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La maternidad y el ajuste: qué pasa con las mujeres que quieren ser madres y no pueden por la crisis

El congelamiento de óvulos se encarece, la posibilidad de tener un hijo se hace cada vez más lejana y las mujeres que quieren gestar deben posponer su deseo.

por Guadalupe Santomé Osuna

09 Marzo de 2024 10:32
Maternidad deseada y elegida
Maternidad deseada y elegida

Ser madre es una decisión personalísima y que varía en una misma persona según su edad, su desarrollo e incluso sus experiencias de vida. A lo largo de la historia, en principio se veía a las mujeres solamente como un medio de crianza de los hijos y de mantener el hogar. Con el paso del tiempo, la sociedad fue cambiando y con ella el rol de la mujer, que comenzó a ocupar espacios de trabajo, sociales, culturales y dejó un poco de lado la maternidad. Y, aunque algunas hayan decidido no maternar, otras quieren continuar con ese proyecto. 

Abordar la maternidad en momentos de crisis es un tema bien complejo debido a que no solamente debe existir el simple deseo de ser madre, sino que, además, debe estar acompañado por un contexto económico, social, médico y psicológico que sea el "ideal" para poder criar a ese bebé en las mejores condiciones posibles. Sin embargo, lo cierto es que mientras más se aplaza el tiempo de ser madres, más alejada está la posibilidad, ya que la edad fértil ideal es de los 20 a los 35 años y luego comienza a disminuir la posibilidad de generar un embarazo exitoso. 

Embarazo.
Embarazo.

Por eso, muchas mujeres comienzan a ver otras posibilidades para poder formar una familia, en medio de la crisis económica que afecta severamente esta decisión, ya que con un sueldo cada vez más empobrecido y la falta de acceso a la salud, a la educación del bebé en un futuro y el deterioro de la calidad de vida, hacen que sea una batalla cada vez más difícil de dar. 

¿Cuáles son las alternativas vigentes para fomentar las chances de ser madre?

Ley de Reproducción Asistida 

En este momento, el Ministerio de Salud vela por la Ley 26.862 de Reproducción Asistida, que establece que: "Toda persona mayor de edad, cualquiera sea su orientación sexual o estado civil, tenga obra social, prepaga o se atienda en el sistema público de salud, puede acceder de forma gratuita e igualitaria a las técnicas y procedimientos realizados con asistencia médica para lograr el embarazo".

Esta normativa garantiza los tratamientos y las técnicas de baja complejidad -es decir, de la unión entre el óvulo y el espermatozoide dentro del cuerpo de la persona gestante- y de alta complejidad, cuando esta unión se produce fuera del cuerpo o se verifican tejidos vivos. Ambas técnicas pueden realizarse de forma gratuita en un centro de salud. La información no debe ser negada por ninguna institución, ni profesional de la medicina. 

Según la ley, "todo tratamiento de reproducción médicamente asistida con óvulos propios se realizará a la mujer de hasta cuarenta y cuatro (44) años de edad, salvo prescripción médica en contrario. En el caso de óvulos donados, se realizará a la mujer de hasta cincuenta y un (51) años. En ambos casos, la edad se computa hasta el momento de acceder a dicho tratamiento. En el supuesto de que la mujer de entre cuarenta y cuatro (44) y cincuenta y un (51) años de edad hubiera criopreservado sus propios óvulos antes de cumplir los cuarenta y cuatro (44) años, podrá realizar cualquier tratamiento de reproducción médicamente asistida con dichos óvulos propios criopreservados".

Esta normativa permite entonces que cualquier persona que desee la maternidad tenga las herramientas necesarias para poder lograrlo, siempre y cuando se encuentre dentro de los términos establecidos dentro de ella, para que puedan acceder a la información y ejecución de los tratamientos disponibles aprobados por el sistema de salud. 

Los tratamientos de reproducción asistida pueden hacerse también de forma privada y según Fertility Argentina, "se estima que aproximadamente el 15% de las parejas no va a lograr un embarazo después de 12 meses de relaciones sexuales sin métodos anticonceptivos". 

