28 Julio de 2025 11:37
El cuerpo sin vida de Flora Inés Moyano, de 61 años, fue hallado el domingo por la mañana entre los yuyos de un descampado en Las Heras, Mendoza. El hallazgo ocurrió luego de que familiares de la víctima y las fuerzas de seguridad la comenzarán a buscar con desesperación desde el sábado. Flora había salido ese día a encontrarse con su ex pareja. Nunca volvió. Su cadáver apareció horas después, en las inmediaciones de la calle Junín al 1100, con una inscripción grabada en la espalda que decía: "Ahora no culias con nadie más". La brutal escena confirmó lo peor: la había matado un hombre que no solo tenía antecedentes penales, sino que ya había sido condenado por violar a una menor. Ese hombre, Walter Jesús Amador Molina, debía estar preso. Pero estaba libre, por decisión de la Justicia.

La ministra de Seguridad y Justicia de Mendoza, Mercedes Rus, no pudo ocultar su indignación. "Un abusador, reincidente y ahora femicida con salidas transitorias pese a los informes técnicos negativos. Una víctima que no fue protegida", escribió en su cuenta de X. Adjunto al mensaje, publicó el prontuario de Molina: seis condenas previas desde el año 2000, entre ellas homicidio, robos agravados, amenazas y abuso sexual con acceso carnal. Un historial de violencia que cualquier sistema judicial sensato hubiera considerado suficiente para no otorgar beneficios. Pero una jueza decidió lo contrario.
Molina cumplía una condena a 10 años de prisión por haber violado a una familiar menor de edad. Los informes penitenciarios eran lapidarios: no solo no mostraba arrepentimiento, sino que justificaba el abuso alegando que "ella lo quería". Aun así, la jueza Mirna Montaldi desoyó los informes técnicos y consideró inconstitucional el artículo 72 de la Ley de Ejecución Penal, que impide otorgar beneficios a condenados por delitos sexuales. Contra toda lógica y toda evidencia, le concedió salidas transitorias. El sábado, aprovechando esa insólita libertad parcial, Molina se encontró con Flora.

Según trascendió, ella quería terminar definitivamente la relación. Él no se lo permitió. Horas más tarde, su cuerpo apareció semidesnudo, abandonado en un terreno baldío detrás de una papelera. El hallazgo lo hizo un joven que recolectaba leña con su familia. Dio aviso a un móvil policial y se activó el protocolo por femicidio. Horas después, Molina se entregó en el Polo Judicial. Ya está detenido y será trasladado al Complejo Penitenciario Nº1 de Boulogne Sur Mer. Pero el daño ya está hecho. Flora está muerta. Y el Estado otra vez llegó tarde. "Se hacen excepciones a favor de delincuentes. Todo al revés", denunció la ministra Rus.

