03 Noviembre de 2025 14:41
En el fascinante y casi siempre desconcertante mundo de la política argentina comandada por las fuerzas del cielo, Manuel Adorni logra destacarse por una habilidad que pocos dominan con tanta destreza: decir una cosa y hacer exactamente lo contrario.
El flamante Jefe de Gabinete del gobierno nacional, quien hasta hace poco encabezaba la lista de legisladores porteños de La Libertad Avanza (LLA), dejó a más de uno boquiabierto tras su reciente designación, traicionando así sus propias palabras y promesas de campaña.

Adorni, quien en reiteradas ocasiones se había manifestado en contra de las candidaturas testimoniales, ahora parece haber encontrado una definición personal que lo exime de cualquier culpa.
En una entrevista reciente con Luis Majul en LN+, intentó justificar su decisión de no asumir como legislador porteño, a pesar de haber sido elegido por el voto popular: "Testimonial es cuando vos estafás al electorado poniéndote en una boleta, haciendo que la gente te elija, y sabiendo que los estás engañando porque no vas a asumir", explicó con un rostro serio, como si la contradicción no estuviera golpeándole en la cara.
Sin embargo, las palabras del propio Adorni lo dejan expuesto. En abril, durante la campaña, había prometido sin titubeos: "En caso de ser electo, si la gente me elige, voy a dar un paso al costado y me enfocaré en la Legislatura porteña a partir del 10 de diciembre".
Pero cuando llegó el momento de cumplir, prefirió aceptar el llamado del presidente Javier Milei para ocupar un cargo en el gabinete nacional.

Lo más loco es que, según su lógica, esto no constituye una candidatura testimonial porque "no sabía" que sería convocado para un puesto en el Ejecutivo: "Ante el llamado del Presidente para colaborar en determinado lugar, uno se debe al Presidente", justificó.
Sorprendentemente, Majul no dejó pasar la oportunidad para recordarle que Milei había calificado las candidaturas testimoniales como "un fraude y una vergüenza". "Terminaste siendo un candidato testimonial", le espetó el periodista. Adorni, incómodo, intentó defenderse: "Las testimoniales son un fraude al electorado, es un fraude al tipo que va el domingo de elecciones a votarte", dijo antes de matizar que solo es testimonial quien sabe de antemano que no asumirá porque tiene otro "destino". En su caso, aseguró, desconocía su futuro nombramiento.

En esa misma línea, explicó con seguridad: "No fue el caso de Diego Santilli y no fue mi caso", dijo ante el silencio cómplice del periodista que esa vez no se animó a repreguntar... La explicación dejó más dudas que certezas.
Manuel Adorni parece haber olvidado que en política no basta con tener buenas intenciones o definiciones creativas: las acciones pesan más que las palabras. Y en este caso, sus propios dichos lo condenan. Como bien dice el refrán: "Haz lo que yo digo, pero no lo que yo hago".

