12 Abril de 2017 21:23
Roberto “Beto” Bubas es guardafauna en Puerto Madryn y nada con las orcas desde hace 25 años, vivo solo en Península de Valdés durante 15 años y su historia llegó a la pantalla grande.
El faro de las orcas, es la película que narra la historia de Agustín, un chico autista que no reaccionaba ante casi nada, hasta que ve en Animal Planet a Beto Bubas. Ante las imágenes en las que se podía ver a Beto tocando a las orcas, metiéndose al agua, hablándoles a estos inmensos animales, el niño de 9 años tuvo una reacción inesperada, tocó la pantalla al grito de: “¡Yo, yo!”.
En Península de Valdés, Bubas custodiaba a más de 1.000 ballenas francas y una población más pequeña de orcas, elefantes marinos, lobos marinos y otras especies.
Furriel y Bubas.
Pero Beto estaba fascinado por las orcas, les gustaba su estética, su pigmentación, su hidrodinámica y su estructura social. Las orcas viven en manadas familiares dominadas por hembras.
El guaradfauna se tomó muy en serio el tema de las orcas y comenzó a investigar, tomar datos, de todo. Como tenía prismáticos ni cámara de fotos, hacía dibujos de los animales y escribía las señas particulares de cada uno para ponerle nombre y establecer patrones de comportamiento.
Maribel Verdú, Joaquín Furriel y Beto Bubas.
A este hombre con una relación tan estrecha con las ballenas fue a buscar la mamá de Agustín, interpretado en la película por Quinchu Rapalini, para que su hijo lo pudiera conocer y ver a las orcas en libertad de cerca.
El faro y las orcas comenzó a gestarse hace 12 años, cuando Luis Puenzo estaba rodando La puta y la ballena. En ese momento José María Morales, productor del film, conoció a Bubas y quedó fascinado con su historia, “pero él no sacaba los ojos de mis prismáticos”, cuenta Morales al diario El Mundo.
Cuando le preguntó si le gustaban y Beto le contestó: “Hombre, unos Swarovsky”. Así se pusieron de acuerdo en que se los regalaba si él le contaba su historia. Desde están trabajando en El faro de las orcas.
En la película, el personaje de Beto quedó en manos de Joaquín Furriel, quien reconoce que: “Para mí la película está fuera del curriculum, no puedo hablar de ella como de las demás. Me dio la seguridad que necesitaba para volver a actuar”.
Es que el guion de Faros le llegó a Furriel 10 días después de haber estado internado por un ACV.
En el piso de Intrusos el actor cuenta: “En 2015 tuve un año accidentado, primero tuve un accidente doméstico, con mi hija, en el que me fracturé la vértebra dorsal 12 y pude haber perdido motricidad. Y después el ACV”.
Bubas, ayudando en la filmación de la película.
Su representante le acercó el guion, diciéndole que pensaba que era justo para él y el momento de la vida por el que estaba pasando, el actor dudó: “Yo estaba asustado, me daba miedo haber perdido la memoria, no poder controlar la emoción”.
“El día que conocí al director le dijo, no la quedé con un golpe, no la quedé con un ACV, no la voy a quedar con una orca. Yo creo que en ese momento pensó quien le había recomendado a este tarado”, se ríe el actor de su desconocimiento sobre los cetáceos.
En el momento en que decidió hacer la película, Joaquín se fue a conocer a Beto a Puerto Madryn, “Ese viaje en avión el primero que hice después del ACV”, confiesa Furriel.
Beto y su relación con las orcas.
“Cuando lo conocí a Beto le dijo que yo nunca había hecho de alguien vivo y que todavía sigue haciendo el mismo trabajo, que tenía que aprender”, cuenta entusiasmado el actor.
La película lo marcó en muchos aspectos, no sólo por ser su primer trabajo luego de un 2015 accidentado, sino porque a su hija la historia de Faros le encantó: “Es la primera vez que trabajo para mi hija, es la primera vez que hago algo ATP, ella fue la que se copó mucho con el guion, por sus valores, por el tema, por la naturaleza. Hoy voy con ella al avant premier y nueve invitados”, se ríe Furriel.
Bubas, le toca la armónica a las orcas.
Beto está muy feliz con el resultado de la película y dice que nadie más que Joaquín podría haber hecho de él: “Joaquín tiene una sensibilidad innata y creo que no hay nadie que me represente mejor”.
El sábado pasado El faro de las orcas se proyectó en el Fleni, donde los científicos están decididos a usarla para debatir sobre el tema del autismo, “Me conmovió la apertura que tuvieron los científicos de Fleni para escuchar la experiencia de un humilde guardafauna y un actor”, dice Bubas.
Refiriéndose a su relación con las orcas Beto cuenta: Generalmente eran ellas las que tenían la iniciativa. Yo intentaba no molestarlas mientras estaban haciendo sus actividades básicas. Mis amigos dicen que toco tan mal la armónica, que las orcas venían para pedirme que deje de tocar”.
El Faro de las orcas se estrena mañana en todos los cines y ya están en Netflix para más de 190 países.
