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Una juventud diferente

19 Abril de 2017 09:46

Semana santa, para los creyentes, la semana más importante del año litúrgico, semana en el que se hace presente el epicentro de la fe católica, la cual se vive con intensidad en el mundo entero, desde el Vaticano donde las misas y celebraciones son presididas por el Papa hasta los pueblos más alejados de las provincias argentinas.

Allí nos lleva nuestro tema, en los pueblos y parajes más alejados, donde se vive Semana Santa de una manera distinta, en las pequeñas capillas donde en el pueblo se une para vivir, si es que tienen la posibilidad de celebrar misa, el misterio de la fe cristiana.

Las Misiones Universitarias Ita Pater Ita Mater (MUIPIM) se realizan hace ocho años, estas misiones tienen como fin compartir la alegría de la resurrección de Jesús. Este año, y por dos años más, los parajes elegidos para realizar esta gran misión fueron Leguas 65, Leguas 54 y Tres Ceibos, todos pertenecientes a la localidad de Colonia Elisa en la provincia del Chaco.

Este año tres parajes rurales tuvieron la oportunidad de vivir de manera distinta esta semana, 180 jóvenes de entre 18 y 28 años pertenecientes al Movimiento Apostólico de Schoenstatt visitaron estos lugares para llevar el Evangelii Gaudium (Alegría del Evangelio) y hacer lio en las parroquias, siguiendo así los pedidos del papa desde la JMJ de Rio 2013.

Dicen que la juventud está perdida, que ya perdió las ganas de vivir, las ganas de avanzar, crecer y mucho más las ganas y creer en la fe. Pues yo no lo creo, no creo que se así, me niego a pensar eso cuando vi a 180 personas caminando kilómetros de barro para llegar a las casas y compartir un momento con las personas, cuando en ese caminar llevaban en sus brazos la imagen de la Virgen María, cuando los vi siendo sus pies y acercándola a sus hijos, sin distinción alguno.

Despojarse de todo, entregar los feriados, dejar las comodidades, hasta el punto de en algunos casos, ni siquiera tener una ducha, muchos dirán que es una locura y si lo es, es la locura de amor por la fe, porque entregar y consagrar tu vida a algo más grande es lo mejor que te puede pasar.

La fe no solo mueve montañas, sino también corazones y esta semana santa tuve la oportunidad de ver 180 corazones moviéndose por un solo motivo, cumplir su misión. Te invito a que aprendas a mirar a tu alrededor y encontrar la resurrección en todos lados, yo la encontré en la juventud, esa que dicen que está perdida, esa que no se mueve, pues para mi esa, es la que resucito.

FIELES A MARÍA, FORJEMOS EL ENCUENTRO.

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