13 Octubre de 2025 11:59
Córdoba vivió el fin de semana con una noticia que heló la sangre: Luna Giardina, de 26 años, y su madre, Mariel Zamudio, de 54, fueron asesinadas a sangre fría en su hogar del barrio Villa Serrana. El principal sospechoso es Pablo Laurta, expareja de Luna, militante del grupo antifeminista "Varones Unidos" y padre del hijo de cinco años que compartían.
Los mensajes que Luna publicó en sus redes sociales en los meses previos al ataque son un testimonio desgarrador de su lucha por sobrevivir. En febrero de este año, escribió una frase que ahora resuena como una advertencia ignorada: "Todos los psicópatas son asesinos". En su momento, pocos prestaron atención a esas palabras. Hoy, con el horror consumado, adquieren una dimensión aterradora.

Cinco días antes del crimen, Luna publicó otro mensaje cargado de significado: "Por tu propia salud mental, toma las señales confusas de las personas como un rotundo no" y, solo cuatro días antes de ser asesinada, compartió una imagen junto a su pequeño hijo. En la foto se los ve felices bajo el sol, abrazados, con una sonrisa que desmentía el infierno que vivía.
El texto que la acompañaba decía: "Las madres no tienen plan B". Acompañó la publicación con un comentario simple pero lleno de amor: "Lo más hermoso", refiriéndose al niño que era el motor de su vida. Hoy, esas palabras duelen como una herida abierta.

En su último mensaje público, escrito la noche anterior al ataque, Luna se mostró esperanzada y feliz por un logro académico en su carrera de Agronomía: "Vamos bien. ¡Qué lindo es llorar de felicidad! Lo que es para uno, siempre termina llegando. Gracias a Dios". Doce horas después, su vida fue arrebatada brutalmente por el femicida que intentó darse a la fuga con el pequeño Pedro a Uruguay.
Luna no solo dejó señales en sus redes sociales; también buscó ayuda en las instituciones. Había denunciado a Laurta por violencia de género y contaba con un botón antipánico. Sin embargo, un día antes del crimen, la orden de restricción contra su expareja expiró sin ser renovada. Ese vacío legal permitió al agresor acercarse nuevamente a su hogar.

El 2 de septiembre, Luna envió un mensaje desesperado a una vecina: "Estoy otra vez con problemas con el progenitor de mi hijo, no se le puede decir padre, así que tengo que estar atenta. Ya consulté igualmente al lado para ver si es de ellos, todavía no me respondieron, por las dudas yo pregunto, gracias. Cualquier cosa que se vea, por favor avísame o a la Policía. Gracias y perdón", había dicho en plena crisis y antes de ser asesinada.
Su hermana Laura, quien vive en Chile y ahora viaja a Córdoba para despedirla, declaró: "Esto es una historia que viene hace mucho tiempo. tenía denuncia, orden de alejamiento, toda la parte, digamos de protocolos legales, lo tenía cubierto y el final fue fatal", expresó.
El perfil del agresor
Pablo Laurta no era solo un hombre violento; era también un militante activo del movimiento antifeminista "Varones Unidos", conocido por su discurso misógino y por promover una "perspectiva masculina" en debates de género. En redes sociales, Laurta solía publicar mensajes agresivos contra el feminismo. Uno de ellos, publicado en su cuenta de X, decía: "No hay futuro para una sociedad donde las mujeres tengan un estatus superior al de los hombres".
Laurta también tenía antecedentes legales relacionados con la custodia del hijo que compartía con Luna. En diciembre pasado, la Justicia cordobesa rechazó su pedido de restitución internacional del niño hacia Uruguay. Este fallo judicial intensificó el conflicto entre ambos y dejó a Luna aún más expuesta.

El sábado 7 de octubre fue el día que marcó el final trágico de esta historia. Cerca del mediodía, los vecinos escucharon disparos provenientes del hogar de Luna y Mariel. Poco después vieron salir a Laurta con su hijo en brazos. Cuando la policía llegó al lugar, encontró los cuerpos sin vida de las dos mujeres; ambas habían sido asesinadas con disparos en la cabeza. Laurta huyó con el niño hacia Gualeguaychú, Entre Ríos, donde fue detenido cuando intentaba cruzar hacia Uruguay. El pequeño fue encontrado ileso en un hotel y quedó bajo custodia.
El caso también abrió otra línea investigativa: Pablo Laurta está siendo investigado por la desaparición del remisero Martín Palacios, cuyo vehículo fue hallado incendiado cerca de la ruta de las Altas Cumbres. La última comunicación del chofer fue cuando aceptó un viaje contratado por Laurta.

