las infancias.

Ian Moche es un activista por los derechos de las personas con discapacidad; su lucha es valiente y necesaria, pero no debería incluir tener que soportar ataques violentos desde las altas esferas del poder, ni pagar ese precio por defender sus convicciones. Sin embargo, en el país gobernado por la ultraderecha de Javier Milei, todo parece posible.