"Generalmente, el primer tratamiento, para la mayor parte de las parejas, es someterse a una estimulación ovárica con o sin inseminación intrauterina. Como las tasas de éxito de este tipo de tratamientos de baja complejidad son de aproximadamente del 15% por ciclo, en última instancia, alrededor de la mitad de las parejas requerirá de un tratamiento de alta complejidad -fertilización in vitro (FIV) o la inyección intracitoplasmática de espermatozoides (ICSI)-", explica la clínica.

Congelamiento de Óvulos

Criopreservar óvulos es una forma muy avanzada de preservar la fertilidad de una mujer para posponer la maternidad: el congelamiento de óvulos permite mantener la capacidad reproductiva del momento en el que fueron congelados y, al momento de utilizarlos, las chances son mayores. 

Y si bien no hay garantías de un embarazo al 100%, los expertos insisten en que se trata de una oportunidad para poder planificar su vida familiar en un futuro. De hecho, desde las clínicas de tratamiento insisten que toda mujer debería tener óvulos vitrificados para que, al momento de tomar la decisión de tener un hijo, pueda hacerlo y que, si no lo desea, pueda donarlos a otra mujer que los necesite. 

Proceso de congelamiento de óvulos
Proceso de congelamiento de óvulos

¿Cómo es el proceso?

Consultados por BigBang, desde In Vitro Buenos Aires indicaron que: "La congelación de óvulos es un método para preservar la fertilidad futura. Se realiza una estimulación hormonal para que tus ovarios produzcan varios óvulos que se extraen a través de una punción por vía vaginal bajo control ecográfico, en quirófano y con sedación para que no duela. Luego se congelan por tiempo indeterminado".

Bombita: aunque el laboratorio no quiso precisar cifras exactas, se estima que un tratamiento de este estilo ronda los 1800 dólares (al tipo de cambio que rige en el Banco Central). 

Una vez que se le da a la paciente el turno, se le realizan algunos estudios, casi todos ellos cubiertos por empresas de medicinas prepagas y obras sociales. para evaluar el estado de la reserva ovárica, una ecografía transvaginal al inicio del ciclo para chequear el tamaño del ovario y la cantidad de micro folículos y un análisis de sangre, para evaluar las hormonas específicas de fertilidad.  Todo ello permitirá que el profesional sepa si la reserva ovárica se encuentra en condiciones según la edad del paciente o si, por el contrario, está perdiendo fertilidad a un ritmo más acelerado. 

En el caso de que los resultados estén en orden, se decide comenzar con el tratamiento y la estimulación de los ovarios para luego poder hacer la extracción del óvulo correctamente. 

Los costos de los tratamientos, dependiendo el laboratorio en el que se realicen, oscila entre los 300 mil a los 500 mil pesos, SIN contar los medicamentos que requieren para estimular el ovario. Pero, sin embargo, es importante resaltar que como esta técnica sirve para mujeres que por algún tratamiento médico, se pueden llegar a ver afectadas en su capacidad reproductiva, como los tratamientos oncológicos, estos procedimientos debieran estar cubiertos por las empresas de medicina prepaga y las obras sociales. 

Crisis e impacto psicológico: ¿qué pasa con las mujeres que quieren ser madres en este contexto?

La maternidad muchas veces se ve afectada por un montón de aristas como la falta de oportunidades económicas y sociales y a veces hasta hechos biológicos puntales que hacen difícil llegar al sueño de ser madres. Y si bien es cierto que cada vez más las personas gestantes están muy lejos de ese mandato de casarse y ser excelentes madres y esposas, lo cierto es que aquellas que eligen tener una familia, también se ven afectadas en esta decisión. 

En este sentido, la psicoanalista Belén Santomé Osuna (M.N 73835) expresó a BigBang: "La maternidad como tal, es un concepto que siempre está en cuestión en el contexto social. En análisis se trata de dilucidar qué significa el 'ser madre' para esa persona que dice tener el deseo de serlo. El mandato de ser madre no es tan fuerte como años atrás, pero parece todavía estar vigente. Sin embargo, ahora también nos enfrentamos a discursos que intentan bajar de alguna manera ese mandato, pero se terminan transformando en una imposición".

