27 Diciembre de 2016 07:30

Volar en avión comprende cierta ansiedad, casi siempre. Ya sea en un viaje corto o largo, la relación con la azafata es fundamental para el pasajero. Pero ¿qué secretos guardan estas bellas damas? Muchos más de los que pensás. Aquí los cuatro más destacados.
Antes que nada, tenés que tener en cuenta que las azafatas saben todo lo que sucede en un vuelo, en todo momento. Así que mucho cuidado con lo que hacés porque, como Gran Hermano, todo lo ven.
¡Tratalas bien!
#1 No viajás sólo con personas:
Aunque te parezca espantoso y hasta tétrico, en los aviones de línea se transportan órganos humanos. ¡Sí! Y van en el lugar del equipaje de mano, porque allí radica la temperatura justa para su traslado. Mejor no imaginarse qué puede caer sobre tu cabeza en medio de una turbulencia.
¡No te confies del baño!
#2 ¡Ojo con los baños!
Si lo pensás con sentido común vas a opinar que está bien, pero sí, resulta incómodo saberlo. ¡Los baños se puede abrir desde afuera! Si bien no es tan fácil, los aeronavegantes saben hacerlo perfectamente. Si fantaseabas con tener sexo en el baño del avión, ¡meditalo! No vaya a ser cosa que te abran la puerta y pases un mal momento...
Que no se diviertan con vos.
#3 ¡Cuidado con la actitud!
A nadie le gusta que le hablen mal, ni que le pongan mala cara. ¡A las azafatas tampoco! Así que si antes de subir al avión tuviste un mal día, hacé un esfuerzo por dibujarle a tu cara una sonrisa. Si tratás mal a alguna de las personas de la tripulación, es muy probable que recibas un sandwich viejo, o el café frío. Todos pueden vengarse, ¡y tu comida está en sus manos! ¡Pensalo dos veces!
¿Le dejás una propina?
#4 ¡Mejor con propina!
Tal vez te suene raro, pero las aeromozas también esperan su propina cuando brindan un buen servicio. Aunque creas que se pueden ofender, en realidad esperan una cierta recompensa por su buen trato, sobre todo si se esmeran en que te sientas cómodo/a y viajes tranquilo/a.
Ahora sí, armá las valijas y, con estos datos, ¡qué tengas buen viaje!