03 Noviembre de 2025 08:39
El ex presidente Mauricio Macri celebró este domingo la incorporación de Diego Santilli al Gabinete nacional y aseguró que "es una incorporación muy positiva para el Gobierno". En un mensaje publicado en su cuenta oficial de X, el fundador del PRO destacó la experiencia del nuevo ministro del Interior y confió en que podrá "articular con los gobernadores la implementación de las reformas" que impulsa Javier Milei. "Quiero felicitar a @diegosantilli por su designación como nuevo ministro del Interior. Es una incorporación muy positiva para el Gobierno. Como dirigente del PRO de gran experiencia, confío en que, en este momento clave, podrá articular con los gobernadores la implementación de las reformas que necesitamos. Esta es una gran oportunidad para el futuro de la Argentina que todos queremos que salga bien", expresó Macri.
A los pocos minutos, el PRO difundió un comunicado institucional en la misma línea, celebrando el nombramiento como "una gran noticia para el país y una oportunidad para fortalecer la gestión y el diálogo con las provincias". "Confiamos en que su experiencia y compromiso serán fundamentales para avanzar en las reformas que la Argentina necesita", señaló el partido que Macri fundó hace más de dos décadas. Sin embargo, las felicitaciones del ex presidente llegaron apenas horas después de que él mismo cuestionara públicamente otra decisión clave del mandatario libertario: la designación de Manuel Adorni como jefe de Gabinete, tras la salida de Guillermo Francos.
Macri, que compartió una cena con Milei el viernes en la Quinta de Olivos, fue contundente en su diagnóstico: "La salida de un hombre con capacidad y equilibrio como Guillermo Francos, que para la ciudadanía representaba sensatez, para ser reemplazado por otro sin experiencia, no parece ser una buena noticia". El ex mandatario aseguró que durante el encuentro con Milei "la idea era pensar la mejor manera de reforzar los equipos y prepararse para esta segunda etapa, pero no logramos ponernos de acuerdo".
Y agregó que le había sugerido al Presidente un nombre alternativo: "Como le mencioné, existía la posibilidad de reemplazar a Francos por otra persona idónea de su equipo, con un perfil más técnico y mayor capacidad de conducción y coordinación de equipos, como Horacio Marín, actual presidente de YPF, que reúne todas las condiciones por su experiencia previa". Macri también advirtió que "a esta decisión a mi juicio desacertada, se suma la falta de resolución de las conocidas disputas internas del gobierno, claves en la hoja de ruta del futuro".
En su extenso mensaje, el ex jefe de Estado sostuvo que lamentaba la situación porque "tras el esfuerzo realizado, la revalidación de la gente en las urnas y el apoyo inédito de Estados Unidos, el país se encuentra frente a una oportunidad histórica que no puede desaprovechar". "Como el presidente ha dicho públicamente, yo no he pedido ni pediré nada a título personal, pero me veo obligado a hacer mi aporte y a expresar mis preocupaciones porque nos une el futuro del país", concluyó.
El gesto de Macri, que alterna entre la crítica abierta y el acompañamiento institucional, había vuelto a dejar en evidencia la frágil convivencia política entre los libertarios y el PRO. Si por un lado celebra la llegada de un hombre propio como Santilli al gabinete -una figura de confianza del macrismo y del larretismo-, por el otro busca dejar constancia de su distancia respecto de las decisiones más erráticas de Milei y del poder creciente de su entorno más cercano.

La incorporación de Santilli al Ministerio del Interior, aplaudida por la estructura macrista, es también una muestra de la creciente "cooptación amarilla" del Gobierno, que recurre cada vez más a figuras del PRO para estabilizar su gestión. Pero esa misma estrategia pone en tensión el relato libertario de ruptura con la "casta" y alimenta las sospechas sobre una eventual recomposición política entre Milei y Macri. En ese equilibrio inestable, el ex presidente buscó mostrarse como un garante de la gobernabilidad, aunque sin comprometerse del todo con un gobierno que -como él mismo dejó entrever- aún carece de experiencia y coherencia.