En diálogo con este medio y, consultada por su deseo de ser madre, M. M. (cuya identidad prefiere reservar) contó que vió el congelamiento de óvulos como una opción para preservar su maternidad, pero que no pudo hacerse el tratamiento debido a la crisis económica y la depresión de su poder adquisitivo. "La decisión de congelar óvulos se dio por la presión que empecé a sentir a nivel social y también a nivel personal después de mis 33 años. No tuve la famosa crisis de los treinta, se dio unos años después". 

"Me pregunté muchas veces: ¿quiero ser mamá? Porque también soy consciente de la responsabilidad que implica traer un hijo a este mundo. Y en ese momento es en donde por primera vez empecé a sentir el peso del famoso 'reloj biológico'. Me sentía presionada a definir en dos o tres años si quería o no ser madre, una decisión mucho más profunda de lo que a veces se piensa. 'Siento presión para definir',  me acuerdo que le dije a mi amiga. "Sacate la presión, tenés otras opciones", me respondió Débora D'Amato, una amiga que eligió formar una familia monoparental y que hoy es mamá de dos nenas. Y ahí encontré en el congelar óvulos la posibilidad de darme el tiempo para poder pensar realmente si quiero o no ser madre, ganar un poco más de tiempo para no tomar decisiones ni por mandatos, ni por 'miedo a que se me pase el tiempo'", expresó. 

"Otra de las cosas que me ayudó a tomar esa decisión fue el día que mi amiga me contó que había donado los embriones de su tratamiento. Me acuerdo que lo viví como un shock y ella, sabia y mucho más metida que yo en el tema, me dijo con una simpleza: 'De esta forma estoy ayudando a muchas mujeres a que puedan cumplir su sueño de ser mamá'. Y ahí dije sí, es por acá. Si el día de mañana decido no ser madre, mis óvulos van a ayudar a otras mujeres que sí tengan ese deseo y que no puedan por problemas médicos", sumó.

Con respecto a la decisión de postergar su maternidad, M resaltó que: "La crisis económica tuvo un impacto directo en la postergación del tratamiento por un tema económico. Tengo 35 años, dos muy buenos trabajos y aún así me resulta muy difícil llegar a fin de mes. Es por eso que el último tiempo, gran parte de los ahorros que con mucho esfuerzo había logrado juntar con mi trabajo y que iba a destinar al tratamiento los tuve que empezar a 'quemar' para poder seguir pagando la prepaga, cubrir el alquiler y comer, básicamente". 

El acompañamiento psicológico es crucial para la decisión de la maternidad.
El acompañamiento psicológico es crucial para la decisión de la maternidad.

Este contexto, según la psicoanalista Santomé, requiere de un acompañamiento psicológico especial, debido a que no solamente se debe hablar de un contexto social y económico, sino también hasta de duelar un deseo:  "Un análisis se trata de acompañar a cada paciente en un recorrido de preguntas y conflictos que son internos, pero que siempre están vinculados con otro. Y es importante tener en cuenta que analizarse implica un movimiento, una decisión y toda decisión también implica una pérdida", expresó y luego ejemplificó: "Puedo elegir ser madre y postergar mis proyectos personales, sin sentirme en desventaja con las demás o elegir no serlo y que la presión de mi familia no me afecte, por ejemplo. Son cambios de posición frente a un conflicto que se trabajan en análisis".


"Pero, y estos son los casos más difíciles, puede pasar que por cuestiones que tienen que ver con el contexto, la económica, la edad, lo biológico, esa persona que desea ser madre no puede serlo. Aquí la imposición no es psíquica, es contextual. En ese caso se trata como analista de acompañar a sostenerse en ese agujero de la pérdida, que puede convertirse incluso en un duelo. Una pérdida que está, que se siente porque duele, que se siente porque el resto nos la cerró Santomé

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